La razón por la que decidí ver la película fue el reparto con el que contaba (no me hubiera perdido a Russell Crowe cantando por nada del mundo). Había oído advertencias sobre lo pesada que podía ser porque era muy musical y también había oído muchas malas críticas. Lo primero: es evidente que si a una persona no le gustan los musicales no le va a gustar una película en la que apenas se hablan ocho frases. Lo segundo: Las críticas a las voces de los actores, especialmente a Russell Crowe. El único actor que no canta muy bien es Eddie Redmayne (Marius), y se defiende bien. Los que critican a R.Crowe es porque han decidido de antemano que no puede cantar bien, antes incluso, de haber visto la película. En definitiva, es una película con una preciosa banda sonora (aunque esto no sea mérito suyo), un gran reparto y una grandeza casi abrumadora. Una de las mejores películas de 2012

Lo único que puede salvar esta película son sus efectos visuales y la interpretación de Charlize Theron. El resto no vale absolutamente nada, por no hablar del talento inexistente de Kristen Stewart, que una vez más muestra su incapacidad pera interpretar a alguien que no sea Bella Swan (Crepúsculo).

No se de donde ha salido Denis Villeneuve, pero desde luego, me ha traído la que seguramente sea mi película preferida de 2013. Su intensidad hace que olvides lo larga que es. Tan agobiante como buena, una lástima que no sea la típica película que se ve en los Oscar.