Un poco en la línea de otros bodrios de la historia "reciente" de Pedro Almodóvar, como la catastrófica "Julieta" o la infumable "Los amantes pasajeros", la soporífera "Madres paralelas" cuenta una trama absolutamente inverosímil (y bastante mal interpretada) con todo tipo de pinceladas "progre", por aquí y por allá, al más puro estilo 'gauche caviar' del Manchego: chapa feminista, chapa LGBTI+, chapa violencia machista, chapa franquista... Los que todavía no hayáis visto esta película, aún estáis a tiempo de aprovechar vuestro tiempo y dinero en hacer cualquier otra cosa. Para mí (por desgracia) ya es demasiado tarde.

Quería hacer un llamamiento (más bien una advertencia) a todo el que aún no haya visto esta película para que, por favor, se abstenga de perder más de 2 horas de sus vidas prestándole atención a este ladrillo. Me reconforta leer que otros usuarios comparten mi opinión al respecto (Guzmán el Malo, de Valencia... yo no podría haberlo dicho mejor).

La película no hay por dónde cogerla. El planteamiento es absurdo (quedarse en la ciudad en agosto, vale... ¿Mudarse temporalmente a otra casa para ello?), las situaciones forzadas, irreales... La interpretación deficiente, el tempo inadecuado (la película es lentísima). Las conversaciones son tontas (más dignas de jóvenes en crisis de adolescencia en el patio del instituto que de gente de 33 años o más). Ni se sabe ni se entiende lo que quiere transmitir la película (si es que quiere transmitir algo).

Se podría decir que a la película le falla todo. La peor película que he visto en 2019 y (sin duda) una de las peores de la década.

Esta película jamás hubiera visto la luz de no ser el director hijo de quien es.

Flojísima… El decorado es tan de cartón-piedra que por momentos te crees más en el teatro que en el cine. Cualquiera que haya visitado un campo de concentración (yo he visitado Dachau y Auschwitz) sabe que la vida en esos campos de exterminio era infinitamente más dura de lo que muestra la película, en la que la mayoría de los actores tiene buen color y hasta abdominales. No te crees nada de nada y, como resultado, la cinta ni engancha ni tan siquiera consigue que empatices lo más mínimo con ninguno de los personajes y eso que lo intenta de mil maneras, recurriendo a la música a todo trapo en los momentos más dramáticos, introduciendo el personaje del típico niño huérfano o escenas de crueldad superlativa un poco gratuitas (alguna un poco inverosímil, incluso). La directora le plagia alguna escena a la mítica "The great escape", alguna que otra idea a "Schindler's List" e incluso a la de "The boy in the striped pyjamas" intentando que le salga una película buena, pero no.