A día de hoy, con todo lo que sabemos sobre el mundo zombi, tiene poco, o ningún sentido hacer una película sobre el género sin aportar nada que no hayamos visto antes. En este sentido, el film, por desgracia, cae en esto.

Desde el punto de vista argumental, poco que decir, salvo que en el contexto zómbico, la novedad, es que ahora es durante la Guerra Civil Española. Pues vale.

Los personajes bastante planos, en los que no llegas a empatizar con ninguno. Las interpretaciones sólo correctas. Y los gags son "blancos", facilones y poco trabajados.

El film no tiene una dirección clara, un género claro, una intención clara. Es como un batiburrillo de ideas vagas, puestas unas detrás de otra, para llegar a hacer un largometraje. Una pena.

Si la película es de zombis con toques de humor, le falta más "mala leche", más humor bestia, más salvajadas, más "ida de bola", más, más, más... de todo. Se queda descafeinada y en tierra de nadie.

"A estas alturas de la película" (nunca mejor dicho), si haces una película de zombis, tienes que "poner toda la carne en el asador", o si no, no hagas nada, porque si no vas a sumar, si no tienes nada que decir, estate quieto.

El apartado de efectos especiales y diseño de los zombis, muy pobre. Eché de menos sangre falsa real, bombas hidráulicas que arrojaran sangre falsa por tubos, más látex, más prótesis, más tripas falsas, más que se vea y menos tímidas nubecitas fucsia hechas con ordenador, que emulan la sangre por impacto de bala.

Los zombis no dan miedo, no imponen, no están bien maquillados, no están lo suficientemente transformados. Parecen zombis de carnaval.

Lo único que salvo de la película es la fotografía, la iluminación, las localizaciones y la puesta en escena, que no está mal.

Poco más que añadir.

Si buscáis aire fresco en una nueva película de zombis, aquí, no hay nada de eso.