Para empezar, decir que me parecen muy inmerecidas las estatuillas que ha ganado esta película. Especialmente las que ganó por mejor película y mejor actriz principal. Injusto de cabo a rabo para con las otras nominaciones, especialmente para Cate Blanchet, que hace una interpretación magistral en Tar, y merecía absolutamente ganar el Oscar a mejor actriz.

Por otro lado, decidí verla porque muchas personas cercanas me la recomendaron, al menos cuatro. Dije: "bueno, si me la recomiendan tanto, algo debe tener, estas personas conocen un poco de mis gustos, vamos a ver..."

Después de verla, me quedé pensando en que quienes me la recomendaron o no me quieren nada o no tienen ni idea de lo que me gusta. O las dos.

La primera parte de la película, confieso, me enganchó, me atrapó a partir del primer giro, que me dejó descolocada y con ganas de saber más acerca de lo que ocurría.

Después, me pareció que estaba viendo una de Marvel (y a mí no me gusta Marvel), puras escenas de acción, una tras otra, repetidamente, hasta el cansancio.

La premisa puede ser interesante, pero el modo en que se lleva a cabo deja mucho que desear. Y el mensaje de fondo, la moraleja, es tan naif que da pena.

Puse un 5 por la primera parte, pero creo que debería ser mucho menos.

Maravillosa. Son capítulos independientes, películas en sí mismas, breves, contundentes y profundas. Cada película presenta una historia que gira en torno a cada uno de los 10 mandamientos. Diferentes aspectos de la complejidad de lo humano planteados de manera magistral. Algunos momentos van a quedar en mi memoria por siempre: fragmentos de algún diálogo, la belleza de la iluminación en un plano, la música de algún episodio, la reflexión ante un dilema ético... y todas las emociones transitadas junto a esos personajes: la tristeza, la impotencia, la culpa, la bronca, el amor... Una obra de arte completa y hermosa.

Esta película me ha dejado llorando y con el corazón acongojado y hecho trizas. Es un relato acerca del mal de este mundo y de cómo la bondad no tiene lugar en esta existencia cruenta y hostil.

La ley del más fuerte se impone.

Lazzaro, encarnación de la bondad y la humildad, transita por la realidad como la única y última excepción a tanta maldad. Y como buen santo, acaba siendo crucificado. No hay lugar para los corazones nobles en un mundo tan miserable. Este es el duro mensaje que su directora nos entrega.

Para mí, es esta una obra de arte, excepcional, preciosa y filosa.

Interesante corto documental, como para conocer los comienzos de la carrera del genio Kubrick. No es la gran cosa, realmente, pero está muy bien filmado, tiene buen ritmo, buena narración con una voz en off muy de la época y un uso de recursos bastante avanzado para el momento en que fue filmado.

La miseria de nuestra sociedad solo puede parir bestias hambrientas, iracundas y deseosas de destruirlo todo. El mal, la avaricia, la marginación, el desprecio por lo diferente, la traición, el caos y la indiferencia nos arrastran, en mayor o menor medida, al desvarío y la violencia. Esta película nos pone cara a cara con lo peor de cada unx de quienes componemos esta decadente sociedad actual. Cara a cara con la oscuridad que nos rodea en las grandes ciudades contemporáneas y que, consecuentemente, no deja escapatoria para los corazones puros, corroídos por semejante potencia de abandono y mugre.

Excelente película. La actuación de Phoenix es excelsa. La música, el uso de planos, el ritmo del relato, con la tensión in crescendo constante, entre otras muchas cosas, hacen de esta película una verdadera joya que quita el aliento.