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Críticas ordenadas por utilidad
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7.3
24,400
8
26 de marzo de 2010
26 de marzo de 2010
39 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta complicado escribir algo de esta película, porque al sugerirte tantas cosas, no es fácil ponerlas en orden para redactarlas. De todas las películas de Haneke es, en mi opinón, la menos Haneke de todas. Me explico: Aún teniendo silencios y planos largos, es la que menos tiene con diferencia, y en esta lo importante es la historia que te cuenta en vez de serlo las consecuencias provocadas por esa historia (con lo que igual de válida sería otra historia que tivuera las mismas consecuencias). Es un cine más convencional y menos de ensayo. Donde sí mantiene su identidad es en el realismo y la falta de tapujos a la hora de relatar: así son las cosas y así se las hemos contado. La interpretación de todos los actores es soberbia, pero lo de la Huppert no tiene nombre. No soy capaz de imaginar sus reacciones tal y como iba leyendo el guión que le proponían, supongo que una mezcla de "ya, y qué mas?" y "este papel tiene que ser mío!!". Aunque eso se podría decir también en el caso del sr. Maigmel, para el resto los papeles son también más convencionales.
Resulta increíble cómo puede provocar sensaciones de admiración y repulsión/lástima tan seguidas y sobre el mismo personaje. No la considero tan imprescindible como "El 7º continente", "Caché", "71 fragmentos" o "Funny games" por lo convencional, aunque (y parodiando a Woody Allen) dentro de lo convencional es de lo mejorcito.
Resulta increíble cómo puede provocar sensaciones de admiración y repulsión/lástima tan seguidas y sobre el mismo personaje. No la considero tan imprescindible como "El 7º continente", "Caché", "71 fragmentos" o "Funny games" por lo convencional, aunque (y parodiando a Woody Allen) dentro de lo convencional es de lo mejorcito.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Opino que, en general, nada nos lleva a tener los gustos que tenemos, sino que más bien los llevamos más o menos codificados en el ADN. Uno no elige ser etero, gay, sadomaso, etc . . . sino que lo va descubriendo a lo largo de su vida. No me parece que se sugiera que ella es una enferma, simplemente le gustan una serie de cosas que al resto no, y son cosas tan íntimas que inevitablemente se crean conflictos: a ella le gusta mirar, pero a los del coche no les gusta que les miren y la libertad de uno acaba donde empieza la del otro. La imagen que Erika da es de Rotelmeyer al máximo para que nadie pueda imaginar la realidad, porque es consciente de lo que pasará si se averigua, y sólo ante Walter se suelta el pelo (en todos los sentidos) y llega incluso a sonreir. Me parece que es evidente que su carrera como pianista está estancada porque la música es emoción y ella las tiene todas reprimidas, pero es que no es fácil dar rienda suelta a las que tiene y seguir moviéndose en el ámbito en que se mueve. Cuando su amado entra de verdad en el juego descubre que no le gusta tanto como creía (el juego) y se vuelve a recoger (pelo y todo, desapareciendo la sonrisa). No es lo mismo imaginar una cosa que hacerla: no es lo mismo imaginar que haces una felación que hacerla (descubre que le da asco), ni imaginar que te pegan a que te peguen. Al final ve que no el la única que hace fachada ante los demás (Walter la saluda como si la conociera de vista) y ella siente una puñalada en el corazón (última expresión en el filme de su masoquismo), abandonando el auditorio porque su imagen está mancillada y no está presentable.
21 de marzo de 2010
21 de marzo de 2010
30 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos tenemos problemas que siempre son más importantes que los de los demás, pero si los consigues ver de una manera objetiva y con una cierta perspectiva (la que te da el hecho de que no te importan lo más mínimo porque no te afectan), te das cuenta cuáles son de verdad y cuales no lo son tanto. Esa perspectiva es la que te da Haneke en este film. Te muestra fragmentos de las vidas de diferentes personajes que no se conocen ni tienen nada en común salvo que se encuentran en un mismo punto en un momento dado, y tú, desde la comodidad y seguridad de tu sillón, los observas, los comprendes, los evalúas, te identificas más o menos con ellos y todo eso por la forma en que está rodada. Esa ausencia de banda sonora y esa escasez de diálogo y de contacto físico son el mejor reflejo del modo de vida de hoy en día. Lo que más me gusta del cine de Haneke es que cuando termino de ver una película suya, tengo tantas ganas de no parecerme a nadie de los que he visto en ella, que conscientemente me vuelvo más comunicativo y afectuoso: me hace mejor persona. Sólo por eso bienvenido sea el cine de Haneke. Sobre el aburrimiento que puedan causar sus películas en general diré que si no se rodasen así no me causarían el efecto que me causan. El maquillaje sólo sirve para ocultar matices, que no defectos, y si no puedes ver esos matices te estás perdiendo lo mejor, lo más auténtico. Y esto sirve tanto para el cine como para las mujeres.
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spoiler:
Una sociedad que consume violencia en televisión a todas horas, la asimila tan internamente que ya forma parte de su ADN, y luego eso se manifiesta en situaciones de presión no necesariamente extrema (bofetada del segurata a su mujer, desplante del muchacho que asesina y se suicida cuando no consigue resolver el acertijo en un minuto). A eso le añadimos es stress, la frustración y la presión a que somos sometidos, o nos sometemos, diariamente (padres que quieren adoptar a una niña que, lógicamente, no confía en ellos a las primeras de cambio, abuelo que no tiene contacto más que telefónico con su hija y nieta, jugador de tenis de mesa que necesita la perfección en sus golpes que solo se consigue con mucho esfuerzo y tiempo). Si al final la olla express no descarga vapor, puede terminar reventando y eso es lo que ocurre cuando tras un atasco paras a poner gasolina, una vez puesta ves que no llevas dinero, el de la gasolinera no te acepta la tarjeta, el cajero no va, en el banco por las prisas te intentas colar y te parten la cara y en la gasolinera te ponen a caldo porque estás taponando la salida. Realmente es tan grave todo esto? De verdad es necesario dar todos los drives perfectos? Somos más tontos si no resolvemos el acertijo en 1 minuto? El niño húngaro sí que tiene claro que cuando le persigue el policía puede prescindir de la cámara, pero no del anorak. Aprendamos de él.

6.6
5,141
9
23 de marzo de 2010
23 de marzo de 2010
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recibimos cantidades ingentes de información a diario pero, como no puede ser de otra manera, de infinidad de fuentes y parcial. Detrás de lo que nos llega hay muchísimo más. Es como la ciencia, que en cuanto encuentra una respuesta se le plantean 20 preguntas nuevas. Nosotros no tenemos tiempo ni ganas de indagar un poco detrás de la fachada que vemos de cada uno que se cruza en nuestro camino, pero Michael Haneke sí, y lo plasma en esta película. Estructuralmente me recuerda a "71 fragmentos . . .": Historias diferentes que se cruzan, cortes a negro tras cada escena, ausencia de banda sonora. Se ve que le gustó cómo le quedó la otra. Pero mientras que en aquella toda la "acción" se engarzaba para un único encuentro, en esta los encuentros entre los distintos personajes son múltiples. En cuanto a la historia, qué importa la historia? Haneke parece más interesado en las consecuencias de los actos que en los actos en sí. De hecho se podría contar cualquier historia que desembocara en las situaciones que nos presenta, y en las reflexiones que nos provocan dichas situaciones. Como siempre, cine para reflexionar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Qué hay detrás de cada uno de nosotros? ¿Qué hay detrás de una indigente? ¿O de una niña que llora de un modo desgarrador en casa del vecino? ¿O detrás de cada una de las personas que puedo fotografiar de modo inadvertido en un vagón del metro? ¿Me debo preocupar en averiguar? ¿Debo permanecer al margen? ¿Las dos cosas a la vez según el caso en que me encuentre? ¿Le bajo los humos a un pavo que humilla a una mendigo aunque conlleve su deportación? ¿Voy a la policía porque una anciana no se atreve a denunciar por sí misma unos malos tratos? ¿Le canto las cuarenta al que le ha bajado los humos a mi hermano? ¿Defiendo a la chica que sufre el acoso de un "moro" en un vagón del metro? ¿Hasta qué punto sé si debo meterme en un charco o no? ¿Sé lo suficiente de cada caso para decidirme a intervenir? ¿Y cuál es el bando correcto por el que tomar partido? No es fácil conocer el código del día a día, y casi siempre te quedas con la sensación de haberte equivocado, y sólo la puedes contrastar a toro pasado: cuando asistes al entierro de la niña, cuando el policía llama a la mendigo, cuando tu hijo se va de casa . . . Especialmente impactante la intrahistoria de la indigente rumana que en su país es una más y fuera de él sólo puede pedir limosna y no en cualquier sitio: también hay que aprender dónde y porqué. Muy significativa la escena que muestra la indefensión cuando no conocemos el código, que hace que nos sintamos totalmente impotentes y nos tengamos que ir a un hotel a dormir cuando estamos delante de la puerta de nuestra casa.
TV

6.0
1,195
7
4 de abril de 2010
4 de abril de 2010
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he leído "El Castillo", pero sí leí en su momento "El Proceso" y encuentro analogías, y no considero necesaria su lectura para disfrutar de esta película. Kafka fue muy grande, su imaginación y su previsión me parecen asombrosas. Si escribió lo que escribió habiendo vivido en la época que le tocó, ¿qué hubiera escrito de haber vivido en la actual?. Lo considero el precursor del absurdo y del surrealismo y opino que Groucho Marx bebió mucho de él. Me provoca hilaridad la sucesión de situaciones disparatadas que siempre desembocan en una peor aunque parezca imposible. Yo no podría soportar lo que el protagonista, abandonaría mucho antes porque sólo se buscar soluciones si encuentro una lógica a lo que me sucede, y en la película nada la tiene. En cuanto a la forma de dirigirla, opino que el hacer tanta referencia a textos del libro mediante voz en off se debe a que Haneke quiere dejarnos claro que se está limitando a llevar a la pantalla la obra de otro, con el fin de que tenga sentido el final. Realista como siempre el director austríaco. En cuanto a los personajes, es que no hay nadie normal, absolutamente nadie, sólo el agrimensor y sólo al principio. Tal como avanza el film se va mimetizando con los demás a ver si de ese modo consigue entender algo de lo que le rodea (misión imposible) y termina por no tener sentido nada de lo que hace, excepto el querer ir al castillo o hablar con alguien de él.
El castillo parece estar ahí delante, pero es imposible de alcanzar, ni de día ni de noche. Y parece que todos tus problemas acabarán cuando consigas hablar en persona con tu responsable directo porque todos sus subalternos son unos completos incapaces e incompetentes, pero no hay otra forma de comunicarte con él que a través de ellos, con lo cual la pescadilla se muerde la cola, el círculo se cierra y con él la posibilidad de aclarar y/o solucionar algo. De modo que comienzas a integrarte y a relacionarte con el entorno para entender cómo funciona y en un descuido salirte con la tuya, pero lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.
El castillo parece estar ahí delante, pero es imposible de alcanzar, ni de día ni de noche. Y parece que todos tus problemas acabarán cuando consigas hablar en persona con tu responsable directo porque todos sus subalternos son unos completos incapaces e incompetentes, pero no hay otra forma de comunicarte con él que a través de ellos, con lo cual la pescadilla se muerde la cola, el círculo se cierra y con él la posibilidad de aclarar y/o solucionar algo. De modo que comienzas a integrarte y a relacionarte con el entorno para entender cómo funciona y en un descuido salirte con la tuya, pero lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.
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Especialmente divertida la escena en casa del alcalde cuando le explican el porqué está allí y no debería estar. Ver a la esposa del jefe del consistorio y a los ayudantes del agrimensor "arrebuscar" entre el mar de "papelajos" el dossier con la documentación burocrática de éste último, es de lo más absurdo e hilarante que he visto en mucho tiempo, me recordaba cantidad al camarote de los Marx.

6.6
24,293
9
2 de mayo de 2010
2 de mayo de 2010
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta que las películas no me dejen indiferente, y desde luego esta no lo hace. No lo hace la historia que cuenta, no lo hace el cómo está filmada, no lo hace la intrahistoria de cada personaje que se conoce en el último cuarto de película y desde luego no lo hace alguna de las escenas que aparecen en ella. Estoy realmente sorprendido y zarandeado en lo más hondo y tengo la sensación de no saber si me ha encantado o si me ha disgustado: en esos casos suelo concluir que la película es necesariamente muy buena.
Este catálogo de rebeldes contra el estrato burgués, concepto muy Haneke por cierto (qué manía le tienen al pobre burgués, que se metan de vez en cuando con el aristócrata, por ejemplo!), utiliza el simular ser un disminuido psíquico y/o físico para poner en situaciones incómodas a todo el que le rodea. Se trata de encontrar al idiota que todos llevamos dentro para liberarnos a la vez que molestamos a todos los que no toleren a este tipo de personas. Digamos que es una manera de hacerles sentir incómodos por tener ese tipo de prejuicios. Pero a la vez, el líder del grupo somete a sus colegas a situaciones extremas que los pueden poner en peligro para que mejoren en su búsqueda interior.
Me ha recordado mucho en la manera en que es narrada a Noviembre de Achero Mañas, aunque esta es como cinco años anterior.
La tensión que se masca en la escena final llega a ser absolutamente insoportable.
Este catálogo de rebeldes contra el estrato burgués, concepto muy Haneke por cierto (qué manía le tienen al pobre burgués, que se metan de vez en cuando con el aristócrata, por ejemplo!), utiliza el simular ser un disminuido psíquico y/o físico para poner en situaciones incómodas a todo el que le rodea. Se trata de encontrar al idiota que todos llevamos dentro para liberarnos a la vez que molestamos a todos los que no toleren a este tipo de personas. Digamos que es una manera de hacerles sentir incómodos por tener ese tipo de prejuicios. Pero a la vez, el líder del grupo somete a sus colegas a situaciones extremas que los pueden poner en peligro para que mejoren en su búsqueda interior.
Me ha recordado mucho en la manera en que es narrada a Noviembre de Achero Mañas, aunque esta es como cinco años anterior.
La tensión que se masca en la escena final llega a ser absolutamente insoportable.
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El líder del equipo termina por obligar a los otros a ponerse en situaciones que él mismo no es capaz de afrontar, como hacer el idiota delante de gente que le importa (delante de su tío, dueño de la casa en la que conviven, guarda las formas y hace el normal todo lo que puede por miedo a que los echen. A eso yo lo llamo bajarse los pantalones), y eso termina desgranando al grupo. Por último, decir que es la primera vez que veo escenas de sexo explícito y real por parte de los actores del reparto en una película no catalogada como pornográfica, y me ha dejado de una pieza. Aunque justo a continuación, dos de los idiotas que se separan del grupo un momento, muestran cómo sería, con una ternura inusitada, una relación sexual nada explicita entre dos disminuidos psíquicos. Creo que es lo que más me ha sorprendido e impactado.
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