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5.2
14,127
9
8 de octubre de 2024
8 de octubre de 2024
56 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solamente nos das igual, Arthur
En 1988, Alan Moore presenta un enorme tanque químico que convierte a un desdichado pseudo-humorista en un asesino genio, así nace el primer Joker: el azote de Gotham, el bromista asesino. En 2019, con la ventaja del tiempo narrativo y tras la explotación máxima del Joker como figura de acción con Nolan, nace Arthur Fleck de la mano de Todd Phillips. Este Arthur es un desdichado enfermo mental, un pseudo-humorista que pasa de ser un triste alfeñique con mala suerte a... nada, a ser Arthur Fleck, un desdichado enfermo mental. Sobre esto se centra mi tesis en este análisis.
Para no alargarme, aquí expongo los tres puntos clave que usaré para defender esta tremenda obra compuesta por dos piezas: el Joker de Todd Phillips. Además, siempre pensé que el Joker, como villano, carecía de una base sólida que dotara de interés a sus actos. Partiendo de esta idea, propongo tres puntos que creo que no han sido suficientemente considerados en esta ola de críticas hacia la película:
Esta película no trata sobre Batman, los superhéroes ni nada cercano (y sí, hace falta decirlo).
Esta película ha sufrido por nuestras expectativas de cómo el final de la primera nos arrojaría al Joker que todos conocemos como el villano de Batman.
Esta película trata sobre el maltrato, la pobreza y la enfermedad mental.
Arthur Fleck no es el Joker que todos conocemos. No pretende serlo, ni debería serlo.
Todd Phillips juega con la narrativa conocida del niño cuyos padres mueren en un asesinato fortuito, pero explicando su mundo. Me explico: todos sabemos que Gotham está en la oscuridad, un lugar donde solo existe el mal, lleno de locos y pobres. ¿Pero por qué es así? El Joker nunca fue la causa, solo un síntoma destructivo de una enfermedad mayor. Gotham.
Gotham es el verdadero enemigo de esta historia, un villano que quita medicación a sus enfermos, donde ricos golpean a payasos en el metro y cómicos primerizos son ridiculizados en televisión. Gotham es un villano real.
Esta película llega a un público educado en el Joker mafioso de Nicholson, el terrorista de Ledger o el "rey del club" de Leto. Tras ver a Arthur Fleck asesinar a De Niro y liberarse tras un accidente, esperábamos al rey del crimen, pero eso fue culpa de nuestras expectativas. Todd nunca ocultó que esta película no iba sobre el Joker, sino sobre Arthur Fleck, un desdichado enfermo mental.
Os pregunto: ¿Sabéis que Arthur está enfermo? ¿Sabéis que está loco, trastornado? Me diréis que si pero...
Y aquí viene lo duro. En este siglo, el de la salud mental, el estrés y la visualización del suicidio, no hemos entendido el porqué de este Joker.
El personaje que asesina a su compañero Randall, a los tres hombres en el metro, a su madre y a Murray Franklin, ha sido abusado física y psicológicamente desde la infancia. Tiene una madre con trastorno narcisista y psicosis delirante, ha vivido en la pobreza extrema y carece de herramientas para escapar de su entorno. Aun así, Arthur solo quiere ser "Happy", solo quiere hacer feliz a la gente. Incluso Gary Puddles (el señor bajito) le dice: "Tú eras el único que no me trataba mal". Esto muestra que Arthur, en esencia, es una persona buena, que solo quería una vida normal.
Pero, ¿la buena gente asesina?
Dejo la pregunta en el aire: ¿Acaso no podemos todos perder la cordura tras sufrir repetidamente como lo hizo Arthur? Despedido y pobre, sin medicación, engañado sobre sus abusos infantiles, sin ilusiones, traicionado por su ídolo...
Los espectadores de Folie à Deux pecan de no entender que esta película trata sobre un enfermo, no sobre un villano. Un enfermo que solo es aceptado cuando se convierte en el Joker, aunque él sabe que, para su desgracia... solo es Arthur Fleck.
Sigo en el Spoiler.
En 1988, Alan Moore presenta un enorme tanque químico que convierte a un desdichado pseudo-humorista en un asesino genio, así nace el primer Joker: el azote de Gotham, el bromista asesino. En 2019, con la ventaja del tiempo narrativo y tras la explotación máxima del Joker como figura de acción con Nolan, nace Arthur Fleck de la mano de Todd Phillips. Este Arthur es un desdichado enfermo mental, un pseudo-humorista que pasa de ser un triste alfeñique con mala suerte a... nada, a ser Arthur Fleck, un desdichado enfermo mental. Sobre esto se centra mi tesis en este análisis.
Para no alargarme, aquí expongo los tres puntos clave que usaré para defender esta tremenda obra compuesta por dos piezas: el Joker de Todd Phillips. Además, siempre pensé que el Joker, como villano, carecía de una base sólida que dotara de interés a sus actos. Partiendo de esta idea, propongo tres puntos que creo que no han sido suficientemente considerados en esta ola de críticas hacia la película:
Esta película no trata sobre Batman, los superhéroes ni nada cercano (y sí, hace falta decirlo).
Esta película ha sufrido por nuestras expectativas de cómo el final de la primera nos arrojaría al Joker que todos conocemos como el villano de Batman.
Esta película trata sobre el maltrato, la pobreza y la enfermedad mental.
Arthur Fleck no es el Joker que todos conocemos. No pretende serlo, ni debería serlo.
Todd Phillips juega con la narrativa conocida del niño cuyos padres mueren en un asesinato fortuito, pero explicando su mundo. Me explico: todos sabemos que Gotham está en la oscuridad, un lugar donde solo existe el mal, lleno de locos y pobres. ¿Pero por qué es así? El Joker nunca fue la causa, solo un síntoma destructivo de una enfermedad mayor. Gotham.
Gotham es el verdadero enemigo de esta historia, un villano que quita medicación a sus enfermos, donde ricos golpean a payasos en el metro y cómicos primerizos son ridiculizados en televisión. Gotham es un villano real.
Esta película llega a un público educado en el Joker mafioso de Nicholson, el terrorista de Ledger o el "rey del club" de Leto. Tras ver a Arthur Fleck asesinar a De Niro y liberarse tras un accidente, esperábamos al rey del crimen, pero eso fue culpa de nuestras expectativas. Todd nunca ocultó que esta película no iba sobre el Joker, sino sobre Arthur Fleck, un desdichado enfermo mental.
Os pregunto: ¿Sabéis que Arthur está enfermo? ¿Sabéis que está loco, trastornado? Me diréis que si pero...
Y aquí viene lo duro. En este siglo, el de la salud mental, el estrés y la visualización del suicidio, no hemos entendido el porqué de este Joker.
El personaje que asesina a su compañero Randall, a los tres hombres en el metro, a su madre y a Murray Franklin, ha sido abusado física y psicológicamente desde la infancia. Tiene una madre con trastorno narcisista y psicosis delirante, ha vivido en la pobreza extrema y carece de herramientas para escapar de su entorno. Aun así, Arthur solo quiere ser "Happy", solo quiere hacer feliz a la gente. Incluso Gary Puddles (el señor bajito) le dice: "Tú eras el único que no me trataba mal". Esto muestra que Arthur, en esencia, es una persona buena, que solo quería una vida normal.
Pero, ¿la buena gente asesina?
Dejo la pregunta en el aire: ¿Acaso no podemos todos perder la cordura tras sufrir repetidamente como lo hizo Arthur? Despedido y pobre, sin medicación, engañado sobre sus abusos infantiles, sin ilusiones, traicionado por su ídolo...
Los espectadores de Folie à Deux pecan de no entender que esta película trata sobre un enfermo, no sobre un villano. Un enfermo que solo es aceptado cuando se convierte en el Joker, aunque él sabe que, para su desgracia... solo es Arthur Fleck.
Sigo en el Spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Solamente nos das igual, Arthur. Parte 2 (con spoilers)
Todd Phillips nos lanza mensajes de luz sobre Arthur cuando intuimos que el Joker está despertando. Literalmente, enciende luces sobre él, pero lo que en realidad está haciendo es diciéndonos: "Ey, aquí es donde crees que aparece el Joker, pero no". Arthur sigue apático, fumando, en una interpretación increíblemente fidedigna de la vida de alguien con problemas de salud mental.
El Joker solo despierta cuando se presenta el mayor anhelo de Arthur: ser amado. Lady Gaga, como Harley Quincel, representa un poco de nosotros, el público.
La película se llama Joker porque jamás hubiéramos prestado tanta atención a una película si no tuviera el envoltorio de este villano. Nos da igual la salud mental. Despreciamos la enfermedad mientras aplaudimos las escasas inversiones en cuidados mentales y los demasiado frecuentes cursos de autoayuda, pero, al final, ni entendemos ni apoyamos realmente estos temas. Harley despierta a un Joker que, en realidad, no existe. Arthur solo asesina porque su vida había colapsado. No es un genio asesino, ni siquiera es especialmente inteligente. Pero, para ser amado (como se ve incluso en su primera relación sexual), debe interpretar un rol. Así, el bueno de Fleck se convierte en un Joker que, a diferencia de los anteriores, no posee una inteligencia suprema. Se defiende en el juicio como un patán sin mucha idea, VOLVIENDO a decirnos: "Ey, tú, no soy ese Joker que esperas. Solo soy el pequeño y flaco Arthur Fleck. ¿Recuerdas que entregué una nota explicando que mi salud mental no está bien? Pues eso".
Phillips nos da una falsa esperanza de retomar al Joker que todos conocemos cuando hace volar el juzgado, solo para volver a decirnos que nuestras expectativas no eran reales. Ese acto es simplemente un crimen en una Gotham que comienza a pudrirse y que ha elegido convertir a Arthur en un símbolo, uno que surgió de casualidad, por la mala suerte de un farandulero de televisión en el momento equivocado.
Cuando vuelve a subir la escalera, las luces de la expectativa reaparecen, pero ya sabemos que ha renunciado al Joker, que se arrepiente, que solo es un humano. Como los críticos de cine, Harley reniega de él. Nadie quiere a Arthur Fleck, solo quieren al Joker, ese cuya maldad suprema condona no tener origen.
El final indica que Arthur solo despertó algo latente en la ciudad. Ese asesino psicópata que lo mata, conecta con el Joker de Nolan y tantos otros, uno cuyo origen no es tan traumático ni elaborado: es simplemente un psicópata que se ha cortado la boca porque... bueno, es un psicópata (bienvenidos al tren de la cac*, como diría Krieg de Borderlands, otro conocido psicópata de ficción). Aunque no vaya a haber una tercera parte, creo que la película quiere decirnos: "Ey, al final habrá muchos 'Jokers'. Se alimentarán de una falsa leyenda del primero, asumiendo su supuesto 'rol legítimo'".
En definitiva, esta película ha sufrido por nuestras exigencias. Nos basamos en las expectativas que tenemos del Joker por haberlo visto en otras circunstancias más comunes para el personaje. También se ha nutrido de la deshumanización, de no entender que hechos graves pueden llevar a una persona a extremos que jamás habría alcanzado. Como decía Penny, la madre de Arthur: "Él no haría daño ni a una mosca".
Gracias por leerme. Espero que te haya gustado.
Todd Phillips nos lanza mensajes de luz sobre Arthur cuando intuimos que el Joker está despertando. Literalmente, enciende luces sobre él, pero lo que en realidad está haciendo es diciéndonos: "Ey, aquí es donde crees que aparece el Joker, pero no". Arthur sigue apático, fumando, en una interpretación increíblemente fidedigna de la vida de alguien con problemas de salud mental.
El Joker solo despierta cuando se presenta el mayor anhelo de Arthur: ser amado. Lady Gaga, como Harley Quincel, representa un poco de nosotros, el público.
La película se llama Joker porque jamás hubiéramos prestado tanta atención a una película si no tuviera el envoltorio de este villano. Nos da igual la salud mental. Despreciamos la enfermedad mientras aplaudimos las escasas inversiones en cuidados mentales y los demasiado frecuentes cursos de autoayuda, pero, al final, ni entendemos ni apoyamos realmente estos temas. Harley despierta a un Joker que, en realidad, no existe. Arthur solo asesina porque su vida había colapsado. No es un genio asesino, ni siquiera es especialmente inteligente. Pero, para ser amado (como se ve incluso en su primera relación sexual), debe interpretar un rol. Así, el bueno de Fleck se convierte en un Joker que, a diferencia de los anteriores, no posee una inteligencia suprema. Se defiende en el juicio como un patán sin mucha idea, VOLVIENDO a decirnos: "Ey, tú, no soy ese Joker que esperas. Solo soy el pequeño y flaco Arthur Fleck. ¿Recuerdas que entregué una nota explicando que mi salud mental no está bien? Pues eso".
Phillips nos da una falsa esperanza de retomar al Joker que todos conocemos cuando hace volar el juzgado, solo para volver a decirnos que nuestras expectativas no eran reales. Ese acto es simplemente un crimen en una Gotham que comienza a pudrirse y que ha elegido convertir a Arthur en un símbolo, uno que surgió de casualidad, por la mala suerte de un farandulero de televisión en el momento equivocado.
Cuando vuelve a subir la escalera, las luces de la expectativa reaparecen, pero ya sabemos que ha renunciado al Joker, que se arrepiente, que solo es un humano. Como los críticos de cine, Harley reniega de él. Nadie quiere a Arthur Fleck, solo quieren al Joker, ese cuya maldad suprema condona no tener origen.
El final indica que Arthur solo despertó algo latente en la ciudad. Ese asesino psicópata que lo mata, conecta con el Joker de Nolan y tantos otros, uno cuyo origen no es tan traumático ni elaborado: es simplemente un psicópata que se ha cortado la boca porque... bueno, es un psicópata (bienvenidos al tren de la cac*, como diría Krieg de Borderlands, otro conocido psicópata de ficción). Aunque no vaya a haber una tercera parte, creo que la película quiere decirnos: "Ey, al final habrá muchos 'Jokers'. Se alimentarán de una falsa leyenda del primero, asumiendo su supuesto 'rol legítimo'".
En definitiva, esta película ha sufrido por nuestras exigencias. Nos basamos en las expectativas que tenemos del Joker por haberlo visto en otras circunstancias más comunes para el personaje. También se ha nutrido de la deshumanización, de no entender que hechos graves pueden llevar a una persona a extremos que jamás habría alcanzado. Como decía Penny, la madre de Arthur: "Él no haría daño ni a una mosca".
Gracias por leerme. Espero que te haya gustado.
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