Birdman es, en su peor sentido, una película que tendría que interesar (cuando menos) al público mexicano, que haya sido dirigida por otro mexicano. Superada esta perspectiva o incluso inexistente para otros muchos, entonces podemos adentrarnos a su contenido.

Lamento tener que incluir mi experiencia, pero ... ¿Acaso puede uno leer un libro, mirar una película, contemplar una obra en general, sin sentirse identificado en o por lo que mira? Lo digo porque apenas han pasado los primero segundos de la película y el hombre en calzoncillos que flota en el aire arroja su primer frase mental ... "¿Cómo llegué a esto?" El pasado del protagonista está lleno de éxitos, de momentos que cualquiera juzgaría como momentos de felicidad y al mismo tiempo la más profunda de todas las insatisfacciones: ser bueno en lo que hace y cargar no el nombre de auténtico actor sino de "celebridad". Tener como actor la misma calidad que tu película. Ser recordado por una película que pudo haber hecho cualquiera, porque no se necesitaba "actuar" para hacer eso. El super héroe sólo necesita eso: músculos, sonrisa, y si el personaje lo solicita un buen peinado.

Birdman es el actor, el verdadero actor, atrapado en el traje de superheroe: la peor forma de actor.

<<¿Cómo rayos llegué aquí?>> es la pregunta de cualquier persona insatisfecha. Demasiados somos este protagonista en calzoncillos buscando el momento donde nos aislamos y equilibramos el mundo que se nos cae cuando salimos a la calle. Demasiados somos lo que tienen recuerdos, quizá no de haber hecho una película famosa hace años, pero sí recuerdos que cualquiera juzgaría como momentos felices de nuestra vida y sin embargo sentirnos profundamente insatisfechos.

Sacrificio. Abandono total de ti. Esa es la exigencia de la película de Birdman. Consumirte en tu obra, morir en y para tu obra: la reconciliación de tu presente contigo mismo.