Esa película no hace más que demostrar a la gente no sólo la corrupción que lamentablemente existe en el mundo del derecho, lo cual es conocido ya por todos, sino también ese carácter que el hombre conserva: la vanidad. Lomax, un abogado que se caracteriza por no haber perdido un sólo caso con sospechosa facilidad, se ve frente a la posibilidad de un enorme ascenso y de unirse a la más importante firma de NY, acepta, se siente importante: vanidad. Como explica Al Pacino: "Kevin, es tan básico, El amor a ti mismo, una droga completamente natural". Cuando Al Pacino propone a Lomax que cuide a su esposa, que este con ella y se retire del nuevo caso que se le asignó, el se niega, por la única razón de que si el se retiraba y ella mejoraba no se lo perdonaría nunca: vanidad. Al final hay una frase que resume mi argumento, un frase que el mismo Lomax exclama con desesperación: "¡¡¡Yo no pierdo... Yo gano, yo GANO!!!, soy abogado, es mi trabajo, a eso me dedico". Obviamente la vanidad se encarna en este personaje más que en ninguno, ya que como dice Al Pacino la Ley (el abogado ejerciendo la ley) coloca a la persona en todo, lo llama el nuevo sacerdocio y con su frase: "VANIDAD, DEFINITIVAMENTE MI PECADO FAVORITO" pone al desnudo la naturaleza humana.

Otro punto que es ineludible cuando se critica a este film definitivamente es la alusión a Dios. Una interpretación que en ciertos sentidos comparto, se lo posiciona como el traidor de la raza humana, como aquel ente que otorgó al hombre instintos y se los limita, los castiga por hacer uso de ellos, en fin pone las reglas en oposición: "mira, pero no toques... toca pero no pruebes... prueba pero no mastiques"