American Gangster es una cinta que tiene casi todo lo que el espectador más exigente puede demandar. Es una historia de la mafia de los años 70 que rompe con algunos clichés propios del género. La película trata de enfocar dos vidas coincidentes en el tiempo y en el lugar, pero de sentidos opuestos. Frank Lucas (Denzel Washington) era el chófer de uno de los jefes mafiosos negros de la ciudad. Pero cuando el jefe muere inesperadamente, Frank decide aprovechar la puerta que ha quedado abierta en la estructura de poder para construir su propio imperio mediante la venta de heroína procedente de Vietnam. Por otra parte el policía insobornable Richie Roberts (Russell Crowe) intenta sacar la carrera de derecho y sufrirá el desprecio de sus compañeros por no ceder al ambiente de corrupción que reina las calles. Ambos se enfrentarán a su destino por conseguir el ascenso.
El reparto es inmejorable, en mi opinión Washintong demuestra como puede hacer con el personaje virguerías, una de sus mejores actuaciones hasta la fecha. Por otra parte Crown, quién ya había trabajado con Scott, vuelve con el éxito debajo del brazo en un papel en el que se desenvuelve con soltura sin caer en estereotipos desaventajados. Los secundarios hacen su papel sin destacar y la ambientación de Nueva York de la época está muy trabajada.
Una cinta que podría haber dado más de sí, ya que a pesar de sus casi dos horas y media, unos minutos más de éxtasis al logra mantener al espectador inmerso en la trama no se hubieran desaprovechado. Posee ciertas lagunas que de ninguna manera son insalvables, pero podrían llegar a ser interesantes desvelar.
En definitiva, una historia apasionante y siempre mejorable, narrada con fluidez, con sorprendentes giros y con algunas escenas que serán recordadas por las retinas de los más cinéfilos.