Empezamos a ver Babylon. Comienza fuerte con ese momento escatológico. Seguimos con una fiesta a lo Moulin Rouge. Hay exceso. Hay drama. Asistimos al auge del cine sonoro y el declive de las estrellas del cine mudo mientras el viaje del héroe se desarrolla. Vemos cine dentro del cine. Pasada una hora de película empiezo a intuir que el director ha querido abarcar demasiadas cosas y no ha sabido atinar con el tono de la película. ¿Qué estamos viendo? Todo y nada. Y creo que ahí está el error, en querer abarcar demasiadas cosas y no centrarse en ninguna en concreto. Y al querer abarcar tanto hay que alargar metraje y allí es cuando ya nos perdemos del todo,. Mi cabeza explota totalmente cuando bajamos al infierno del personaje de Tobey Maguire. Suficiente. Mi veredicto ya está dado.