Soy ciudadana peruana emigrante en España y me resulta penoso que una persona joven, profesional y con la posibilidad de mostrar una historia que pueda ser crítica con ciertas realidades peruanas, desaproveche su oportunidad y embrutezca las costumbres y la humanidad de mi gente en beneficio (supongo) de impresionar a la crítica pseudointelectual europea (incluido el festival de Málaga) reinventándose lo más rastrero del Perú (su directora, al estilo habitual de los progres de la familia Llosa, habrá pensado: "que la realidad no me estropee un buen guión"). Quizás debiera fijarse en alguien como Fernando León para aprender a retratar lo duro con humanidad. Flojita, flojita.