Comienza con una muy buena premisa, buen ritmo y lo que prometen ser una buenas actuaciones. Pero todo eso se ve destrozado a medida que avanza la película de terror sobre la evolución de una mujer con un retraso mental en un mundo de hombres con intención de enseñarle el mundo y cuidarle para solo aprovecharse de ella. En el que su “empoderamiento” consiste en vender su cuerpo por dinero porque, como dice el señor que se enamora de ella cuando tiene la mentalidad de una niña de dos años, ella es libre de hacer con su cuerpo lo que quiera. Problemas de capitalizar el feminismo.
Y en ese momento la incomodidad da paso al enfado. El blanqueo de la prostitución, las interminables escenas de sexo que dejan de contar nada, incongruencias en el personaje principal, el romanticismo del amor de un señor hacia una niña. Lo surrealista siempre tiene que tener algo de coherencia pero yo aquí solo veo una amalgama de intenciones de moralidad cuestionables. Es una película que no deja indiferente pero no se si eso es bueno.