Los grandes autores no necesitan de grandes temas para contar grandes historias, su capacidad narrativa supera con creces los contenidos. Es una excelente película con una gran fuerza dramática y una fotografía que desde la primera escena presta a lo cotidiano de una gran belleza y lo eleva a la categoría de lo trascendente.

El guión muestra desde el primer momento muchas líneas que convergen al final, cuando todo cobra pleno significado y que me recuerda a muchas técnicas del llamado realismo mágico.

Quizá llega a un punto de exceso dramático que hace perder credibilidad a la película.

Las heridas abiertas tras la 2ª Guerra Mundial alcanzan fechas tan tardías como los años 90 a través de la vida de las protagonistas de esta película y de la reconfiguración del mapa de Europa. Los totalitarismos soviético y nazi destruyeron no solo físicamente la vida de millones de personas sino las de sus descendientes y muestra como los "sistemas" se sirven de las personas para perpetuarse en vez de servir a las personas.

La historia se encuadra en el momento de la caída de la RDA y muestra cómo la vida personal se ha visto influída por el momento histórico que les tocó vivir.

A destacar la preciosista fotografía, que subraya el sentimiento dramático de la película con unos exteriores en los que se muestra un mar gris y frío que contrasta con la calidez del hogar perfecto de la protagonista.

Lo peor es alguna inconsistencia del guión especialmente durante la primera media hora y en los momentos finales de la película.

En resumen una buena película que podría haber logrado cotas más altas pues el material merece mejor guión.