Pesada; que destila desidia de principio a fin, aunque muestre ciertos destellos de brillantez aquí y allá merecedores de reconocimiento, que acaban quedando en poco, rotos por la insustancialidad de un argumento asqueroso que será cuanto innovador y atractivo algunos quieran etiquetarlo, pero desde luego nada amable para con el espectador. No reniego de quienes juegan con los planos, las escenas, los personajes, el argumento, y la película en sí; sino de quien convierte ideas en caprichos nada aprovechables.

Imagina no ser tú durante quince minutos, tener la posibilidad de ser cualquier otra persona, de vivir otra vida. ¿Aceptarías? ¿Y si te dijera que puedes hacerlo para siempre? Las razones pueden ser muy variadas: desde querer evitar la muerte, a no soportar la propia vida y querer cambiar, pero de una manera radical (y equivocada): otro cuerpo, otra historia, sólo es tu mente en un recipiente distinto. ¿Somos eso? ¿Son nuestros cuerpos simples recipientes? ¿Sería justo apropiarse del recipiente de otra persona? ¿De aniquilar las voluntades de otra mente, su vida entera?

A pesar de que no es mi tipo de cine le he dado una oportunidad ya que se la descargué a mi hermano y todavía la tenía por aquí. Ahora me arrepiento de ambas cosas. Le he dado a reproducir sin ninguna expectativa o idea preconcebida: ni siquiera conocía a Sacha Baron hasta ahora. No puedo decir que no me haya reído porque lo he hecho, pero es de lo poco que se puede destacar de un guión tan infantil: esa capacidad de sus escritores para meter tanta coña junta, aunque personalmente algunas están demasiado trilladas, supongo que el que se mueva por Internet me entenderá (y el que no: ¡a fregar!). En definitiva, una película por y para adolescentes (de mente; el que se sienta ofendido puede tomárselo como un cumplido, forever young y eso), supongo que ganará vista en colectividad.

Como comedia es salvable hasta cierto punto. Como parodia me parece patética. La parte más reseñable es el paralelismo con El Gran Dictador de Chaplin que por un lado me ha encantado y por el otro he odido. En general me parece una lamida de culo a occidente y una gratuita demonización de Irán y China junto a un presunto odio injustificado hacia la comunidad judía por parte de estos dos países que hace potar hasta a los de estómagos más duros. Pero bueno. Te ríes. Sí.

Basura postapocalíptica mezclada con la fe católica de una forma sorprendentemente estúpida para que el adolescente medio se asombre de lo "profunda" que es con la revelación que nos hacen al final, carente de todo sentido. La fotografía es agradable pero el argumento no hay por dónde cogerlo. Las he visto mejores en la programación de sobremesa de Antena 3, que ya es decir.