Es inevitable comenzar a ver la película recordando aquella del 98, han pasado 22 años, curiosamente 22, que viene a ser, en euros, lo que Disney+ propone que paguemos para ver esta película que no está a la altura.

Aquella película animada tenía alma, momentos muy divertidos, una música maravillosa, personajes entrañables. Todo eso es lo que le falta a esta Mulán renovada.

La película torna un tono aburrido y sin esencia a cada minuto que pasa. Confunde su calidad gráfica, pues los colores son muy bonitos, así como los paisajes y escenarios, pero nada mas.

El personaje de Mushu se echa en falta y tal vez hasta la mitad de la película podríamos creer que aparezca por alguna parte, por desgracia no es así. Tampoco esa Mulan patosa y divertida, pues hay un sentimiento feminista tan fuerte en esta película, que desde el primer momento se la presenta como un igual entre sus compañeros, no recorre ese camino desde la inferioridad hasta superar las expectativas en su entrenamiento. No se permite vislumbrar ni un gramo de debilidad de esta mujer.

No es una película infantil, cualquier niño que se anime a ver esta película se aburrirá a los diez minutos. No es una película que recuerde a la Mulan de 1998 con la que tantos disfrutamos. No es una película divertida, entretenida ni apasionante, pues no engancha. Los efectos fantasiosos llegan a ser absurdos. Casi dos horas de película que parece que no acaba, se hace muy larga sin dudar del final, por supuesto.

En un aparente intento de originalidad, esta película no deja de ser la misma trama que otras miles de películas vistas por cualquier espectador. El humor se pasa de la raya, los personajes secundarios son prácticamente inexistentes, la película gira en torno a los tres personajes principales y el resto aparecen de manera muy puntual. Por mi parte una gran decepción, una trama con muy poca sustancia y un desenlace demasiado previsible. La idea inicial no es mala, pero se hubiera podido enfocar mucho mejor y quizá para un público más infantil sin rozar esa línea de lo exagerada e innecesariamente grosero e inoportuno.

Para los muy poco aficionados al cine español resulta un tanto chocante que de repente una película de este calibre tenga tanta calidad, y es que se cuidan muy bien los detalles de esa Sevilla de los ocheta, los personajes principales hacen un papel impoluto a excepción de Mario Casas quien no pega ni con cola. Hubiera ganado puntos por mi parte si el protagonista de esta película hubiera sido otro de esos andaluces con un acento y una mala leche como la de Antonio de la Torre, quien para mí hace un trabajo extraordinario. Por otra parte, los escenarios son flamantes, la trama tiene mucha fuerza y en general merece la pena, pero qué decir, es que sale Mario Casas y claro, es como ver una buena película con una mosca cojonera purulando.

Bien por ser un gran aficionado a la fotografía o bien por ser gran fan de Tom Hanks, al ver esta pelicula a punto está de caerseme la baba. Podría estar hablando de la película con la mejor fotografía que he visto, es sencillamente perfecta. Una dulzura para los ojos, una historia que se desarrolla suavemente con una sutileza desbordante. Una de mis películas favoritas hasta el momento.

No sé por dónde empezar, practicamente toda la película es un desastre pero precisamente por eso es un no parar de reir. Entiendo que haya gustos de todo tipo, por ello opino que esta es una de esas peliculas que o bien gusta o bien no gusta, no hay termino medio, así que dependiendo del humor absurdo y surrealista que cada uno posea, animaría a cualquiera a descubrirlo con este montón de chorradas de la mano de Sacha Baron