Tanto la niña como el psicólogo ejecutan a la perfección su personaje de forma coherente y constante durante toda la película. En realidad no es una película original ni es perfecta pero entretiene y en ocasiones logra conmover. Pero lo que salva el film son los 2 actores principales (Richard Neil y Savannah Liles), que en mi opinión lo bordan, y el desafío que se crea entre ellos utilizando un tablero de ajedrez como campo de batalla logra enganchar desde el primer momento.

Sin duda es una película de bajo presupuesto que no dudaría en recomendar y que a nadie dejará indiferente.

No niego que el comienzo es prometedor... aunque ya se adivina un poco lenta. Pero a medida que se va desarrollando el film se vuelve confuso, raro, pesado y repetitivo. Esta película me ha dado dolor de cabeza. Y no es que tenga un final raro, es que es rara toda ella. Habrá quién disfrute de pelis así, supongo que tendrán su público. Desde luego no soy yo.