Esperaba un peliculón épico y salí de la sala con una extraña sensación agridulce. Al mismo tiempo que me gustó, me dejó frío, el hype no le ha sentado nada bien y ha creado falsas expectativas entre gente como yo.

La historia no termina de cuajar, hay personajes planos y sobrantes a rabiar y, sobretodo, un villano canónico y genérico del que Rourke no ha podido dar más de sí. Y bueno, Downey Jr. me gusta como actor, pero la verdad, me cansé de verlo, se supone que he pagado para ver a Iron Man surcando el cielo durante por lo menos veinte minutos, no para recibir una saturación de Tony Stark como ya pasó en Spiderman 3 con Peter Parker.

Lo dicho, una media hora más de metraje para dejar espacio a los personajes para desarrollarse y cuajar un poco más el pasable argumento la habrían convertido en una de las mejores películas del año. Por desgracia no ha sido el caso, y espero que se arregle en Iron Man 3 y tengamos un producto que se acerque o pase a la primera película de largo.