Si los zombis están de moda y el sexo nunca deja de estarlo, era cuestión de tiempo que alguien nos mostrara sin disimulos este espectáculo de sangre y pechos descomunales.

Un grupo de adolescentes tratará de sobrevivir al típico apocalipsis zombi. Para ello tendrán que luchar con bates, lanzas, espadas y armas de fuego contra los temibles no muertos.

Tiene momentos de acción trepidante y una descarada fijación en planos imposibles que permitan realzar los movimientos sensuales de las protagonistas y podamos contemplar su ropa interior.

Ante tan sugerente espectáculo visual el desarrollo de los personajes hace que la historia pierda casi todo el interés cuando no se está apaleando a zombis o las protagonistas no frotan sus pechos con cualquier cosa que tengan a mano. Y es que los personajes son planos y los diálogos son simples y a menudo sin sentido.

En definitiva, una serie no apta para menores por su contenido erótico y violento, que los mayores difícilmente podrán disfrutar plenamente por la simplicidad de la trama y de los personajes.

Cube es una de esas películas que recuerdas como una gran película. El problema es que no soporta una revisión posterior. La primera vez que vi Cube fue a finales de los 90 o principio del nuevo milenio y me dejó grabada en en la cabeza su original guión. Muchos años después, he vuelto a verla esperando volver a revivir las sensaciones que me hicieron creer que esta película era tan buena y sinceramente me ha decepcionado,
Sin duda, Cube tiene un guión muy original y la atmósfera claustrofóbica que imprime desde el minuto uno hace que te mantengas pendiente al desarrollo de la trama. Sin embargo, las actuaciones desastrosas y los diálogos a veces sin sentido, hacen que todo se vaya desmoronando.
En resumen, Cube resulta ser una película interesante por su guión tan original pero falla estrepitosamente con los diálogos y las actuaciones de los personajes.

Me gustaría empezar diciendo que esta película no la recomendaría a todo el mundo, estaría loco si lo hiciera.

En éste clásico de todos los tiempos, Fritz Lang hace un despliegue visual memorable. Es en este aspecto en el que esta película destaca de manera sobresaliente y de forma intemporal. Consigue modificar el estado de animo del espectador con secuencias que resultaran inolvidables como las coreografía de los trabajadores al son del dictamen de las monumentales máquinas que gobiernan su trabajo.

Sin embargo, tanto el guión y las actuaciones no son aptas para todos los gustos.

En cuanto al guión, puede resultar un poco confuso la motivación de ciertas actitudes y decisiones adoptadas por los personajes.

Las actuaciones sin duda son de otra época, sobre actuando a cada momento para poder transmitir lo que con el habla no pueden, puede resultar en algunos momentos hilarante.

Recomendada para cinéfilos o interesados en el expresionismo alemán. No es una película que si la ponen en televisión y te topas con ellas probablemente aguantes las imágenes poco más de un minuto.

Sin duda, como muchas películas de culto (no todas, por supuesto), no aguantan una revisión desapasionada.
Si bien es una película de referencia para el subgénero de muertos vivientes del subgénero gore del subgénero de cine de terror. La calidad del metraje es pésima. Escasas escenas y encuadres son de calidad, el resto resulta muy atropellado.
Es mérito de G.A. Romero, sin embargo, el poder inundar el film de una atmósfera claustrofóbica y mal sana, donde el exterior de la casa es aterrador y el interior es como poco inquietante. En su día, la cinta daría más miedo que hoy, con muchas cosas nuevas para el espectador. Pero en esas fechas ya se hacían películas de verdadera calidad. Esta, carece en muchos momentos de esa calidad.
Un montón de buenas intenciones e ideas que se copiarán hasta la fecha hasta la saciedad. Pero al fin y al cabo en términos de artísticos esta obra es como el arte rupestre, imprescindible para comprender lo que en el futuro vendrá, valiosísima en sí misma pero está muy lejos de ser una obra de arte como un Picasso.

Si para construir una casa se necesitan primero unos cimientos, para construir una filosofía de trabajo como la que desarrollará posteriormente Miyazaki en Ghibli es imprescindible esta película.
Y es que en ella podemos disfrutar de pinceladas del ideario más recurrente de Miyazaki.

La historia nos narra la extraordinaria aventura de la princesa Nausicaa por salvar a su bien querido Valle del viento. Como fondo un alegato contra la guerra y la destrucción que el hombre puede causar a sí mismo y al mundo que le rodea. En medio, un gran despliegue de imaginación para crear un mundo post-apocalíptico repleto de insectos monstruosos, máquinas voladoras y como no de ese misticismo oriental tan lleno de poesía (y violencia).

Desde luego no es la obra maestra de Miyazaki, pero son tantas las virtudes y tan pocos los defectos, que animo a todo el mundo (niños y mayores) a que la vean.