Es una comedia pensada para Santiago Segura. Humor negro, guarro, trastornado y con bastante carne. Si estás de acuerdo con esto, probablemente pases un buen momento.

Por otro lado, la idea que dispara la película, la de un personaje que mata a sus víctimas a puro orgasmo, me parece seductora... desafortunadamente ya está esbozada casi textualmente en Manhattan (1979), el clásico de Woody Allen.

Para reflexionar sobre la educación, puede ser. Para disfrutar una buena peli: no creo.

De hecho, ése es precisamente el problema: no le creo a los personajes. Porque los actores interpretan mal los diálogos o porque los diálogos están mal escritos. O porque hay inconsistencias (que un docente brillante de Letras de la UBA no sepa qué es o no sepa explicar qué es y qué no es una paradoja, por decir uno).

Me da la sensación de que todo fue hecho a las apuradas. Que se escribió y no se corrigió porque había poco tiempo. Que se quedaron con la primera toma o la segunda, pero que podría haber salido bien. Podría haber sido una linda peli.

No es mala pero le sobran muchísimos minutos y lugares comunes. Varias situaciones se replican casi exactas de otras pelis con "moralejas sobre el sistema educativo" y los personajes están recontra subrayados (el bueno, demasiado bueno, el malo demasiado malo, etc.

Tampoco se termina de definir por ser una peli sobre la educación o una comedia romántica, al final hace las dos cosas, de manera simpática entretenida, pero repletas de clichés.

Primero lo primero: es drama. Aparece en varias páginas de "mejores comedias" o "comedias dramáticas". Para mí -como dice Filmaffinity- es drama. Punto.

Segundo: es buena. Tiene un buen disparador y plantea temas interesantes (la fragilidad, los vínculos, el miedo).

Tercero: demasiado lenta. Entiendo la poética de las imágenes, los silencios para generar incomodidad o tensión, pero abusó de todo y lo que pudo ser una película atrapante resultó en una de dos horas sin ritmo a la que le sobra un tercio y que no vemos la hora de llegar al desenlace (que por otra parte tampoco depara una sorpresa reveladora que nos deje boquiabiertos, ni nada por el estilo).

En fin que: ni fu, ni fa. Ni me arrepiento de haberla visto, ni se la recomendaría a ningún amigo o amiga.