La película plantea ciertas cuestiones que pueden resultar interesantes: Cuando un terrorista activa un artefacto explosivo y hace saltar en pedazos a decenas de personas, incluidos niños y ancianos, ¿tiene los mismos derechos que el resto de seres humanos? ¿importan los motivos por los que activó el explosivo? ¿estamos dispuestos a renunciar a nuestros derechos más básicos, como la libertad de circulación, si con ello conseguimos atrapar a tan repugnante ser?

Lamentablemente, el director no profundiza en ninguna de las preguntas anteriores, se limita a hacer desfilar por la pantalla a un famoso elenco con el que, supongo, pretende obtener una cuantiosa recaudación. A pesar de los grandes nombres de sus protagonistas, sus actuaciones dejan mucho que desear, sobre todo la de Bruce Willis, que en su papel de General del Ejercito transmite lo mismo que un fax sin cable, quizá gracias ello ganó el premio Razzie al peor actor.

Cuando decides ver una película protagonizada por Denzel Washington y Bruce Willis, esperas encontrar acción, diversión, pasar un buen rato y que al final gane el bueno, cosas que esta película no te proporciona. Sin una serie de conocimientos históricos y geopolíticos, no comprenderás muchas de las cosas que ocurren, y si posees esos conocimientos quizá hubieras aprovechado mejor el tiempo viendo un documental.

En conclusión, recomiendo ver solamente el trailer de la película, en él se encuentra lo mejor de la misma, el resto es una pérdida de tiempo que podemos dedicar a ver mejores propuestas.

Creo que las impresiones sobre esta película serán bien distintas para aquellos que ya peinamos canas, que para la juventud veinteañera. Los que crecimos con Schwarzenegger, Stallone y compañía, estamos acostumbrados a un tipo de héroe para estas aventuras; un héroe en el que los músculos y la testosterona predominan sobre la reflexión y la personalidad, un héroe que suple la carencia de profundidad de los objetivos que se plantea conseguir con su exceso de fuerza. Por todo ello, el planteamiento de esta película me parece de lo más interesante.

La perseverancia de nuestra joven protagonista será su poder más temible. Nada le producirá el miedo suficiente para abandonar, pues acepta la muerte como lo más natural de la vida. Su rival no solo es más grande y más fuerte, además, está mejor armado. Es cierto que Schwarzenegger podría parecernos, en principio, un candidato con más posibilidades de triunfo frente al "Depredador", pero si lo analizamos un poco, nuestro "Schwarzi" también es más pequeño y débil que su rival. Por ello, una mujer joven y atlética también es buena candidata para salvar a la humanidad de las garras del Depredador.

El tesón y la valentía de nuestra protagonista, unidos al respeto y lealtad que siente por su hermano, serán las claves para que se enfrente en igualdad al temible Depredador. Este enfrentamiento nos sumergirá en una entretenida aventura que hace ciertos guiños a la película original (guiños que a los viejunos como yo nos sacan una sonrisa de vez en cuando) pero que también aporta situaciones nuevas y originales, con lo que se consigue que la película merezca la pena, pues no se trata del simple "refrito" al que las grandes productoras suelen tenernos acostumbrados.

Nos encontramos ante una película corta, pues, si prescindimos de los créditos finales, no llega ni a los 80 minutos. Una película que sí que cumple con el refrán del aragonés Baltasar Gracián: "lo bueno, si breve, dos veces bueno". Nada más comenzar, nos ponemos en tensión ante una situación que, a pesar de ser algo extrema, resulta perfectamente creíble.

Los protagonistas secundarios van apareciendo uno a uno, y la magia del director consiste en que consigue que mientras no aparecen nuevos personajes no echas en falta que lo hagan, aunque eso sí, en cuanto aparecen, se convierten en imprescindibles para el desarrollo de la trama. Poco a poco vamos conociendo al protagonista principal (interpretado correctamente por Collin Farrell) y a su némesis, sin que ninguno de los actos que caracterizarán su relación sea previsible. Incluso al final, cuando pensamos que ya conocemos toda la historia, Joel Schumacher nos vuelve a sorprender.

En general me ha parecido exquisita, y aunque no es una película de la puedas hablar horas y horas con tus colegas después de haberla visto, transmite tal tensión de principio a fin que te mantendrá mundo y pegado al sofá hasta el final.