LA ULTRA-SUBJETIVIDAD FRAGMENTADA

No puede haber obra más personal que Meshes of the afternoon de Maya Deren ,no solo por ser ella la guionista, directora y actriz del cortometraje si no porque nos adentra en su mundo interior, en su percepción psicológica del espacio-tiempo y como este puede extenderse y acortase en la siempre cambiante arquitectura del inconsciente.
Esto se ve acentuado con las diversas tomas subjetivas, cuando entra a su casa y encuentra en los objetos rutinarios una cierta extrañeza, cuando se queda dormida y un filtro simulación de parpado (que no oscurece como seria literalmente al cerrar un ojo), si no solo difumina la imagen y se aleja en un túnel telescópico , empezando así la confusión entre realidad y sueño que se mantiene en todo el relato.
Y por supuesto las tomas ultra-subjetivas en que se ve a si misma dormida, soñando dentro del sueño, o cuando se ve por la ventana corriendo tras el ser extraño ,y comenzando de nuevo el ciclo ,pero visto desde diferentes ángulos, fragmentándose en múltiples “yos “ con diferentes personalidades, convirtiéndose ella misma en la que espía y la que es observada, en la cómplice y la victima, hasta el punto en que convergen tres Derens en una mesa (con un inteligente uso de la magia del cine)para descubrir quién es el lado oscuro, la que porta el cuchillo, la asesina ,la que conduce a la autodestrucción.
Maya Deren no solo se fragmenta psicológicamente, si no que también disecciona su cuerpo incluyendo o excluyendo en el cuadro partes de el, desde el principio que un brazo que baja por arriba del cuadro, pone la flor en el suelo y luego desaparece con el efecto “POP” de Melies, o la sombra de ella misma recogiendo la flor, o la diversas tomas a los pies que caminan y entran a la puerta, o el ojo en primer plano, esto genera un tono de misterio, un suspenso a lo desconocido ,a tener miedo hasta de nosotros mismos.


LA RELATIVIDAD DANCISTICA

Maya Deren utiliza al máximo sus habilidades expresivas como bailarina no solo con su cuerpo, sino que parece que la cámara, las paredes, los objetos y hasta la edición baila con ella ,y como con estos recursos de formas y movimiento genera un sinfín de posibilidades en el universo onírico creado por ella en una simple habitación.
Como al inicio ella corre varias veces en el mismo segmento de camino y con puro montaje genera la sensación de nunca poder alcanzar al ser que se esconde. O como convierte las escaleras en interminables subiendo con pasos en cámara lenta, o como hace parecer que estuviera temblando con movimientos de cámara, o cuando se pierde la noción de arriba y abajo entre diferentes tomas de ella deslizándose entre rincones del techo , o su brazo volando con la cámara por la habitación para apagar el toca discos.
Con ritmo suave entre sedas movidas por el viento, o violento entre paredes que aprisionan ,con largos silencios y música minimalista oriental,Maya Deren baila en su mundo inventado, tan cotidiano o fantástico como ella lo desee, y por supuesto adentrando al espectador en este mundo de sensaciones y atmósferas que solo existen en los sueños, y hacen que el espacio y el tiempo sean relativos ,relativos a la expresión artística de Deren y relativos a los sentimientos de quien lo percibe.

ACABO DE VER LA PELICULA DE SEÑORA INFLUENCER Y LA CONSIDERO LA MEJOR PELICULA MEXICANA DEL 2023 Y DE LAS MEJORES A NIVEL MUNDIAL. El cartel se me hace espantoso y no tenia ganas de verla, aparte de que creo que no le hicieron la publicidad mas adecuada, sin embargo después de escuchar comentarios positivos de críticos que admiro me decidí a verla y creo que es la critica mas mordaz y audaz que se ha hecho en medios audiovisuales a las redes sociales, a los influencers y en general a la sociedad contemporánea, a la cual le da una tremenda bofetada.

Con un humor completamente ácido muestra lo mas ridículo, grotesco y absurdo de los medios de comunicación hoy en día y como nos pueden convertir en seres monstruosos. Es una mezcla de las películas del Joker, Requiem por un sueño (sobre todo el arco de la viejita que quiere ser famosa) y el capÍtulo de Black Mirror de la app que puntúa a las personas según su fama. Sin embargo creo que esta cinta supera a las antes mencionadas y lleva estos temas a un nivel mucho mas profundo y a situaciones mas extremas e hilarantes.
Con un uso magistral del lenguaje cinematográfico tanto en su plano visual como auditivo y retomando diversos estilos como el expresionismo, surrealismo, los musicales, thrillers, cine negro, falso documental, guiallo, slasher, y el nuevo-nuevo cine mexicano llevándolo a sus limites y excesos mas kitchs y posmodernos para hacerle una fuerte autocritica. Ahora que el hiperrealismo y las docuficciones están tan de moda esta cinta es un respiro de esa solemnidad y pornomiseria en la que se ha empantanado el cine nacional.
La escenografía totalmente teatral y expresiva hace ver a la protagonista de 40 años como una niña, achicando su cuerpo y agrandando los objetos (muy al estilo Gondry) mostrando su estado y edad mental, una inocencia retorcida por la encarceladora sobreprotección del padre y que provoca una claustrofobia tanto arquitectónica como emocional, la protagonista quiere desenjaularse de si misma y mostrar ante el mundo su intimidad reprimida por décadas.

Yo que pensaba que Emma Stone era la mejor actriz del año por Pobres creaturas, ahora veo que Monica Huarte se debería llevar ese galardón. Un trabajo impresionante en cuanto a microgestos, miradas y modulaciones de la voz, que pendulan entre la personalidad de una niña y una señora con una madurez tardía, entre la falsedad de un personaje impostado que quiere ayudar imitando la burda actitud de los tiktokers y por otro lado un cumulo de emociones viscerales, pasionales e impulsivas. Esta polaridad lleva a un corto circuito interno, como los electroshoks que recibió en el psiquiatra postaccidente y con el que amenaza a sus víctimas, un sistema nervioso en alta tensión, el contraste entre una hipersensibilidad victimizante (todo lo que le dicen le afecta al máximo) pero que ebulle hasta desbordarse en una psicopatía victimaria y vengadora.

Pero también los actores que encarnan los demás personajes lo hacen de forma extraordinaria, todos muy bien nivelados en el mismo tono caricaturesco y fársico pero que cada vez se emparentan mas a las personas de la vida real que son devoradas por su propio personaje; las tiktokers fresonas que rapiñan likes, el padre cineasta y su grupie, el manager berrinchudito que las cuida como niñera, la terapeuta aconsejadora que provoca catarsis en sus pacientes usando la mas superficial retorica New age, los haters como demonios antipáticos que hacen comentarios hirientes. Todos ellos como rapaces monstruos hambrientos de dinero y atención.

De como una niña traumada y neurodivergente puede convertirse en una asesina serial al vivir en este mundo de depredadores y arribistas, una sociedad de una superficialidad rosada y cool pero con las entrañas llenas de decadencia y podredumbre. De como alguien que pudo ser la maestra mas tierna y amorosa de una primaria se trastorna hasta ser la versión mas hiperviolenta de si misma.

PUES YA VI LA PELÍCULA DE BARDO Y CREO QUE SE DEBERÍA LLAMAR BURDO. Y antes de que tengan un prejuicio adelantado del análisis que haré a continuación he de decirles que lo burdo se relaciona con lo fársico, y la farsa es un estilo que se usa sobre todo en las artes escénicas y que considero es el que más se acerca a lo poético. No he leído ninguna crítica profesional antes de emitir mi juicio, sólo comentarios en Facebook que he notado bastante contrastantes. Se ha polarizado la opinión pública respecto a la película. Aquí va mi aporte:
Primero que nada hacer una autobiografía o biografía de un personaje real o ficticio en la manera en que él lo hace, conjuntando la fantasía con lo verdadero, la historia de un país con la del protagonista, sus sentimientos y pensamientos más profundos con el retrato de una época. Esto no es nada novedoso y ya lo han hecho decenas de directores antes y para mi gusto personal mucho mejor que lo que hizo Iñarritú en este filme. Por mencionar algunos: El arca rusa de Sokurov, Big Fish de Tim Burton, El sanatorio de la clepsidra de Wojciech Has, 8 ½ de Fellini, La gran belleza de Sorrentino, Santa Sangre de Jodorowsky , La ciencia del sueño de Gondry, El árbol de Guernica de Arrabal, Pafnucio Santo de Corkidi, Pastoral de Terayama y mi película favorita de la historia El color de la granada de Paradjanov. Iñarritú se inspira en varios de estos directores, pero logra impregnar su propio sello personal y el resultado no queda como una simple imitación y mucho menos un plagio como he leído en algunos comentarios.

Sin embargo, en Méxcio no es nada común el uso de este tipo de lenguaje en el cine, y menos ahora que está de moda las docuficciones o intentar retratar la realidad lo más fiel posible. También es muy diferente al cine que ha hecho durante toda su carrera aunque en Birdman ya había bastantes destellos de lo que sería Bardo. Su trilogía de las historias entrelazadas (Amores perros, Babel y 21 gramos) buscan contar de forma coral la vida de muchos personajes que sufren la injusticia, la violencia, la pobreza, la soledad, el desamor y demás dolencias que suelen aquejar a la humanidad. En su estilo siempre buscó un hiperrealismo exagerado, una excesiva acumulación de tragedias para que los espectadores empaticen son sus sufrientes personajes, en ocasiones al bardo, digo al borde de caer en lo telenovelesco. Ha esto Jorge Ayala Blanco, el que para mí es el mejor crítico del mundo, le nombra el “tremendismo” de forma burlona. Todo lo que les sucede es super tremendo.Por decir un ejemplo: en Amores perros una modelo ricachona es la amante de un empresario y logra con su belleza convencerlo de dejar a su familia para vivir en un departamento, por si fuera poco pierde las piernas en un aparatoso choque, por si fuera poco su perrito se queda atrapado en un hoyo del piso y se la pasa chillando dia y noche, por si fuera poco retiran un espectacular de una foto suya frente a su ventana de cuando aún tenía piernas, una tras otra pura desgracia. Ya ni se diga Bardo, digo Bardem en Beutiful y Dicaprio en el Renacido. Así son absolutamente todos los personajes de Iñarritú.

En Bardo Iñarritú continua con esta tendencia tremendista superazotada pero deja a un lado el realismo para hacer un recorrido surrealista por su vida. El surrealismo busca liberar el inconsciente de los artistas para que puedan plasmar sus mayores miedos, deseos, incógnitas e ideas, su autopercepción y la apreciación subjetiva del mundo. En Bardo se ve claramente todo esto, es echarnos un clavado en la mente de Iñarritú, en lo que siente y piensa, y esto no tiene que ser necesariamente placentero, ni acorde con nuestras ideologías o subjetividades.
El adjetivo que más he escuchado para criticar la película es que es “pretenciosa”, esa palabrita la he escuchado hasta el cansancio no solo para describir esta película si no un sinfín de obras de arte que la gente considera raras, sobresaturadas, distintas a lo convencional, o que contienen una gran cantidad de elementos. Pero para mí esta película es lo contrario de pretencioso, Iñarritú hace un fiel autorretrato, y nos muestra lo que tiene dentro y fuera de sí mismo. El personaje Silverio es su propio avatar, un director de cine famoso, rico, mamón, que vive en Estados unidos pero tiene nostalgia a sus raíces mexicanas, un padre que comete errores con sus hijos, que tiene traumas, que ha cometido incongruencias, que está rodeado de la élite del arte y fanáticos que quieren husmear en su vida privada. Todo esto lo refleja perfectamente en la película. Si pretendiera hacerse ver como un héroe, como alguien humilde, como alguien perfecto, como un revolucionario, una vida de puros triunfos tanto en su carrera como en lo personal, entonces si sería pretenciosa. Aquí no pretende ser nadie que no es.