Pues yo si, yo si me levanté de la sala del cine cuando aún quedaba media hora de tostónmetraje.
Esperé en la cafetería Hollywood, justo frente a la salida de la sala, y vi reflejada mi decepción en todas las miradas confusas y en los silencios perdidos de los que, estoicos, soportaron el visionado completo de The Master. No tengo mucho más que decir de esto, que no llega a ser tomadura de pelo porque no tiene cabeza. Quiero historias cuando voy al cine. HISTORIAS. No egos.
Y le pongo 2 estrellas por Joaquín y Philip. Punto.

En Malditos Bastardos teníamos la venganza cinematográfica de Tarantino hacia el nazismo. Anora toca la esclavitud. A la vista tendremos completada la trilogía contra injusticias históricas...
Django está a la altura de Kill Bill o Pulp Fiction, y por encima de Malditos Bastardos. Casi tres horas de orgías de sangre, de desproporcionada y realista violencia, de burla hacia las mentes que no quieren ver la sangre derramada, tan real como la historia, y junto a esto me quedo con el humor que aquí alcanza cotas irreales (qué decir de la escena de los encapuchados... inolvidable y tronchante). Risas y sangre a espuertas, qué digo, a remolques de 15.000 kilos. ¿Oscar al mejor guión? A mí en esta película lo que menos me importa es el guión. Para qué. Lo que siempre se recuerdan son las escenas, y aquí hay unas cuantas increíbles y radicalmente memorables.
Lo de estar nominada al óscar al mejor guión es como seguirle el juego a Tarantino.
Tronchante irrealidad.

Como cabía esperar arrasó en los Oscar'13. La calidad de las películas nominadas por la academia este año ha sido pobrísima, y encima auténticas americanadas: Lincoln, La noche más oscura o ésta nos da a entender el patriotismo desmedido de los yanquis, pero lo peor es que los que no lo somos piquemos y demos por buenas estas patriotadas que, en todos los casos, son objetivas, malintencionadas y mentirosas con las historia. En fin, triste, decepcionante... Esto de las críticas profesionales y los premios no hay por donde cogerlo. Una verguenza la gala de los óscar este año, y la guinda este truño con demasiado ego como ralo cine.

No es un gran película, aunque tenga tramos que se puedan distinguir. El sufrimiento está muy mitigado, ligerito para que se pueda digerir; el título es absurdo, puesto que la escena principal, la del asesinato, si, asesinato, es un acto de infinito egoísmo, y para acabar ese confuso final, y no digo más para no caer en spoiler. En ningún momento aspira a gran película, pero sí a una cinta recordable. Haneke te mete primero buen cine y luego te deja confuso para hacerse el interesante porque YO MOLO, como ya pasó en La cinta blanca.
La peli, al fin, es un fiel reflejo de lo que es Haneke para el cine, buenas ideas pero confusas, sin llegar a aspirar a gran cine, si , porque lo óscar'13 han sido para las peores películas. ¿No os habíais enterado? MIrad el palmarés...