Una película aterradoramente inteligente. Uno sabe que el ser humano es capaz de hacer cosas horribles, pero asusta encontrar un relato donde la maldad se plasma de manera tan cruda y estimulante. O Gillian Flynn es una peligrosísima psicópata o es una escritora de categoría superior.
"Perdida" es un film largo, pero en ningún caso aburrido. Cada 15 o 20 minutos se introduce un nuevo elemento que obliga al espectador a replantearse sus expectativas y sus sospechas. Incluso habiendo transcurrido más de una hora de película, el relato es capaz de incorporar nuevos personajes, que se integran perfectamente en la historia.
Sorprende ver a Ben Affleck interpretando un personaje tan comedido. Seguramente no entusiasme a nadie, pero resulta creíble en casi todas las situaciones. En cualquier caso, sin duda, es Rosamund Pike quien más aporta, construyendo esa sensación de desazón que toda la película transmite.
En el apartado negativo habría que incluir la artificialidad de los primeros recuerdos como pareja, más propios de una comedia de tarde que de una película supuestamente oscarizable. Quizás sobran también los últimos dos o tres minutos, donde el director parece que solo está dando tiempo al espectador para que se recupere del shock. Y, revisando de vuelta a casa algunas escenas, en seguida te das cuenta de que hay demasiados cabos sueltos y uno llega a la conclusión de que en la realidad la historia jamás podría terminar como acaba.