Fue evidente y patética, además de exagerada, la forma en la que trataron de ocultar la no participación del actor que hizo de papá de Lydia, puesto que está involucrado en líos con la justicia. Aunque el público común no sabe esto, mucha trama giró en torno a ¿y dónde está ese personaje?
Hubo mucha exageración. Por suerte no lo convirtieron en un musical. El personaje de la succiona almas parece que sobraba. Ni que decir del policía del más allá.

Cooper, el cowboy astronauta: Clásico héroe americano (piloto, granjero, genio científico, padre sacrificado... ¡hasta cultiva maíz!). ¿No hubiera sido refrescante que la NASA fuera un equipo realmente internacional? Pero no, hasta los villanos son gringos (Dr. Mann, el egoísta).

La Tierra se muere: Y la solución es... ¡escapar! Típico de una cultura que prefiere colonizar otros planetas antes que arreglar sus cagadas ecológicas (cough Wall-E lo predijo cough).

"Hollywood = Máquina de propaganda"
El discurso oculto: "La humanidad no merece sobrevivir... excepto nosotros, los elegidos" (Plan A vs. Plan B). ¿No te huele a "salvemos a los nuestros y al resto que los joda"?

Bandera gringa en la estación espacial: Subliminal level: 1000. Aunque Nolan lo disfraza de "amor universal", el mensaje sigue siendo "EE.UU. lidera la salvación".

3. Los actores: ¿Éxito o fracaso?
Murph (Mackenzie Foy/Jessica Chastain): ¡DIOSA! Esa niña/actriz transmitió más con una mirada que Brand con todos sus monólogos. "Stay" sigue doliendo.
Amelia Brand (Anne Hathaway): Ay, mi amor... ¿Qué pasó aquí? Su discurso del "amor cuántico" sonó como poesía de instituto en plena misión científica. Hasta Matthew McConaughey la miraba como "¿en serio?".
Cooper (McConaughey): Le salvó la película. Sin su carisma, esto era un documental de la NASA con lagrimitas.