Está claro que Kevin Connor fue un director que hacía cosas interesantes con escaso presupuesto. En este caso, no estamos hablando de su mejor trabajo. Sin embargo, la espectacular Sarah Douglas y el brillante Doug McClure hacen que esta película pueda considerarse pasable, dentro de las limitaciones de presupuesto. Pero hay un dato positivo: los exteriores fueron rodados en La Palma, en concreto en las lavas volcánicas de Fuencaliente y en Los Romanceaderos de Las Manchas. Yo presencié las escenas rodadas en el Volcán de San Antonio y hasta conservé un autógrafo de Doug Mcclure. Patrick Wayne era el retrato de su padre, John Wayne, pero más pequeño... en todo.

Buen guión y dirección. Con una producción atípica para este tipo de películas. Romero Marchent supo enganchar una historia de tópicos del género. Lo único que decepciona un poco es el escaso acierto en el maquillaje de Gloria Miland que interpreta a la mujer que envejece inculcando el odio en sus hijos por el asesinato de su padre.

No hay comparación. Difícil papel para interpretar a Díaz. Y Grandinetti lo hizo con solvencia. Los hermanos Coira eligieron nada más ni nada menos que al actor argentino Grandinetti , Concha de Oro al mejor actor en el Festival de San Sebastián.
Sin embargo, Candela Peña tiene un trabajo sencillo, sin muchas dificultades, se apoya en el magistral personaje del niño y en en la recurrente estilo de una jueza que tiene subordinados a los que impone su mando. Nada convincente. Expresiones de ortodoxia interpretativa.