Una de las films más movilizantes, duros, y sencibles que la filmografía brasieña ha realizado.
Conmovedora y reflexiva. Nos introduce en la intimidad más real de nuestra Latinomérica, donde los contrastes y las injusticias son moneda corriente.
La pareja protagónica logra momentos de intimidad bien realistas, donde la emoción escala escenas sublimes.
Un adulto, y un niño, nos presentan las dos caras de una misma moneda.
Por momentos los contrastes nos pegan duramente en nuestro "ego chauvinista"; sin embargo, nunca dejan de mostrar que todo es posible, que el deseo puede ser la única salvación.
Una sociedad mitigada por el dolor, que deja a los niños y a los adultos desamparados. A la buena de Dios. Sólo el amor los podrá unir, sin posesión, sin anteponer deseos más egoistas...