No hay duda de que "Rick y Morty" es una de esas series (animadas o no) que dejarán huella en la humanidad, no solo por su fama y personajes, que también, sino por su forma de parodiar a la realidad -presente, pasada y futura-, a la humanidad y al mundo televisivo de una manera increíblemente sublime.
Guiones redondos, personajes profundos, comedia absoluta y humos absurdo son los ingredientes estrella de una serie capaz de hacer que hasta un prepúber se replantee el sentido de la vida y de la existencia, así como de cuestionar los valores y la ética humanos.

Una serie imprescindible para cualquier persona, joven o adulta, que quiera disfrute del humor y los pensamientos existenciales.

Esta película ha despertado en mí unos sentimientos y pensamientos que no pensé que surgirían al verla, pues toca de la manera más rídiculamente cómica posible temas tan complicados como el sentido de la vida, del amor y la existencia en sí. El dúo de Hank (Paul Dano) y Manny (Daniel Radcliffe), junto con la melódica banda sonora, transforman esta pasiva y relajada locura en algo verosímil y llevadero.

Satoshi Kon nos vuelve a deleitar con otra obra maestra, una animación magnífica a la par que cómica y emocionante, digna del director de Perfect Blue. Una historia navideña desde un punto de vista del que no estamos acostumbrados en occidente.