Llego del cine y aún estoy riendo...y es que esta película consigue hacerte olvidar lo dura que puede ser esta vida. Detrás de su humor ácido y dulzura, se esconde un mensaje en contra de esta sociedad en la que vivimos, donde se premia el éxito y la belleza. Esta joya logra sacarte hasta tu última carcajada, y no llega a sacarte tu primera lágrima, pero que conste: el corazón se te encoge.
Desde el minuto 1 ya se huele en el ambiente que no estamos hablando de una familia normal, donde a mi parecer destacan por encima del resto, el abuelo y su nieta, que mantienen una relación que todo nieto le gustaria tener con su abuelo. Un abuelo que no va de moderno, sino que lo es, y una niña (interpretada por Abigail Breslin) que porque no decirlo, me ha enamorado. Que grande es el cine, incluso con poco presupuesto!

Fresnadillo coge el testigo de Danny Boyle y lo coge con fuerza, originalidad y sin que le tiemble el pulso. Dura tarea la del director español, ya que hacer una secuela de zombies, tal y como está el género de los muertos vivientes hoy por hoy, no es tarea fácil.
Tiene momentos en los que supera a su predecesora, vease x ejemplo los 10 primeros minutos en los que la sensación de agobio e impotencia te persigue, al menos en mi caso. También tuve ocasión de experimentar una sensación próxima a lo desagradable, cosa que agradezco porque hoy en dia difícilmente hay una película de miedo lo suficientemente asquerosa y realista como para hacerme vomitar. Me gustaría resaltar la música, factor necesario para meterte aún más en la trama. Eso sí, como aficionado al Barça no me gustó el detalle de la camiseta del Real Madrid, pero bueno qué le vamos a hacer...
En resumen, una buena película, digna sucesora y buen referente para todo guionista que quiera escribir una historia de muertos vivientes.