Esta película hace un asombroso recorrido por las ilusiones y tristezas de cada relación. Al principio cuando conoces a una persona, es tanta la satisfacción por estar con ella, que en los momentos en los que te encuentras ausente de esa persona, la idealizamos e imaginamos un sinfín de situaciones, palabras, esperas, encuentros...A medida que va pasando el tiempo la rutina, el día a día hace que magnifiques cualquier detalle de esa persona que te desagrada y así, día tras día...un gran muro se va construyendo en torno a esas dos personas. El final de la película es hermoso, porque aún sabiendo que les van a volver a ocurrir las mismas cosas, el mismo desencanto, los mismos enfados...quieren estar el uno junto al otro, en los momentos buenos y en los amargos.

Luces de la ciudad me ha parecido maravillosa como todas las que hasta ahora he visionado de Charles Chaplin, entre las que se encuentran La quimera del oro, El gran dictador, El circo y El chico.
Ver esta magistral película ha sido extraordinario para mí. Me ha hecho reír y llorar al mismo tiempo. He sentido por momentos cómo la risa espontánea y sincera aparecía, al contemplar escenas geniales y ocurrentes que me hacían pasar cada rato como un fugaz momento.
En otros cuadros de la película se me ha encogido el corazón y me he conmovido con la ternura y emotividad de secuencias inolvidables, las cuales me llevaban a comprender que el amor verdadero es desinteresado y gratuito. Amar de verdad significa querer la felicidad y el bien de la persona amada. Amar es dar y en ese dar no se puede dejar de llevar algo de sí a la vida de la otra persona. Esos sentimientos que nacen se reflejan a su vez sobre la persona que ama. Compartiendo ambos la alegría del vínculo que se crea.

Tiempos modernos ha sido buenísima. No he podido dejar de reír de principio a fin. Son muchísimas las escenas divertidas e ingeniosas con las que he disfrutado, como la de la alimentadora Bellows, o ver a Chaplin apretando tuercas a toda persona u objeto que se le pone al alcance tras sufrir un ataque de nervios, los acontecimientos graciosos que se dan en la cárcel, las ocurrencias que se inventa para volver a ser arrestado... y así podría seguir mencionando las situaciones cómicas que me han hecho la tarde un poco más agradable.
En paralelo, el drama que sufre la chica del puerto y sus hermanas, la imagen de la casa toda ruinosa, la nobleza y el romanticismo de las últimas secuencias hacen que la película te llegue al alma. El final es bellísimo, juntos ante la adversidad, no importa a dónde ir o dónde llegar, lo fundamental es estar unidos y tener valor para seguir adelante.