La serie es buena, muy buena. Bien interpretada y bien ambientada, va tejiendo finamente los muchos hilos que forman una comunidad.

Un expreso telon de fondo en la confrontación de los 80 entre el gobierno de Thatcher y los sindicatos mineros, y un telón mas sutil, lejano y metafórico, el bosque de Sherwood.

La serie tiene muchas virtudes, pero me ha gustado su habilidad para unir pasado y presente con maestría, para mostrarnos que ambos son una misma cosa.

Esperaba más. Al menos que se abriera una nueva historia, pero nos han regalado con un refrito de la saga, sobre todo de las tres primeras. El refrito puede querer ser un homenaje, pero me parece más una muestra de falta de ideas, que dejan un guión en el borde del remake y en alguna ocasión entra en la parodia de sí misma. La llegada de Disney no pasa desaparecibida y arrastra la saga hacia el terreno de ese estilo indefinido entre lo fácil, lo indigesto, lo dulce en exceso, lo políticamente correcto, y la muerte de cualquier idea o trama medio compleja. Es el sello de la compañía, que se está llevando Star War hacia las teleseries juveniles de la cadena.
Y si el guión es flojo, las actuaciones no desmerecen. Harrison Ford aparte, todos los demás son planos o algo peor. Todo ello en un ambiente tan previsible que uno duda de si habrá en algún momento un giro inesperado en la película que de sentido a tanta mediocridad. Decepcionante.

Ya nos vale, no es que no hagamos películas de nuestros temas, es que las hacen otros y ni las estrenamos...y hace ocho años que se rodó. La voto con un 7 porque si no no puedeo ni escribir esto.

No es buena, tampoco es insultante, está en el limbo de las películas de las que no saber que decir, pero que no recomendarías a nadie. Las actuaciones son mediocres o malas, excepto Paul Eenhoorn, y el recorrido por Islandia parece pagado por el Ministerio de Turismo islandés, aunque con poca fortuna porque no dan muchas ganas de ir. A la pelicula le falta alma.

Hay que pasar por alto de la criatura fantástica que acompaña toda la película, se entiende que es una metáfora, pero formalmente no ha logrado lo que quería.
Sin embargo el retrato humano que despliega es sincero y a ratos muy bueno. Con el telón de fondo de un mundo que desaparece, el mundo rural de la Vega de Granada en proceso de convertirse en un espacio urbano, la película es lúcidamente sensible a como afecta a los sentimientos de las tres generaciones implicadas.
Hay, por último, una decisión valiente de la directora en mantener sin disfraces, ni imitaciones, el habla de los habitantes de este territorio.
No es una película redonda, pero tiene mas cosas interesantes que fallos, y en algunos momentos juega con ser brillante.