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Documental

7.8
8,295
Documental
9
31 de diciembre de 2013
31 de diciembre de 2013
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras veía la película se entremezclaron dentro de mí sentimientos de rabia, tristeza e impotencia. Rabia hacia los autores de los crímenes. Tristeza por las víctimas. Impotencia porque los asesinos han quedado impunes y gozan de reconocimiento dentro de su país.
Sobre la impunidad, busqué por Internet si hay abierto un proceso judicial en el país o a nivel internacional pero lamentablemente no encontré nada. Pensé que quizá Indonesia no sea un país económicamente atractivo y por lo tanto no tiene interés para la comunidad internacional. De todos modos, al final encontré una petición para que se juzguen los crímenes, aunque por ahora sólo tenía unas 2000 firmas.
Luego me quedé pensando sobre qué más se podría hacer. Ese sentimiento de rabia seguía estando presente. Una rabia que se plasmaba mentalmente en actos de violencia hacia los agresores. Pero ¿y la población? En el documental se muestra cómo la población asiste a los mítines y muestra su apoyo hacia los agresores. Me preguntaba si sería suficiente con juzgar a los asesinos, mientras la población sigue pensando igual. ¿Qué más habría que hacer para conseguir un cambio global? ¿Ese cambio global debería ser impuesto desde fuera? Pero me surgían dudas sobre si una imposición externa fuera la mejor forma de conseguir un cambio global sólido. Así que decidí irme a dormir para seguir dándole vueltas al día siguiente.
Cuando me levanté esta mañana, estuve pensando en la banalidad del mal: “algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos” (según la Wikipedia). Me pregunté si también existe la banalidad del bien y si en el fondo son dos conceptos que comparten la misma raíz. La banalidad del bien entendida como hacer el bien sin tener consciencia de ello, obedeciendo órdenes. Estas órdenes pueden venir por ejemplo de un ser superior o de unas leyes internacionales. Soy consciente que la banalidad del bien no merece tanta atención como la del mal, ya que al final, el resultado es positivo. Pero lo que me preguntaba es si los dos tipos de banalidad son igual de frágiles. Frágiles porque son actos que carecen de sentido crítico y de consciencia, en los que los seres humanos nos convertimos en simples autómatas bajo la sumisión de una autoridad externa.
A veces conversando con amigos sobre la corrupción, las desigualdades o la pérdida de derechos sociales que vivimos en los tiempos que corren, tengo la sensación que adoptamos el mismo discurso de sumisión a la autoridad pero dentro de una ideología de izquierdas. La existencia de valores que hay que obedecer sin posibilidad de ponerlos en cuestión ni poder entrar en el debate. Por ejemplo, los derechos humanos están por encima de todo y son indiscutibles. Con esto no quiero decir que no esté de acuerdo con los derechos humanos. Lo que me preocupa es la adopción de unos valores que están por encima de todo y cuyo cuestionamiento implique un rechazo aplastante.
Por ello me pregunto si existen espacios de debate dónde quepan todas las ideologías. O si tenemos las herramientas suficientes para escuchar, exponer y argumentar nuestros puntos de vista sin entrar en la guerra de la discusión emocional o las posiciones inmovilistas. Me pregunto sobre la cantidad de información que está disponible en los tiempos actuales y si somos capaces de asimilarla o bien nos la engullimos directamente. O si la tecnología y el estado del bienestar nos tienen tan eclipsados que ya no hay espacio para la reflexión y el cuestionamiento.
Finalmente, me pregunto qué es más importante, los valores que defendemos o la capacidad de ser críticos con el mundo que nos rodea, independientemente de las conclusiones a las que hayamos llegado.
Sobre la impunidad, busqué por Internet si hay abierto un proceso judicial en el país o a nivel internacional pero lamentablemente no encontré nada. Pensé que quizá Indonesia no sea un país económicamente atractivo y por lo tanto no tiene interés para la comunidad internacional. De todos modos, al final encontré una petición para que se juzguen los crímenes, aunque por ahora sólo tenía unas 2000 firmas.
Luego me quedé pensando sobre qué más se podría hacer. Ese sentimiento de rabia seguía estando presente. Una rabia que se plasmaba mentalmente en actos de violencia hacia los agresores. Pero ¿y la población? En el documental se muestra cómo la población asiste a los mítines y muestra su apoyo hacia los agresores. Me preguntaba si sería suficiente con juzgar a los asesinos, mientras la población sigue pensando igual. ¿Qué más habría que hacer para conseguir un cambio global? ¿Ese cambio global debería ser impuesto desde fuera? Pero me surgían dudas sobre si una imposición externa fuera la mejor forma de conseguir un cambio global sólido. Así que decidí irme a dormir para seguir dándole vueltas al día siguiente.
Cuando me levanté esta mañana, estuve pensando en la banalidad del mal: “algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos” (según la Wikipedia). Me pregunté si también existe la banalidad del bien y si en el fondo son dos conceptos que comparten la misma raíz. La banalidad del bien entendida como hacer el bien sin tener consciencia de ello, obedeciendo órdenes. Estas órdenes pueden venir por ejemplo de un ser superior o de unas leyes internacionales. Soy consciente que la banalidad del bien no merece tanta atención como la del mal, ya que al final, el resultado es positivo. Pero lo que me preguntaba es si los dos tipos de banalidad son igual de frágiles. Frágiles porque son actos que carecen de sentido crítico y de consciencia, en los que los seres humanos nos convertimos en simples autómatas bajo la sumisión de una autoridad externa.
A veces conversando con amigos sobre la corrupción, las desigualdades o la pérdida de derechos sociales que vivimos en los tiempos que corren, tengo la sensación que adoptamos el mismo discurso de sumisión a la autoridad pero dentro de una ideología de izquierdas. La existencia de valores que hay que obedecer sin posibilidad de ponerlos en cuestión ni poder entrar en el debate. Por ejemplo, los derechos humanos están por encima de todo y son indiscutibles. Con esto no quiero decir que no esté de acuerdo con los derechos humanos. Lo que me preocupa es la adopción de unos valores que están por encima de todo y cuyo cuestionamiento implique un rechazo aplastante.
Por ello me pregunto si existen espacios de debate dónde quepan todas las ideologías. O si tenemos las herramientas suficientes para escuchar, exponer y argumentar nuestros puntos de vista sin entrar en la guerra de la discusión emocional o las posiciones inmovilistas. Me pregunto sobre la cantidad de información que está disponible en los tiempos actuales y si somos capaces de asimilarla o bien nos la engullimos directamente. O si la tecnología y el estado del bienestar nos tienen tan eclipsados que ya no hay espacio para la reflexión y el cuestionamiento.
Finalmente, me pregunto qué es más importante, los valores que defendemos o la capacidad de ser críticos con el mundo que nos rodea, independientemente de las conclusiones a las que hayamos llegado.

7.1
7,202
9
8 de abril de 2013
8 de abril de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre me ha resultado difícil entender la identidad de género. ¿Qué significa tener un cuerpo de hombre y sentirse mujer? ¿Y al revés? He leído sobre ello, he discutido sobre transexualidad con los colegas, he tenido colegas transexuales… pero a pesar de todo, sigo sin comprenderlo del todo. De todas formas, manifiesto mi respeto y apoyo a toda persona que no se identifique con el género asociado a su sexo biológico. Es más, siento admiración por su valentía al ser como son, enfrente de un mundo que no les entiende y que puede llegar a ser muy cruel.
Esta película nos presenta el tema de la identidad de género desde la niñez, con una perspectiva espontánea e inocente. Cuando uno es niño, los prejuicios interiorizados son casi inexistentes, ya que se está descubriendo cómo funciona el mundo, a medida que se va experimentando. El niño muestra de forma más sincera lo que realmente siente, sin preocuparse demasiado por lo que puede pasar a su alrededor. En la película, Michaël va construyendo su identidad con aquello con lo que se identifica: conducir un coche, vestir ropa de chico, jugar al fútbol, las peleas, la chica que le gusta, beber cerveza,…
Para mí, la película va más lejos que un simple juego. Jugar significa adoptar un rol durante un tiempo para luego volver a la realidad. Michaël en cambio siente lo que hace y lo siente las 24 horas. De todas formas no es mi intención juzgar lo que Michaël siente o quiere. Creo que él es la persona más indicada para ir descubriéndolo por sí mismo.
Esta película nos presenta el tema de la identidad de género desde la niñez, con una perspectiva espontánea e inocente. Cuando uno es niño, los prejuicios interiorizados son casi inexistentes, ya que se está descubriendo cómo funciona el mundo, a medida que se va experimentando. El niño muestra de forma más sincera lo que realmente siente, sin preocuparse demasiado por lo que puede pasar a su alrededor. En la película, Michaël va construyendo su identidad con aquello con lo que se identifica: conducir un coche, vestir ropa de chico, jugar al fútbol, las peleas, la chica que le gusta, beber cerveza,…
Para mí, la película va más lejos que un simple juego. Jugar significa adoptar un rol durante un tiempo para luego volver a la realidad. Michaël en cambio siente lo que hace y lo siente las 24 horas. De todas formas no es mi intención juzgar lo que Michaël siente o quiere. Creo que él es la persona más indicada para ir descubriéndolo por sí mismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La niñez, a parte de la inocencia también se caracteriza por la fragilidad. Fragilidad porque el niño es vulnerable. El niño necesita de la gente adulta para protegerlo de los peligros que le esperan ahí fuera y darle la autonomía suficiente para ser como es y enfrentarse a las nuevas situaciones.
Michaël, dentro de su descubrir, se encuentra con dificultades. Pero en especial, me gustaría resaltar dos situaciones que le crean fuertes inseguridades. Por un lado cuando están jugando al fútbol y los chicos mean al lado del campo. Por otro lado, cuando se va al lago con la pandilla del barrio y tiene que ponerse un bañador. En estas dos situaciones, el sexo biológico es un problema ya que no se corresponde con su género. El sexo biológico está tan fuertemente ligado al género que hasta Michaël sabe que esa línea no la puede traspasar.
A lo largo de la película, a cada paso que daba, yo me alegraba de ver que él era más feliz: jugar al fútbol, sacarse la camiseta, peleas en el lago, bailando con Lisa, su primer beso,… Pero por otro lado, me preocupaba cada vez más por cómo iba a ser el desenlace. Inevitablemente, las dificultades van en aumento, hasta que al final quiebra la situación y su madre le coloca en su sitio.
Aquí me parece interesante resaltar los dos tipos de censura, por un lado la censura externa: la madre de Michaël, la pandilla del barrio,… Por otro lado la censura interiorizada de Michaël, es decir, aquello que él mismo decide no mostrar. Estas dos censuras actúan de guardián del discurso dominante sobre cómo debe comportarse socialmente una persona en función del sexo biológico que tenemos al nacer.
La película me ha traído recuerdos de cuando yo era pequeño. Yo también tenía mis deseos, mis fantasías y mis emociones, que no las compartía con nadie. Pero al igual que Michaël, pasé el límite y tomé consciencia de las normas que rigen el mundo. Yo, como forma de supervivencia, decidí esforzarme por ser “normal” para no ser apartado de la comunidad. Por lo que fui creando capas y más capas, una encima de otra para ir tapando esa parte de mí.
Ahora ya han pasado los años y todo lo que viví lo veo con distancia y con otra perspectiva. A veces me esfuerzo por rescatar mis recuerdos, lo que sentía cuando era pequeño, quitando las capas que se han ido acumulando a lo largo de más de 20 años. Y me emociono al revivirme. Me emociono al verme a mí mismo de pequeño descubriéndome. A veces me digo a mi mismo: Ese soy yo.
Michaël, dentro de su descubrir, se encuentra con dificultades. Pero en especial, me gustaría resaltar dos situaciones que le crean fuertes inseguridades. Por un lado cuando están jugando al fútbol y los chicos mean al lado del campo. Por otro lado, cuando se va al lago con la pandilla del barrio y tiene que ponerse un bañador. En estas dos situaciones, el sexo biológico es un problema ya que no se corresponde con su género. El sexo biológico está tan fuertemente ligado al género que hasta Michaël sabe que esa línea no la puede traspasar.
A lo largo de la película, a cada paso que daba, yo me alegraba de ver que él era más feliz: jugar al fútbol, sacarse la camiseta, peleas en el lago, bailando con Lisa, su primer beso,… Pero por otro lado, me preocupaba cada vez más por cómo iba a ser el desenlace. Inevitablemente, las dificultades van en aumento, hasta que al final quiebra la situación y su madre le coloca en su sitio.
Aquí me parece interesante resaltar los dos tipos de censura, por un lado la censura externa: la madre de Michaël, la pandilla del barrio,… Por otro lado la censura interiorizada de Michaël, es decir, aquello que él mismo decide no mostrar. Estas dos censuras actúan de guardián del discurso dominante sobre cómo debe comportarse socialmente una persona en función del sexo biológico que tenemos al nacer.
La película me ha traído recuerdos de cuando yo era pequeño. Yo también tenía mis deseos, mis fantasías y mis emociones, que no las compartía con nadie. Pero al igual que Michaël, pasé el límite y tomé consciencia de las normas que rigen el mundo. Yo, como forma de supervivencia, decidí esforzarme por ser “normal” para no ser apartado de la comunidad. Por lo que fui creando capas y más capas, una encima de otra para ir tapando esa parte de mí.
Ahora ya han pasado los años y todo lo que viví lo veo con distancia y con otra perspectiva. A veces me esfuerzo por rescatar mis recuerdos, lo que sentía cuando era pequeño, quitando las capas que se han ido acumulando a lo largo de más de 20 años. Y me emociono al revivirme. Me emociono al verme a mí mismo de pequeño descubriéndome. A veces me digo a mi mismo: Ese soy yo.
3 de abril de 2013
3 de abril de 2013
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Erik hace documentales. Paul trabaja en una editorial. Viven una intensa relación de amor. Una relación que se vuelve dura y cruel.
Lo que más me ha gustado es que he recuperado recuerdos de relaciones que he tenido. Lo que menos me ha gustado es que las relaciones acabaron todas mal.
Lo que más me ha gustado es que he recuperado recuerdos de relaciones que he tenido. Lo que menos me ha gustado es que las relaciones acabaron todas mal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Paul está enganchado a las drogas. Erik está enganchado a Paul.
Paul sufre en su dependencia. Erik sufre por Paul.
Paul intenta dejar las drogas. Erik no puede dejar a Paul.
Paul se está destruyendo. Erik le está esperando.
Paul huye de la realidad. Erik sueña con Paul.
Paul hace su vida. Erik le sigue pensando.
Paul deja las drogas. Erik deja a Paul.
Cada vez estoy más convencido que las relaciones de pareja han pasado a la historia y que tenemos que hacer un esfuerzo en repensarlas.
Paul sufre en su dependencia. Erik sufre por Paul.
Paul intenta dejar las drogas. Erik no puede dejar a Paul.
Paul se está destruyendo. Erik le está esperando.
Paul huye de la realidad. Erik sueña con Paul.
Paul hace su vida. Erik le sigue pensando.
Paul deja las drogas. Erik deja a Paul.
Cada vez estoy más convencido que las relaciones de pareja han pasado a la historia y que tenemos que hacer un esfuerzo en repensarlas.
2 de abril de 2013
2 de abril de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película empieza de forma muy contundente, presentando el conflicto que se va a desarrollar a lo largo de toda la película: la homosexualidad vivida desde dentro de un grupo neonazi.
Los dos aspectos que más valoro de la película son la interpretación de los dos protagonistas y la historia en sí misma. Las interpretaciones se me hacen creíbles y esto me permite ponerme en su lugar y creerme la historia que me están contando. También es cierto que hay algunas partes del guión que quedan flojas, como la relación de Lars con su familia, o el aislamiento que viven los dos protagonistas y que les empuja a formar parte del grupo neonazi.
Por otro lado la historia y los pequeños matices que se van desgranando a lo largo de la película me crean mucho interés y me hacen reflexionar. En especial tres temas que están relacionados entre sí: la necesidad de pertenecer a una comunidad, el discurso homófobo que nos lleva a vivir en el armario y la falta de pensamiento crítico.
Los dos aspectos que más valoro de la película son la interpretación de los dos protagonistas y la historia en sí misma. Las interpretaciones se me hacen creíbles y esto me permite ponerme en su lugar y creerme la historia que me están contando. También es cierto que hay algunas partes del guión que quedan flojas, como la relación de Lars con su familia, o el aislamiento que viven los dos protagonistas y que les empuja a formar parte del grupo neonazi.
Por otro lado la historia y los pequeños matices que se van desgranando a lo largo de la película me crean mucho interés y me hacen reflexionar. En especial tres temas que están relacionados entre sí: la necesidad de pertenecer a una comunidad, el discurso homófobo que nos lleva a vivir en el armario y la falta de pensamiento crítico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Jimmy queda con un chico homosexual en un parque a oscuras, dónde ya se entrevé que lo mira con unos ojos diferentes. “Eres hermoso” le dice, justo antes que el grupo de neonazis le den una paliza.
Por otro lado, a Lars, le deniegan su ascenso a sargento en el último momento porque intentó ligar con uno de sus subordinados en una noche de borrachera. Cuando llega a casa, nos encontramos con unos padres autoritarios que le presionan para que siga su carrera militar. En este punto, Lars toma consciencia del conflicto entre su homosexualidad y los deseos de su familia. Esto le crea una gran confusión que le sitúa en un callejón sin salida. ¿Quizá lo mejor sea eliminar la homosexualidad, uniéndose a un grupo neonazi?
Pero los sentimientos siguen ahí, a pesar que uno quiera ocultarlos o negarlos. Lars y Jimmy comparten casa y se enamoran. En una noche de borrachera, finalmente Lars se deja llevar por sus emociones y acaban juntos en la cama. Esto les lleva a una dinámica de doble personalidad, de vivir en el armario, que se muestra de forma contundente en la escena en la cama dónde se ve el símbolo nazi que tiene Jimmy tatuado en la espalda mientras mantienen relaciones sexuales.
Aquí nos encontramos con un tema interesante de la película, el miedo al aislamiento social. Todos necesitamos pertenecer a un grupo, ser parte de él. Esta necesidad puede llegar a ser tan fuerte como la negación de la propia orientación sexual. Al final de la película, este conflicto desemboca en una paliza que le propina el propio Jimmy a Lars. Después de esto, Jimmy quiebra su pertenencia con el grupo para marcharse junto con Lars. Para Jimmy, el grupo era su familia y sólo puede llegar a resolver esta cuestión, una vez llegado al límite. Aquí me pregunto si hay tanta diferencia entre el miedo de Jimmy de ser excluido de su comunidad y el miedo de una persona homosexual de ser excluido de la sociedad heterosexual en la que vivimos.
Por otro lado tenemos la xenofobia y la homofobia propias del grupo neonazi. En la película, estas dos formas de odio se muestran explícitamente mediante la violencia física en grupo. Por un lado, cuando un grupo de extranjeros entra en un bar, el grupo neonazi grita: “huele a rata del desierto” y luego Jimmy se enfrenta a puñetazos con uno de ellos. Por otro lado, la homofobia se muestra con las palizas que les dan a los homosexuales en el parque o en la puerta de su casa.
Aquí aparece otro de los temas interesantes de la película. Mientras el inmigrante no se puede ocultar, ya que una persona que es negra, lo será siempre, el homosexual sí puede vivir oculto. Lars y Jimmy viven su vida sexual en su casa del campo sin que nadie sepa nada.
Esta homofobia que se muestra en la película no dista mucho de la homofobia que tenemos hoy en día en nuestra sociedad, dónde domina el discurso heterosexual, empezando por el Ministro del Interior, pasando por la Iglesia Católica, las escuelas o la propia familia. La diferencia está que en lugar de dar palizas a los homosexuales, se utiliza el discurso como herramienta para discriminar y aislar las minorías sexuales, que va calando de forma constante y profunda en cada uno de nosotros. Un discurso que se transmite de boca a boca, hasta llegarse a encarnar dentro de los propios homosexuales. ¿Os imagináis a un negro dar una paliza a otro negro por ser más negro? Pero en cambio sí que hay homosexuales que son discriminados por otros homosexuales sólo por andar de forma diferente.
Otro de los aspectos que refleja la película es el bajo nivel cultural y la falta de pensamiento crítico del grupo de neonazis. Esto se ve plasmado en una de las conversaciones en las que Lars defiende la homosexualidad de la mano derecha de Hitler. El único en rebatirle es Fatty, el líder del grupo. En este sentido, creo que la película nos brinda pistas para combatir el autoritarismo y el pensamiento totalitario.
Por otro lado, a Lars, le deniegan su ascenso a sargento en el último momento porque intentó ligar con uno de sus subordinados en una noche de borrachera. Cuando llega a casa, nos encontramos con unos padres autoritarios que le presionan para que siga su carrera militar. En este punto, Lars toma consciencia del conflicto entre su homosexualidad y los deseos de su familia. Esto le crea una gran confusión que le sitúa en un callejón sin salida. ¿Quizá lo mejor sea eliminar la homosexualidad, uniéndose a un grupo neonazi?
Pero los sentimientos siguen ahí, a pesar que uno quiera ocultarlos o negarlos. Lars y Jimmy comparten casa y se enamoran. En una noche de borrachera, finalmente Lars se deja llevar por sus emociones y acaban juntos en la cama. Esto les lleva a una dinámica de doble personalidad, de vivir en el armario, que se muestra de forma contundente en la escena en la cama dónde se ve el símbolo nazi que tiene Jimmy tatuado en la espalda mientras mantienen relaciones sexuales.
Aquí nos encontramos con un tema interesante de la película, el miedo al aislamiento social. Todos necesitamos pertenecer a un grupo, ser parte de él. Esta necesidad puede llegar a ser tan fuerte como la negación de la propia orientación sexual. Al final de la película, este conflicto desemboca en una paliza que le propina el propio Jimmy a Lars. Después de esto, Jimmy quiebra su pertenencia con el grupo para marcharse junto con Lars. Para Jimmy, el grupo era su familia y sólo puede llegar a resolver esta cuestión, una vez llegado al límite. Aquí me pregunto si hay tanta diferencia entre el miedo de Jimmy de ser excluido de su comunidad y el miedo de una persona homosexual de ser excluido de la sociedad heterosexual en la que vivimos.
Por otro lado tenemos la xenofobia y la homofobia propias del grupo neonazi. En la película, estas dos formas de odio se muestran explícitamente mediante la violencia física en grupo. Por un lado, cuando un grupo de extranjeros entra en un bar, el grupo neonazi grita: “huele a rata del desierto” y luego Jimmy se enfrenta a puñetazos con uno de ellos. Por otro lado, la homofobia se muestra con las palizas que les dan a los homosexuales en el parque o en la puerta de su casa.
Aquí aparece otro de los temas interesantes de la película. Mientras el inmigrante no se puede ocultar, ya que una persona que es negra, lo será siempre, el homosexual sí puede vivir oculto. Lars y Jimmy viven su vida sexual en su casa del campo sin que nadie sepa nada.
Esta homofobia que se muestra en la película no dista mucho de la homofobia que tenemos hoy en día en nuestra sociedad, dónde domina el discurso heterosexual, empezando por el Ministro del Interior, pasando por la Iglesia Católica, las escuelas o la propia familia. La diferencia está que en lugar de dar palizas a los homosexuales, se utiliza el discurso como herramienta para discriminar y aislar las minorías sexuales, que va calando de forma constante y profunda en cada uno de nosotros. Un discurso que se transmite de boca a boca, hasta llegarse a encarnar dentro de los propios homosexuales. ¿Os imagináis a un negro dar una paliza a otro negro por ser más negro? Pero en cambio sí que hay homosexuales que son discriminados por otros homosexuales sólo por andar de forma diferente.
Otro de los aspectos que refleja la película es el bajo nivel cultural y la falta de pensamiento crítico del grupo de neonazis. Esto se ve plasmado en una de las conversaciones en las que Lars defiende la homosexualidad de la mano derecha de Hitler. El único en rebatirle es Fatty, el líder del grupo. En este sentido, creo que la película nos brinda pistas para combatir el autoritarismo y el pensamiento totalitario.
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