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Serie

8.0
42,836
9
13 de marzo de 2008
13 de marzo de 2008
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras visionar las cinco temporadas de esta inimitable serie, uno puede tener la sensación de quedar exhausto, y es que, no es para menos. La cantidad de sensaciones, tanto para bien como para mal que generan en uno, son tan verosímiles y cercanas que parece como si tú hubieras sido otro protagonista más de la trama.
Una serie con este título...realmente...¿sobre qué va?, bueno, cada uno lo verá a su manera, pero la conclusión final es el recurrente "carpe diem".
Recurrente por número pero no en cuanto al modo de tratarlo. La crudeza, a la par que sensibilidad con que son presentados todos y cada uno de los personajes; el modo de enfocar el día a día de los Fisher, hacen de esta serie un hito que, yo particularmente, me es difícil parangonar con nada de lo que haya podido ver, tanto en cine como en la pequeña pantalla.
Todo está cuidado al detalle, desde el maquillaje hasta las distintas actuaciones, pasando por las localizaciones, fotografía o música.
Y es que todos, absolutamente todos, Nathaniel, Ruth, Nate, David, Claire, Brenda, Lisa, Keith, George, Billy... parecen estar gritándonos a los cuatro vientos: APROVECHAD LA VIDA AL MÁXIMO.
Karwai
Una serie con este título...realmente...¿sobre qué va?, bueno, cada uno lo verá a su manera, pero la conclusión final es el recurrente "carpe diem".
Recurrente por número pero no en cuanto al modo de tratarlo. La crudeza, a la par que sensibilidad con que son presentados todos y cada uno de los personajes; el modo de enfocar el día a día de los Fisher, hacen de esta serie un hito que, yo particularmente, me es difícil parangonar con nada de lo que haya podido ver, tanto en cine como en la pequeña pantalla.
Todo está cuidado al detalle, desde el maquillaje hasta las distintas actuaciones, pasando por las localizaciones, fotografía o música.
Y es que todos, absolutamente todos, Nathaniel, Ruth, Nate, David, Claire, Brenda, Lisa, Keith, George, Billy... parecen estar gritándonos a los cuatro vientos: APROVECHAD LA VIDA AL MÁXIMO.
Karwai
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Impresionante el episodio de la quinta temporada en la que se celebra el cumpleaños. Ver el contraste entre los invitados por un lado y Nate y Brenda por otro es de una genialidad suprema.
Como anécdota quedémonos con ese Nate de blanco y gafas de sol cantando y gritándonos: "¡vamos; espabila!".
Como anécdota quedémonos con ese Nate de blanco y gafas de sol cantando y gritándonos: "¡vamos; espabila!".

6.5
314
8
29 de enero de 2009
29 de enero de 2009
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso.
Hay días en que uno está de vuelta de todo, sin ganas de hacer nada.
Días en los que uno no encuentra motivos para levantarse de la cama.
Días en los que los quehaceres diarios cuestan Dios y ayuda.
Días en los que la única sensación que tienes es la de miedo; miedo al presente y al futuro.
Días en los que la única palabra que te viene a la mente es: soledad.
Días en los que es más fácil llorar que reír.
Días en los que, parafraseando un poco a César Vallejo, parece que el mundo está enfermo.
Días en los que te da por pensar, qué motivos llevaron a tu novia a dejarte tirado como a un perro.
Días en los que te dan ganas de bajarte los pantalones y suplicarle otra oportunidad.
Hoy ha sido un día como esos, hasta que he visto esta película de Wang Xiaoshuai, y he recobrado el vitalismo necesario, para, por de pronto, volver a escribir críticas.
Porque películas como éstas, son las que hacen del cine algo maravilloso, algo que te impulsa a levantarte, trabajar, sentirte acompañado, reír y tirar para adelante.
¡Qué grande es el cine!
Hay días en que uno está de vuelta de todo, sin ganas de hacer nada.
Días en los que uno no encuentra motivos para levantarse de la cama.
Días en los que los quehaceres diarios cuestan Dios y ayuda.
Días en los que la única sensación que tienes es la de miedo; miedo al presente y al futuro.
Días en los que la única palabra que te viene a la mente es: soledad.
Días en los que es más fácil llorar que reír.
Días en los que, parafraseando un poco a César Vallejo, parece que el mundo está enfermo.
Días en los que te da por pensar, qué motivos llevaron a tu novia a dejarte tirado como a un perro.
Días en los que te dan ganas de bajarte los pantalones y suplicarle otra oportunidad.
Hoy ha sido un día como esos, hasta que he visto esta película de Wang Xiaoshuai, y he recobrado el vitalismo necesario, para, por de pronto, volver a escribir críticas.
Porque películas como éstas, son las que hacen del cine algo maravilloso, algo que te impulsa a levantarte, trabajar, sentirte acompañado, reír y tirar para adelante.
¡Qué grande es el cine!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y qué película tan dura. Pero dura, dura, sin concesiones de ningún tipo. El dolor, la angustia, la desesperanza se plasmaban en cada plano. Nos embargaba una desazón tremenda y no podíamos sino compadecer a todos y cada uno de los que aparecían en pantalla.
El padre, con el terrible peso de la responsabilidad de haber destrozado a la familia con el éxodo al interior, más luego la violación de su hija.
La madre, con su incapacidad de plantar cara a su marido y ver cómo se van rompiendo de una manera inexorable los lazos de unión con su hija.
La hija, en una emocionantísima actuación de Gao Yuanyuan, con sus deseos siempre frustrados por la irracional y férrea disciplina de su padre, o el acabose ya, al ser violada.
El hermano, por ver como un ser cándido e inocente, se ve envuelto en tamañas desgracias.
La amiga, por ver su amor frustrado.
El amante de la hija, por ver la imposibilidad de ser correspondido, y explotar de esa forma irracional.
El amante de la amiga, por enamorarse de veras, y en lugar de sentar la cabeza, se ve obligado a casarse con otra, sin posibilidad pues de redimirse de errores pasados.
Dónde está aquí la luz, dónde la esperanza... sin duda que en esos sueños que tiene, primero el padre, de Shanghai, y más adelante el resto de la familia.
Sueños que también tenemos los espectadores, que deseamos ansiosos que el coche desaparezca del plano, para así cruzar los dedos y desear que lleguen todos a su destino y ya, de una vez, esta familia pueda partir de cero.
Que no se me olvide. Mientras la gente abandonaba a toda prisa la filmoteca (doy mi palabra de que no había saltado la alarma de incendios) y uno está asimilando todo esto, tratando de encajar semejante puñetazo al estómago, me tocan el hombro y, con una cara entre asombro e incredulidad me vuelvo y contemplo a una señora de mediana edad que me pregunta en tono ufano: ¿qué, te quedas a la próxima sesión? Dos segundos he estado entre alucinando, maldiciendo para acabar soltando de un modo tajante y desagradabilísimo : ¡NO!.
Gente así (ha estado riéndose gran parte del metraje) no merecen más que un NO por respuesta a todo lo que pregunten. Casi logra sacarme de la ensoñación en la que estaba absorto; por suerte me ha venido a la mente la escena del padre gritándole a su mujer con la voz entrecortada que habían tirado diez años de su vida y no estaba dispuesto a que sus hijos pasaron por lo mismo. En seguida, volvía a palparme el estómago y el nudo estaba ahí, intacto.
El padre, con el terrible peso de la responsabilidad de haber destrozado a la familia con el éxodo al interior, más luego la violación de su hija.
La madre, con su incapacidad de plantar cara a su marido y ver cómo se van rompiendo de una manera inexorable los lazos de unión con su hija.
La hija, en una emocionantísima actuación de Gao Yuanyuan, con sus deseos siempre frustrados por la irracional y férrea disciplina de su padre, o el acabose ya, al ser violada.
El hermano, por ver como un ser cándido e inocente, se ve envuelto en tamañas desgracias.
La amiga, por ver su amor frustrado.
El amante de la hija, por ver la imposibilidad de ser correspondido, y explotar de esa forma irracional.
El amante de la amiga, por enamorarse de veras, y en lugar de sentar la cabeza, se ve obligado a casarse con otra, sin posibilidad pues de redimirse de errores pasados.
Dónde está aquí la luz, dónde la esperanza... sin duda que en esos sueños que tiene, primero el padre, de Shanghai, y más adelante el resto de la familia.
Sueños que también tenemos los espectadores, que deseamos ansiosos que el coche desaparezca del plano, para así cruzar los dedos y desear que lleguen todos a su destino y ya, de una vez, esta familia pueda partir de cero.
Que no se me olvide. Mientras la gente abandonaba a toda prisa la filmoteca (doy mi palabra de que no había saltado la alarma de incendios) y uno está asimilando todo esto, tratando de encajar semejante puñetazo al estómago, me tocan el hombro y, con una cara entre asombro e incredulidad me vuelvo y contemplo a una señora de mediana edad que me pregunta en tono ufano: ¿qué, te quedas a la próxima sesión? Dos segundos he estado entre alucinando, maldiciendo para acabar soltando de un modo tajante y desagradabilísimo : ¡NO!.
Gente así (ha estado riéndose gran parte del metraje) no merecen más que un NO por respuesta a todo lo que pregunten. Casi logra sacarme de la ensoñación en la que estaba absorto; por suerte me ha venido a la mente la escena del padre gritándole a su mujer con la voz entrecortada que habían tirado diez años de su vida y no estaba dispuesto a que sus hijos pasaron por lo mismo. En seguida, volvía a palparme el estómago y el nudo estaba ahí, intacto.

5.9
1,999
8
23 de marzo de 2008
23 de marzo de 2008
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué cantidad de méritos tiene esta película; méritos como el qué, el cómo, el cuándo, el cuánto y el resultado.
El qué. Una historia sencilla y contundente.
El cómo. La mezcla de lo crudo con lo tierno.
El cuándo. El ritmo rápido pero justo, capaz de detenerse o al menos ralentizarse en ciertas ocasiones, para poder asimilar la información adicional que se nos ofrece.
El cuánto. La cantidad de grandes momentos que nos brinda para el escaso metraje.
El resultado. Una película redonda y auténtica. Auténtica por todas las circunstancias ya apuntadas y por la gran labor de los actores y de la directora.
Todo es creíble en los personajes: los padres de ella, el padre de él, el compañero de la radio, los protagonistas, la protagonista, porque mención especial merece Marián Álvarez. Hacía tiempo que no veía transmitir de un modo tan creíble el amor, la angustia, el miedo y, en general, todos esos valores, tan leves y pesados de los que podemos ser presos los humanos. Esa sonrisa, esas lágrimas…
En definitiva, todo es creíble en esta película de Roser Aguilar. Al menos, yo también salgo convencido de que lo mejor de mí es mi vida.
El qué. Una historia sencilla y contundente.
El cómo. La mezcla de lo crudo con lo tierno.
El cuándo. El ritmo rápido pero justo, capaz de detenerse o al menos ralentizarse en ciertas ocasiones, para poder asimilar la información adicional que se nos ofrece.
El cuánto. La cantidad de grandes momentos que nos brinda para el escaso metraje.
El resultado. Una película redonda y auténtica. Auténtica por todas las circunstancias ya apuntadas y por la gran labor de los actores y de la directora.
Todo es creíble en los personajes: los padres de ella, el padre de él, el compañero de la radio, los protagonistas, la protagonista, porque mención especial merece Marián Álvarez. Hacía tiempo que no veía transmitir de un modo tan creíble el amor, la angustia, el miedo y, en general, todos esos valores, tan leves y pesados de los que podemos ser presos los humanos. Esa sonrisa, esas lágrimas…
En definitiva, todo es creíble en esta película de Roser Aguilar. Al menos, yo también salgo convencido de que lo mejor de mí es mi vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Quién dice que el cine español está en crisis? La crisis está en las ideas y en el talento de plasmarlas en imágenes. Por fortuna, no es éste el caso. Esta película es una buena muestra de cómo tocar la fibra sensible de un modo sencillo pero también imperecedero pues no se me olvidan escenas como la del hospital cuando recuerdan sus juegos de pequeños; el regalo del calendario; Raquel grabándose en la azotea; el compañero de la radio y su repentino viaje…
8
21 de abril de 2009
21 de abril de 2009
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es de Fernando León de Aranoa, no. Y no, aunque por el título pueda parecerlo, tampoco se trata de la nueva obra del genial dramaturgo Phillip Max. No, Phillip, ya sabemos que te sientes…Dios, pero esta serie trata sobre Dios; ¿de veras?, viniendo de HBO, claro que no.
Trata sobre Dios, y el credo “peculiar” que los protagonistas profesan, claro, pero es una serie que trata sobre la familia. Un tipo específico y exótico de familia, pero familia al fin y al cabo.
Y luego, como elementos de un todo, cada personaje, tiene su propio mundo propio; irracional en muchos casos, donde las pulsiones están a la orden del día: sus amores, fobias, odios, amistades, venganzas…
Las actuaciones son muy convincentes; Bill Paxton borda su complejo personaje; pero me quedo con los veteranos Grace Zabriskie y en especial, el magnífico y terrorífico Harry Dean Stanton.
Trata sobre Dios, y el credo “peculiar” que los protagonistas profesan, claro, pero es una serie que trata sobre la familia. Un tipo específico y exótico de familia, pero familia al fin y al cabo.
Y luego, como elementos de un todo, cada personaje, tiene su propio mundo propio; irracional en muchos casos, donde las pulsiones están a la orden del día: sus amores, fobias, odios, amistades, venganzas…
Las actuaciones son muy convincentes; Bill Paxton borda su complejo personaje; pero me quedo con los veteranos Grace Zabriskie y en especial, el magnífico y terrorífico Harry Dean Stanton.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Roman Grant. Profeta se proclama el tío; ¡pero si es más malo que la quina!.

4.4
1,285
3
29 de enero de 2009
29 de enero de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arriesgada y valiente película de Jaime Rosales, tanto por la forma como por el fondo.
Forma novedosa y documental, en la que parecemos, cual "Ventana Indiscreta", unos curiosos mirones.
Fondo peliagudo, el del terrorismo etarra, coincidiendo en el año con otra producción sobre la misma temática, la de Gutiérrez Aragón.
Resultado que suscitará opiniones encontradas, pero que en ningún caso tendrán reproche alguno en cuanto a su marcada personalidad.
Forma novedosa y documental, en la que parecemos, cual "Ventana Indiscreta", unos curiosos mirones.
Fondo peliagudo, el del terrorismo etarra, coincidiendo en el año con otra producción sobre la misma temática, la de Gutiérrez Aragón.
Resultado que suscitará opiniones encontradas, pero que en ningún caso tendrán reproche alguno en cuanto a su marcada personalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Arriesgada y valiente película, sí, con forma y fondo peculiares, lo cual no quiere decir que estemos ante una buena película; es más, es un truño de aupa. Coloquialmente, una mierda, vaya. Y hablando en plata, una puta mierda.
Mira, en una cosa coincide con la de Gutiérrez Aragón -temática aparte-, y es que son igual de malas.
Esta forma tan novedosa, en la que en el minuto dos, todos los espectadores de la sala están con los dedos en las barbillas, ceño fruncido y asintiendo, como diciendo "qué tío tan genial, éste sí que sabe", en el minuto cinco, ya hay gente que empieza a mirarse con caras de asombro, otros a gesticular, otros a reír, hasta alguno se pone a leer un comic!!!!. ¿Qué sacamos en claro? Que el invento se ha agotado a los cinco minutos.
El fondo... ¿de verdad vamos a creernos que la vida de un etarra es así? Que por las mañanas baja con su hija a que se columpie mientras, él todo despreocupado babea con su retoño. Que luego queda para irse a tomar unos txacolís y oye, que le da tiempo hasta de echar un casquete.
Qué decir de las actuaciones... rozan el ridículo constante. Si su intención era no contar con actores profesionales para darle verosimilitud a la historia; consigue todo lo contrario, pues son tan inanes algunas y sobreactuadas otras, que hacen llorar. Por no hablar de ciertas miradas furtivas a la cámara....shhhhhhhhh, ¡¡¡¡que se supone que no sabes que te grabamos!!!!. De todas formas, en descargo de todos ellos hay que decir que influye también la dirección de Rosales; lo único que les dijo es que hablasen de cosas cotidianas, sí, pero seguro que también les diría dónde colocarse, cuando bracear, gesticular, etc.
Cafetería:
- Joder, con la Real, pero es que a quién se le ocurre fichar a Lillo, y piensan que así vamos a subir a primera.
- Ya te digo, si al menos hubieran empatado tenía 12 en la quiniela; espera, espera, que nos está haciendo señas.
- Que te rías.
- Ok, jajaja. Se supone pues que estamos hablando de algo gracioso, jajaja.
- Nos está haciendo el signo de ok con la mano; ríete un poquito más que seguro que ya para él, el summun.
Escena en la casa:
Quiero que os mováis de una manera torpe con sonrisitas torpes, habláis de alguna cosilla, guarrilla a ser posible para entonaros y luego coges y le tocas las tetas. Si luego ya quieres quitarle la ropa, eso es cosa tuya. ¿Resultado? una escena antierótica, ridícula y gratuita.
De todos modos, no todo es negativo, el papel protagonista está muy bien trazado, por un muy convincente Ion Arretxe; la ausencia de Banda Sonora también es punto positivo, como la escena de la cafetería en Capbreton, en que la tensión está muy bien lograda.
Resultado: ni impacta, ni solivianta, ni genera debate. Bueno, uno sí, ¿va a seguir Rosales haciendo cine tras esto?.
Mira, en una cosa coincide con la de Gutiérrez Aragón -temática aparte-, y es que son igual de malas.
Esta forma tan novedosa, en la que en el minuto dos, todos los espectadores de la sala están con los dedos en las barbillas, ceño fruncido y asintiendo, como diciendo "qué tío tan genial, éste sí que sabe", en el minuto cinco, ya hay gente que empieza a mirarse con caras de asombro, otros a gesticular, otros a reír, hasta alguno se pone a leer un comic!!!!. ¿Qué sacamos en claro? Que el invento se ha agotado a los cinco minutos.
El fondo... ¿de verdad vamos a creernos que la vida de un etarra es así? Que por las mañanas baja con su hija a que se columpie mientras, él todo despreocupado babea con su retoño. Que luego queda para irse a tomar unos txacolís y oye, que le da tiempo hasta de echar un casquete.
Qué decir de las actuaciones... rozan el ridículo constante. Si su intención era no contar con actores profesionales para darle verosimilitud a la historia; consigue todo lo contrario, pues son tan inanes algunas y sobreactuadas otras, que hacen llorar. Por no hablar de ciertas miradas furtivas a la cámara....shhhhhhhhh, ¡¡¡¡que se supone que no sabes que te grabamos!!!!. De todas formas, en descargo de todos ellos hay que decir que influye también la dirección de Rosales; lo único que les dijo es que hablasen de cosas cotidianas, sí, pero seguro que también les diría dónde colocarse, cuando bracear, gesticular, etc.
Cafetería:
- Joder, con la Real, pero es que a quién se le ocurre fichar a Lillo, y piensan que así vamos a subir a primera.
- Ya te digo, si al menos hubieran empatado tenía 12 en la quiniela; espera, espera, que nos está haciendo señas.
- Que te rías.
- Ok, jajaja. Se supone pues que estamos hablando de algo gracioso, jajaja.
- Nos está haciendo el signo de ok con la mano; ríete un poquito más que seguro que ya para él, el summun.
Escena en la casa:
Quiero que os mováis de una manera torpe con sonrisitas torpes, habláis de alguna cosilla, guarrilla a ser posible para entonaros y luego coges y le tocas las tetas. Si luego ya quieres quitarle la ropa, eso es cosa tuya. ¿Resultado? una escena antierótica, ridícula y gratuita.
De todos modos, no todo es negativo, el papel protagonista está muy bien trazado, por un muy convincente Ion Arretxe; la ausencia de Banda Sonora también es punto positivo, como la escena de la cafetería en Capbreton, en que la tensión está muy bien lograda.
Resultado: ni impacta, ni solivianta, ni genera debate. Bueno, uno sí, ¿va a seguir Rosales haciendo cine tras esto?.
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