Haz click aquí para copiar la URL
España España · Ciudad Real
You must be a loged user to know your affinity with OTRORA
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
Decasia
Documental
Estados Unidos2002
6.9
338
Documental
10
9 de diciembre de 2016 Sé el primero en valorar esta crítica
Película de películas.

Una obra que gira, como una máquina en continuo movimiento circular, en torno a todo esto: el paso del tiempo, la retrospectiva, la sedimentación, el ser, la descomposición, la memoria, la mortalidad.

Antes de nada, hemos de señalar que 'Decasia' fue concebida como acompañamiento visual para la sinfonía homónima de Michael Gordon. Es necesario este apunte para no caer en el error de pensar que el film fue antes que la música, en vista de que hay numerosos momentos del metraje en los que la sincronización de ambos medios es insuperable. De hecho, cuentan que la presentación del conjunto se hacía en una disposición especial, con el público completamente rodeado por la orquesta, que se situaba detrás de la proyección multipantalla. Lo que ha llegado a los menos afortunados como nosotros es una exhibición clásica que, en gran pantalla y con la potencia sonora debida, también es una auténtica experiencia, de las que hacen saltar el corazón y provocan no poder dejar de hablar de aquello. Recomendamos encarecidamente que sólo quienes ya hayan pasado por ese lance sigan leyendo a partir de aquí.

Si bien la banda sonora es el germen y pilar que sustenta 'Decasia', el hallazgo más asombroso se encuentra en la imagen. Morrison reúne una hora de fragmentos de celuloide de principios de siglo XX, muy deteriorados por el tiempo y por una mala conservación. Y es precisamente esa descomposición la que interactúa, como por arte de magia, con lo representado: personajes reales o de ficción son transformados, deformados, devorados por la putrefacción del nitrato. El paso del tiempo se materializa en forma de manchas y defectos en la imagen y amenaza a eso que era presente vivo y pretendía serlo para siempre.

La principal y más milagrosa metáfora de esta sinfonía fílmica de la decadencia es la que ejemplifica una breve escena en la que un boxeador golpea su saco, pero éste queda oculto por esa especie de ameba que ha dibujado la descomposición. En nuestra mente, percibimos que el luchador pelea contra el paso del tiempo, tratando de vencer a su propia muerte. Hay varios ejemplos de esta interacción entre los personajes y ese ente amebiano o flamígero que ha provocado la acción del tiempo sobre los fotogramas, pero 'Decasia' no es sólo un juego entre la materia y el espíritu. Esa pugna de las amebas por engullir las figuras humanas invita también, y mucho, al trance del espectador, que es hipnotizado con la efervescencia de las manchas abstractas. No es extraño incluso sentirnos más satisfechos cuanto más ácido hay nublando la visión.

En ocasiones se ha dicho que aquellos a los que vemos dentro de las películas no son personas sino fantasmas, es decir, espíritus sin corporeidad de difuntos que se aparecen a los vivos. Pues bien, en los fragmentos seleccionados por Bill Morrison esto es más cierto que nunca, ya que la descomposición del celuloide otorga a a los personajes una apariencia fantasmagórica que sobrecoge.

(continúa en "Spoiler" pero no es tal)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Y qué más es 'Decasia'? Tras un prólogo perfectamente explicativo, siguen 60 heterogéneos minutos de planos que no parecen sustentarse en una gran estructura común. A menudo son difusas las relaciones entre planos consecutivos, que en realidad son planos-escena, pues albergan en sí mismos una especie de proceso similar al de la narración aristotélica (planteamiento, nudo y desenlace); etapas que atraviesa nuestra mirada durante cada plano, en busca de reconocer figuras, tonos, situaciones, continuidades y metáforas. A esta síntesis de las secuencias colabora el suspense provocado por la proyección al ralentí de muchos de los planos, que a su vez contrasta con la celeridad del agitado movimiento de las manchas.

Y así, diseminados con cierta aleatoriedad a lo largo del metraje, encontramos cuadros en movimiento de todo tipo. Escalofriantes, como esas hieráticas monjas como ángeles negros que vigilan a inocentes angelitos blancos. O incluso de ciencia-ficción, como esas aeronaves que parecen salir de un portal entre dimensiones, aunque realmente cuelguen de un tiovivo. Para cuando hayamos llegado al final, habremos presenciado una amalgama de documentos y ficciones, de retratos y escenas –de lo feliz a lo trágico–, de máquinas y paisajes procedentes de diversos lugares, ambientes y culturas. Película de películas, decíamos; porque la única y verdadera guía ordenadora es la partitura de Michael Gordon.

Pero este hilo conductor musical actúa de forma casi invisible, y la sensación que puede provocar tal batiburrillo de imágenes es de incertidumbre, de inquietud por no llegar a la comodidad de saber a ciencia cierta qué es lo que vemos y, sobre todo, por qué lo vemos. Este fenómeno tiene sus lados bueno y malo. La falta de argumento permite ver 'Decasia' cuantas veces se quiera, sin perder todo el encanto a consecuencia de saber qué viene después. Posiblemente, esa ausencia permitiría también lograr un efecto similar sobre la audiencia tanto si comienza el visionado en el primer minuto, en el 17, o en el 36. Ello podría, sin embargo, condenar a la película al encierro en un museo para su reproducción en bucle. Afortunadamente, no ha sido así, y hoy podemos encontrarla entre nosotros.

Esta agridulce incertidumbre que mencionamos es acentuada de forma brutal por el impacto de una siempre disonante composición postminimalista en la que pianos desafinados y bajo y guitarra eléctrica recrudecen la opresiva atmósfera creada por cinemáticas percusiones marciales que estremecen el corazón y trompetas de carácter apocalíptico y atronadora potencia que llegan a generar en nuestro cuerpo tanta tensión como provocaría el leer un libro entero sin ningún tipo de pausa. El paso del tiempo, al que, desde la cápsula de la vida cotidiana, solemos ingenuamente considerar pausado y sigiloso, es aquí retratado como agente cruel debido a la impía asfixia a la que llega a someternos la orquesta. Aunque lo que más destaca en el conjunto de la obra son los pasajes en que las cuerdas se desgarran como en llanto, en clara resonancia del 'Cantus in memoriam Benjamin Britten', de Arvö Part.

Al igual que la conocida pieza del compositor estonio, también 'Decasia' es una elegía. Sobre todas las posibles lecturas, la película de Bill Morrison es un lamento por lo que se ha perdido. Si consideramos que el primer y el último plano de la película son una especie de ejes rotatorios que, como en una Torá, enmarcan el contenido que debemos leer, podemos tomar el penúltimo plano quizá como el más importante de todos. En él, una mujer japonesa parece recuperarse, en manos de varios cuidadores, de la enfermedad que la aqueja. En este personaje nosotros vemos personificado ese cine perdido, olvidado o en deterioro, que tiene la voluntad de volver a estar entre los vivos. De modo que conservemos y recordemos, pues esta es la manera de resucitar lo que otrora fue y ya no es.

Jesús Manuel Boyero Riesco
Crítica completa en https://otrora.org/2016/11/25/
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para