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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
Suzume
Japón2022
7.1
5,383
Animación
8
16 de abril de 2023
79 de 89 usuarios han encontrado esta crítica útil
Makoto Shinkai es el director de la muy interesante "Your Name", una película que me hizo abrigar esperanzas de que alguien tomase el relevo del estudio Ghibli tras la anunciada retirada de sus dos principales directores. Una historia interesante, más compleja de lo que aparentaba a primera vista y con giros de guión inesperados.

Pues bien, "Suzume" es prácticamente lo mismo... pero un puntito mejor que "Your Name". Se mantiene la impresionante calidad de la animación, la atención casi enfermiza por los detalles (mobiliario, construcciones, vegetación, etc.), la historia repite algunos elementos, empezando por la protagonista adolescente y también hay una escalada en su trama que termina en un clímax que no se ve venir. A pesar de eso, cuanto menos se sepa del argumento antes de ver la cinta, mejor. Basta decir que comienza con una chica huérfana que conoce una mañana a un extraño que le pregunta si hay ruinas cercanas donde pueda haber una puerta. Ella no puede evitar involucrarse en la búsqueda de esa puerta y desencadena acontecimientos inesperados. La película conjuga a lo largo de todo el metraje momentos de humor con otros de tensión y logra que te identifiques y te emociones con los personajes (incluso con una silla).

Sin embargo, lo más relevante es que Makoto Shinkai se corona definitivamente en esta película como el heredero del estudio Ghibli. Además, lo hace de un modo consciente, con múltiples referencias, algunas incluso explícitas (se menciona la película "Susurros del corazón") a filmes de este estudio. ¡Incluso la historia comienza en la prefectura de Miyazaki! Pero eso no implica que Shinkai copie a Miyazaki. No, mantiene su estilo, más realista en su dibujo que las películas de Ghibli, con historias en el Japón contemporáneo y una trama romántica que la aproxima a otros estilos de anime.

Y si la película está plagada de guiños a Miyazaki y Ghibli... la historia es un homenaje, inmenso y desacomplejado a Japón y su población. Te sientes realmente en Japón, en sus pueblos, en sus ciudades, en sus lugares abandonados (muestra de una sociedad en regresión demográfica y cada vez más urbana), en esas escenas de comida que te hacen salivar, en esos lugares concretos, reconocibles de lo bien representados que están, ves sus costumbres y vicios, etc. Esto hará que muchos espectadores de fuera de Japón no entiendan todas las referencias y el vínculo emotivo sea menor, pero es una delicia si las reconoces.

Pero incluso así es imposible no ver que la resolución está apresurada y hay elementos que no se terminan de entender (incluso si obviamos que carecemos de conocimientos de la mitología japonesa). Hay un magnífico sentido de la maravilla en la película y escenas preciosas, pero le falta pulir algunos elementos. Por eso no le puedo dar más una puntuación más alta (se quedaría en un 8,4 aproximadamente).

En la zona destripe hablaré de un par de detalles de la trama, aunque no de la historia de la protagonista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si se presta atención, la película localiza los portales, donde han de detener al gusano que penetra en nuestra realidad, en lugares donde han ocurrido famosos terremotos en la historia de Japón (Kobe en 1995, Kantō en 1923, Tōhoku (para nosotros conocido como el de Fukushima) en 2011). De hecho, este último seismo es el punto de partida de la película y durante la misma, la protagonista no hace sino hacer una especie de vuelta a Japón por lugares donde los japoneses tuvieron que sacar fuerzas como colectivo y rehacer sus casas, sus vidas y su país, llorando y honrando a sus muertos, pero mirando hacia adelante juntos para construir un futuro mejor.

Los portales, su funcionamiento y el modo de cerrarlos es un homenaje a ese espíritu colectivo japonés y un reconocimiento a los antepasados. Por eso creo que la película será vista de un modo muy especial en Japón. Una lástima que parte de eso se pierda en otras latitudes, aunque afortunadamente, la historia es lo suficientemente bella para ser universal.
8 de septiembre de 2022
69 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace algunas décadas, la gente iba al cine para que le contaran historias. Podían ser alegres, trágicas o incluso de miedo, pero eso no importaba, el público sabía apreciar el valor de una buena narración, aunque no acabara como deseaba o se imaginara. Desde hace bastante tiempo, sin embargo, la mayor parte de los que acuden al cine quieren ver películas de explosiones, golpes, chistes tontorrones o imágenes fuertes, pero con tramas que, en realidad, pueden prever desde el trailer. Los pocos amantes de las películas más introspectivas y con narrativas menos convencionales, por su parte, desconfían de grandes nombres, efectos especiales, películas con factura destinada a públicos más amplios. La originalidad parece que exigiera discreción de medios.

El primer "error" de la película es situarse a medio camino. Tiene presupuesto y hechuras estéticas de gran producción, pero una carga narrativa muy importante y casi nada de acción física, lo que suele aburrir a los buscan una forma de escapismo menos exigente. Quedarse a medio camino es peligroso porque quizás no intereses a ninguno de los bandos o cada uno puede pensar que es una película para el otro bando. Para ayudar a atraer al público, es indispensable una buena promoción. ¿Y qué hicieron?

El segundo error (y esta vez sin comillas) es anunciarse como una película de George Miller, "el director de Mad Max". Sin embargo, esta película es casi lo opuesto que Mad Max: Fury Road. Si la última de Mad Max era casi una película hecha a partir de un storyboard, todo imagen y donde las palabras casi sobraban, 3000 años esperándote se aferra claramente a un guión. Se nota que está basada en un relato de una escritora reconocida (A. S. Byatt) y a la película no le importa que buena parte de la historia se nos narre de palabra, con bellísimas imágenes de complemento, en lugar de usar diálogos entre los personajes y largas escenas de acción. En defintiva, entre ese reclamo de Mad Max y un tráiler con trampas (parece mucho más movida de lo que es), estás atrayendo a un público que no busca lo que se encuentra.

Y es que la película no deja de ser un cuento que nos narran, como cuando éramos pequeños y pedíamos una historia a nuestros padres antes de dormir. Pero aquí el "cuento" es para adultos y la mayor parte de los adultos han perdido el gusto por dejarse contar un cuento, de modo que la película tiene un público objetivo disminuido. Ese es el tercer "error" de la película. Llegar en un momento histórico en el que escasean los adultos dispuestos a entrar en este tipo de narrativas.

Desarmadas las trampas de la promoción, 3000 años esperándote ofrece una trama en la que no es obvio lo que va a suceder entre una mujer, experta en cuentos, y un genio al que libera de un frasco de cristal y que aguarda a que le pida sus tres deseos. Hay un guión sólido y una imagenería visual poderosa. Las historias que se cuentan Tilda Swinton e Idris Elba (ambos fantásticos) son atractivas y si te dejas llevar por la fantasía, se puede disfrutar enormemente.

Si en tu infancia te encantó la serie de "El cuentacuentos" de Jim Henson, con un magnífico John Hurt, y si Big Fish te pareció mágica, esta película tiene muchas papeletas para gustarte, porque tiene algo de ambas propuestas.

A continuación en la zona destripe, mi aporte a un par de detalles de la trama que he visto criticar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La conferencia del inicio de la película es esencial para comprender el final de la cinta. En esa escena, Alithea (Tilda Swinton) explica que los humanos nos contamos historias con el fin de explicar los sucesos del mundo, pero que, a medida que avanza la ciencia, esas historias pierden su sentido y los héroes, dioses, mitos y seres mágicos desaparecen o se convierten en meras metáforas. Pues bien, eso es lo que pasa en el final de la película con el genio. La ciencia ha avanzado tanto que ya no tiene sitio en este mundo.

En el mismo sentido va el hecho de que el desenlace (lo que ocurre tras pedir Alithea su primer deseo) se haga largo. Lo veo intencionado. Es la vuelta a la realidad, al presente, tras una serie de historias del pasado, llenas de magia y personajes en la frontera entre la realidad y la fantasía. Ahora estamos de vuelta en el mundo tecnológico y conocido de nuestros días y la realidad se nos muestra gris, pedestre,... aburrida. Tiene sus maravillas, pero son maravillas de la ciencia. De nuevo se nos remarca que no hay sitio para un genio.

Por último, fijémonos en el bello detalle que marca cuando una mujer comienza a enamorarse. Ese tragar saliva. Lo vemos al principio con la reina de Saba y luego en Alithea cuando el genio le cuenta su amor por Zefir. Entonces se puede cómo las historias que va contando el genio sirven para que Alithea abandone sus recelos iniciales respecto al genio, lo vaya conociendo mejor, lo aprecie, y se despierte en ella, por fin, un verdadero deseo que ni ella misma sabía que albergaba. Es una bonita historia de amor, después de todo, de lo que trata esta película.
30 de enero de 2023
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué buen sabor de boca me ha dejado esta serie! Después de productos mediocres (cuando no directamente malos) de Star Wars, esta serie ha restaurado mi fe en que se pueden contar buenas historias dentro de esa franquicia. Los personajes, los diálogos, las tramas, etc. todo está bien construido y nunca hay la sensación de que la historia ha sido alargada artificialmente para llenar los capítulos contratados, y donde sólo se saben los puntos de partida y llegada, pero sin tener una idea de cómo llegar de uno al otro. Sin embargo, mucha gente, incluso fans de Star Wars, no ha visto la serie e incluso no ha gustado a algunos que lo han hecho. "¿Cómo es posible?", me pregunté, tras acabar el último capítulo. Tras reflexionar un poco, creo que tengo una explicación.

Hay dos formas en las que te puede gustar Star Wars. La primera es porque te gusta el planteamiento. Una galaxia enorme con todo lo que ello conlleva (infinidad de planetas, especies, androides, naves, historias, etc.) en la que, en un momento determinado, ante un imperio opresor, un grupo de rebeldes se levanta y emprende una lucha desigual. La segunda es lo mismo, pero restringe el foco de su interés. Lo que hace distintivo Star Wars no es lo anterior, sino la existencia de la Fuerza y de una estirpe de personajes sensibles a ella y que, por tanto, pueden realizar proezas a medio camino entre la magia y las artes marciales. Además, hay una familia, los Skywalker, que son especialmente sensibles a la Fuerza y en cuyas manos se encuentra varias veces el destino de la galaxia.

Digámoslo claro. Si para ti Star Wars va indisolublemente unido a esta segunda forma de entender el trasfondo de la saga, esta serie es muy probable que no te interese, ni te guste si la ves. En ese sentido, Andor no es Star Wars. No se habla de los Skywalker, la Fuerza no se menciona y hay muy pocas referencias a personajes, eventos o lugares de todas las películas o series que han salido hasta ahora, con la única excepción lógica de Rogue One, e incluso ahí las conexiones son pocas, salvando al propio protagonista, Cassian Andor, muy bien interpretado por Diego Luna (en general todo el reparto está muy bien).

Andor es una serie que, superficialmente, narra la conversión de Cassian de un traficante de poca monta a adepto a la causa de la rebelión contra el imperio. Pero en realidad, hace mucho más. Por un lado, también nos muestra, por fin, ejemplos de la opresión diaria del imperio sobre toda la galaxia, qué significa un gobierno totalitario y que poco a poco va aplastando vidas y planetas, restringiendo cada vez más las libertades de todos los habitantes de la galaxia, que se van convirtiendo en esclavos. A los aficionados que se disfrazan de tropas de asalto les recuerda que están disfrazándose de cuerpos militares de represión, algo que quizá hubieran olvidado. Pero también nos muestra al imperio como un ente complejo, compuesto por personas normales, que hacen su trabajo sin pensar demasiado en que forman de un gobierno tiránico, sino que tienen sus intereses, objetivos, defectos y miserias, como pueden existir en cualquier empresa o administración pública. En definitiva, se desenmascara al imperio. Buenos y malos van sin cascos (apenas se ven tropas de asalto) y su humanidad (o falta de ella) queda a la luz. También nos crea un mundo más tangible. Ferrix me parece real, no casas hechas con efectos espaciales, lo mismo puedo decir de Aldhani e incluso de muchos sitios de Coruscant (ese bloque de viviendas de clase media donde vive la madre de Syril Karn). Los sitios más artificiales son los más ligados al imperio, como si nos quisieran decir que es el imperio lo anormal, lo artificial.

Sin embargo, creo que lo más importante que hace esta serie es subvertir el canon en un aspecto fundamental. La gente corriente es la base de una rebelión. No un héroe, por mucha fuerza que corra por sus genes. Y es la gente corriente la que hace que una rebelión nazca y triunfe. Esto es lo que hace que esta serie se sienta mucho más madura y cercana a nosotros que otros productos de Star Wars. Nos dice que nosotros también podemos cambiar las cosas y que, en realidad, somos responsables de que cambien o no. No necesitamos esperar a que los jedi aparezcan para actuar. En ese sentido, Andor mata a los Skywalker, y eso es bueno.

Continúo en la zona destripe con algunas reflexiones sobre que el foco de la serie esté en la gente corriente y cómo se plasma perfectamente en el último capítulo.
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La serie se puede decir que está estructurada en 4 actos que, a grandes rasgos, van en bloques de 3 capítulos cada uno. El primero, presentación de Cassian Andor y su aventura para salir del planeta Ferrix con su primer contacto con la rebelión. El segundo es casi un asalto a un "banco", aunque también sirve para presentarnos el mundo de Coruscant, la capital imperial.

Pero el importante es el tercero. Ahí, se rompe la expectativa perezosa que haría que Andor, una vez ha colaborado con los rebeldes una vez, se una a ellos. No, se aleja para cumplir su objetivo del primer acto y vivir tranquilamente como un turista normal en un planeta de vacaciones. Pero el imperio muestra que ya no hay sitio para la tranquilidad en la galaxia. En cualquier momento, un ciudadano, inocente o no, puede verse atrapado en las fauces del aparato represor que se ha creado y condenarlo. Es entonces cuando Andor ve la necesidad de rebelarse y de promover la rebelión.

Por último, el cuarto acto reitera lo visto en el tercero, pero pasando de una acción de rebeldía individual y por supervivencia básica (Andor y sus compañeros de prisión) a una rebeldía comunitaria y por dignidad humana (Ferrix). La serie es muy inteligente al hacer que Andor no tenga ningún papel en la rebelión de Ferrix, no lanza ninguna arenga ni lidera a nadie. Él tiene su objetivo, que es liberar a Bix y lo logra sin filigranas.

Mientras tanto, a la gente de Ferrix nos la han estado presentando toda la temporada como gente normal, con sus vidas y trabajos corrientes. No hay guerreros ni paladines. Viven en casas de ladrillo y nadie lleva pistolas láser. No hay mártires ni heroicidades. En la escena en la que una banda de música acompaña en la ceremonia del funeral de Maarva, los músicos no tocan bien, no son profesionales, pero eso lo hace todo mucho más cercano y real (además, desde España, es casi imposible no ver un parecido notable entre la primera melodía que tocan y la que suena durante una procesión de Semana Santa). Incluso el droide de esta serie B2EMO (nombre definitorio donde los haya) es el más real y humano de todo Star Wars. Su aspecto baqueteado, su lealtad y desvalimiento, su tristeza y resignación han hecho que sienta más afecto por él que por todo el reparto de la última trilogía de películas. Cuando esa gente de Ferrix, al fin, se rebela tras el inspirador discurso póstumo de Maarva, la serie da un cierre redondo a la temporada, pues es la rebelión de gente corriente y frente a la que actúa un imperio casi omnipotente.

Por último, quisiera subrayar de nuevo lo buenos que son los diálogos de esa serie: inteligentes, construyen personajes e ideas. Y qué magníficos discursos, desde el ya mencionado de Maarva hasta la relación de lo que sacrifica Luthen con la rebelión, pasando por la nueva subversión del canon que frente al "hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes" de Yoda, contrapone el "Inténtalo" del manifiesto de Nemik.

Nunca quise ser un jedi. Después de Andor, me siento reivindicado por no quererlo.
21 de septiembre de 2021
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se dice que las reglas del cine negro están tan talladas en piedra, desde que quedaron destiladas en Chinatown, que resulta imposible realizar nuevas películas de este género, salvo que se lleven a cabo muy de vez en cuando, pues casi todo sonará a filmes ya existentes, y siempre se correrá el riesgo de caer en el pastiche. A veces, la cosa sale bien (como en L.A. Confidential) y a veces no tan bien (como en Vivir de noche).

Reminiscencia es una película extraña. Por un lado abraza con fuerza la estética y los lugares comunes del cine negro clásico, mientras que, por otro, busca huir de esa ambientación, incluyendo elementos postapocalípticos y de ciencia ficción (una Miami medio sumergida y con más de un punto a lo Blade Runner), posiblemente con el fin de evitar que le adjudicasen ese baldón de ser un pastiche. Lo más curioso de todo es que la directora (y guionista) Lisa Joy consigue que esa mezcla entre los años 30 y la distopia futurista funcione visualmente, y ni siquiera chirría mucho desde un punto de vista narrativo.

De hecho, la película tiene todas las piezas de una buena película de cine negro. Estamos ante una trama clásica de detective y mujer misteriosa que viene a contratarlo, salvo que aquí Hugh Jackman es un exmilitar convertido en técnico localizador de recuerdos (no se me ocurre una traslación más perfecta de la profesión de investigador privado en el futuro) y Rebecca Ferguson es una... mujer misteriosa que viene a contratarlo. La historia es bastante aceptable. Las escenas de acción no están mal, e incluso tienen un par de momentos artísticamente preciosos. Toda la estética de la película está muy cuidada y es de lo mejor de la cinta. Sin embargo, la película falla, pero eso mejor verlo en la zona destripe.

A pesar de sus fallos, es más que aceptable y con un poco de trabajo de guión y, sobre todo, sin su obsesión malsana de querer plantar una tesis y pretender cierta trascendencia, la película sería mucho mejor. Aun así, veo probable que envejezca bastante bien.
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A reminiscencia le pierde la vocación de querer ser trascendente.

Una voz en off muy intrusiva, que da un montón de información que, o es redundante, o hubiera sido mejor mostrarla en lugar de contarla. Una voz, además, que tiene el vicio de soltar frases profundas, sentenciosas, sobre la vida y los recuerdos.

Un escenario, ese Miami a punto de ahogarse (casi el negativo de unos Los Ángeles que se mueren de sed en Chinatown) y a punto de sublevarse, al que quiere dotar de una trascendencia política y social. Pero lo malo es que no se explica bien cómo se llegó a ese Miami, por lo que, aparte de quedar muy bonito en pantalla y usarlo de un modo bastante chapucero en el desenlace de la película, es totalmente prescindible.

Esa historia de amor entre la pareja protagonista nos la venden casi con tintes míticos (y al final del film, incluso sin ese "casi"). Pero nada lo justifica. Para hacerlo más tragadero, despojan al personaje de Hugh Jackman de todo su pasado (no tiene familia, ni amores ni nada que lo ate a ningún momento anterior a la llegada Mae) y a ella le dan una historia de caída y redención bastante forzada. Es evidente que todo esto se hace con el fin de validar ese final a su historia de amor.

Lo peor es que no era necesaria esa historia de amor tan apasionada y enfermiza para que la película funcionase. Mae pudo haber entrado y salido de la vida de Nick y él hubiera quedado prendado, pero no obsesionado. En el interrogatorio del comatoso la habría vuelto a ver en los recuerdos del mismo y habría descubierto su engaño, desencadenando toda la historia posterior, que no cambiaría nada, salvo en el final de él y, quizás, en el del secuaz al que fríe el cerebro (una de las escenas más forzadas del film, pues nunca se atisba esa naturaleza sádica del personaje de Hugh Jackman y sus efectos en la conclusión de la cinta se podrían haber logrado de otro modo con facilidad).

Una regla del cine negro es que el detective, al final de la película puede amar a la mujer misteriosa, también odiarla, tener sentimientos encontrados hacia ella, añorarla, tener herido su corazón, pero lo que no cambia es que la pierde y sigue adelante, más maltrecho o más incólume. Esta es la regla que rompe Lisa Joy en la película. Y no está mal romper reglas, siempre que sea para construir algo mejor o más interesante; pero no lo consigue. Nos ofrece un final entre almibarado y deprimente, pero, sobre todo, ex machina.

Aparte de eso, el guión tiene algún agujero relevante, siendo el que más me molesta que no era necesario que Mae y Boothe esperasen a tener la reminiscencia de Elsa que guardaba Nick para matarla a ella y a su hijo. Tendría mucho más sentido que lo hicieran antes, y luego robar esa reminiscencia para eliminar el último cabo suelto en vez de esperar ¡MESES! para ello, siendo que ya sabían a quién debían eliminar y su localización no estaba en manos de Nick.

Por último, un detalle gracioso. ¡Menudo amante tiene que ser Walter Sylvan! A las dos mujeres que deja embarazadas las deja tocadas de por vida, queriendo rememorar momentos con él una y otra vez.
3 de julio de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comprendo que esta película tenga una puntuación relativamente baja en la valoración general. No es una película de animación basada en acción trepidante o con personajes complejos. La verdad es que la trama es muy sencilla y se resuelve de un modo casi anticlimácico. A su favor tiene, como en casi todas las películas del estudio Ghibli, una animación preciosa y una atención a los detalles que hace que su visionado sea muy disfrutable.

Quizás el problema es que ya no estamos acostumbrados a historias "de ambiente" (en Occidente siempre han sido menos populares que en Oriente), relatos en los que es tan importante o más la ambientación, la sensación que te produce el entorno que la propia historia. En ese sentido, la película es excelente porque te traslada a un momento en el que Japón estaba dejando atrás las cicatrices de la segunda guerra mundial y la posguerra y se encaminaba hacia la sociedad tecnológica que ahora es.

Y eso mismo, ese momento de transición, entre un pasado que ha dejado cicatrices y del que uno puede tener la tentación de olvidar para seguir adelante y un futuro incierto pero lleno de posibilidades, se manifiesta en tres diferentes niveles en la película, casi como en un juego de espejos y me parece raro que no se hable más de esos paralelismos. Yo lo haré un poco en la zona destripe.

Sin embargo, hay que reconocer que la película podría haber sido un poco (sólo un poco) más ambiciosa en su argumento o trama. No me parece un fallo grave, porque ayuda a que la historia se vea más real. La resolución natural refuerza esa sensación de realidad y no de culebrón o historia hecha para impactar. A cambio, hay algún alivio cómico casi caricaturesco que iría en contra de esa naturalidad pero es típica del estilo japonés, por lo que no es sorprendente.

Sabiendo que no vas a ver una historia apasionante, sino relajada y donde casi lo más importante está en los detalles, es una película disfrutable y muy agradable de ver, que dejará un buen poso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Los tres niveles que hay en la película son:

-La historia de Umi y Kazama, la pareja de adolescentes que se conocen y van desarrollando una relación entre ambos de un modo muy natural. Sin embargo, al mismo tiempo, ambos tienen algo en su pasado que los ata e impide que avancen.

-La historia del "Barrio Latino", un edificio que aloja las diferentes asociaciones estudiantiles del instituto de secundaria al que los protagonistas van. Es un edificio con una gran historia pero que se encuentra en su momento más bajo y pesa sobre él la amenaza del derribo para dar paso a algo más moderno.

-La propia historia de Japón en un año, 1963, justo antes de sus primeros juegos olímpicos, donde se mostró como un país renovado, en acelerado proceso de modernización. En ese momento, todavía estaba decidiéndose qué elementos de su pasado conservaría Japón y cuáles abandonaría.

El nivel de Japón apenas está indicado con algún detalle aquí y allá, mientras que los otros dos se entrelazan durante toda la cinta. Pero si analizamos mínimamente las tramas, la historia es muy parecida en los tres niveles y la resolución también es la misma. Hay que arreglar el pasado, no olvidarlo ni destruirlo, porque nos servirá para avanzar mejor hacia el futuro.
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