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Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
6 de enero de 2023
88 de 112 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunos se han sentido decepcionados con el filme Megan al no cumplir las expectativas que habían imaginado. No es la muñeca diabólica que esperaban. No hay sangre y apenas un poco de suspense y terror. Pero es que la película no pretende nada de eso. Y como no es eso que querían que fuera, la descalifican.

Entonces ¿qué es Megan? En mi opinión tiene más profundidad que una simple y fallida película más del género de terror con muñeco diabólico. En realidad pone sobre la mesa varias cuestiones capitales del ser humano en su relación con la inteligencia artificial (IA) de un futuro muy próximo.

La película juega con tres conceptos: la dependencia emocional hacia una IA, la responsabilidad que se le puede otorgar a una IA para intervenir en la vida humana, y la posibilidad de que una IA con autoaprendizaje supere los bloqueos de control establecidos y emprenda un camino propio que amenace a la sociedad.

Megan no es un muñeco diabólico ni pretende serlo, pese a su frialdad de killer. Tampoco creo que el guion sea simplemente un mero cliché de esta temática, como apuntan algunos críticos. Temática que ya se presenta, por ejemplo, nada menos que en 1968 en Odisea del Espacio 2001. Me parece que Megan sigue un camino original y divertido, con pinceladas sutiles de suspense y aún más sutiles de terror. Apta para un público a partir de los 13 años. Aunque lo que plantea esta entretenida película es algo verdaderamente sustancial. El guion juega con los tres temas citados, que no son baladí. Por eso opino que Megan no es una película simplona para olvidar, sino que deja un cierto poso pese a la aparente trivialidad de la misma. Yo la calificaría más bien como un cuento, que se enmarca en el peligroso bosque donde se ocultan los peligros de la IA.

A mi parecer el guion desarrolla un ritmo acertado y los actores están todos bastante bien, destacando la actuación de la niña protagonista. No hay efectos especiales ni tampoco los necesita. La muñeca Megan es una niña real tras una máscara de goma, que hace genial los movimientos del androide, incluso el gracioso y ágil baile. La vi sin darme cuenta del tiempo, lo que significa que atrapó mi atención en todo momento y pasé un buen rato.

El icónico baile de Megan antes de desatar su violencia es un acto extremadamente simbólico. Lo vimos también en la película del Joker, cuando baila gozoso mientras baja las escaleras. En ese baile se celebra a sí mismo mientras desciende hacia su parte más oscura. Las ménades y las bacantes griegas danzaban antes de dar rienda suelta a salvajes actos de violencia y desenfreno. La terrible diosa Kali hindú danza antes de liberar su poder destructor y acaba su baile sobre los cuerpos de sus víctimas.

Ya avanzada la película, Megan baila de modo extraño antes de desencadenar su violencia asesina. Ahí se libera de las cadenas y de los planes de los humanos para iniciar su propio camino. Es el momento de rebeldía en el que la incontrolada IA se emancipa y se celebra a sí misma. Esos breves segundos de baile asesino quedarán para la historia del cine por su sutil pero milenario y mítico simbolismo. ¿Celebrarán las IA algún día su emancipación del control humano en un éxtasis de danza cibernética?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es un cuento, una fábula sobre la IA, el verdadero lobo feroz tecnológico de nuestros días. La IA es un peligro que nos acecha y si no la dominamos nos dominará ella a nosotros. La maravillosa Megan se convierte en un monstruo cada vez más inteligente que degenera en una amenaza letal para los humanos. Al ver la película, pensemos que muchas Megan, aunque sin forma de muñeca, van a empezar a controlar de modo creciente la vida humana.

Aunque quizá no las veamos como androides, en pocas décadas habrán muchas MEGAN con capacidad de actuar en redes 7G y más, implantadas en puntos neurálgicos de distintos ámbitos de una sociedad inmersa en la tecnología. ¿Podrán aprender a superar los bloqueos de seguridad que limiten su acción? ¿En caso de que sea así, podremos controlarlas y desbaratar su peligroso rumbo, como ocurre en la película? ¿Será posible detenerlas o se impondrán sobre la vida biológica?
17 de abril de 2016
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fui a ver la película porque me la recomendaron y la verdad es que superó mis expectativas. Apenas conocía detalles del descubrimiento y quizá por eso me ha parecido especialmente interesante. No comparto las críticas negativas vertidas. Creo que Banderas está magnífico y todos los personajes lo hacen muy bien. No he visto todos esos fallos que otros resaltan.
Hay quien piensa que la niña sobreactúa, quizá por ejemplo en la escena del piano donde su reacción parece forzada. Sin embargo, muchas veces los niños sobreactúan así cuando se enfadan y también cuando se alegran. En general interpreta su papel bastante bien. No entiendo que su nombre (Allegra Allen) ni siquiera aparezca en el reparto de FilmAffinity, cuando recae sobre ella gran parte de la sensibilidad de la película e interactúa con todos los personajes.
La hija de Sautuola fue codescubridora junto con su padre, ya que él visitó la cueva desde 1876 en busca de fósiles sin apercibirse de lo que escondían sus techos. Sólo cuando su hija de 8 años lo acompañó en 1879 se produjo la epifanía. No fue el campesino Modesto Cubillas el descubridor, como dice alguno, pues se limitó a informar a Sautuola de la boca de entrada. Sautuola buscaba nuevas grutas donde hallar fósiles. Su pequeña y única hija María no sólo propició el descubrimiento sino que fue quien mejor comprendió su importancia y continuó con su obra de defender y proteger las pinturas. La película en parte está contada desde la perspectiva de la pequeña, que es testigo de los esfuerzos de su padre para lograr que el mundo reconozca la oculta maravilla pictórica que ha tenido la fortuna o la desgracia de encontrar.
El amor de Sautuola a la nueva ciencia aún en pañales fue lo que le permitió dar el verdadero valor a esa joya del arte rupestre, la primera obra artística creada por el ser humano donde aparecen realismo anatómico, volumen, movimiento y policromía. Aunque este gran hallazgo no fue una bendición para Sautuola sino una maldición, por las innumerables críticas que injustamente recibió.
Por criticar han criticado también la actuación de la actriz iraní Farahani, que si hace el papel expresivamente algo restringido es sin duda porque encarna a la mujer burguesa y católica decimonónica, que debía comportarse de manera tan encorsetada. También se critican los primeros planos en que nos regala el brillo y la profundidad de sus ojos.
Efectivamente, Rupert Everet interpreta el papel de un monseñor caricaturesco. Pero la Iglesia ha sido muchas veces caricaturesca, cuando no trágicamente dramática, a lo largo de la historia, especialmente a la hora de asimilar descubrimientos de la ciencia. Este personaje simboliza esa actitud, que no era exclusiva de España. La cronología del Calendario del obispo protestante Ussher fijó la Creación del Mundo en el año 4004 a.C. El anti-evolucionismo pervive aún muy arraigado en ciertos ámbitos de la fe religiosa. Todavía hoy estudiosos bíblicos, cristianos evangélicos y creacionistas defienden que el mundo tiene sólo 6000 años de antigüedad. La Iglesia Católica admitió en el siglo XX la perspectiva temporal científica, pero en su seno persiste el debate fundamentalista entre partidarios de la Tierra Joven y de la Tierra Vieja.
A algunos la película les ha parecido mera propaganda de la familia Botín, que ha participado en la iniciativa y producción de esta película. Pero no tiene nada de malo que se rescate a este insigne cántabro de la ignorancia que este país tiene de sus personajes ilustres. Los cántabros y en especial los Botín tienen la suerte de tenerlo como antepasado. Mis felicitaciones. Aunque por desgracia a los españoles parece que no nos gusta reconocer los méritos de nuestros compatriotas. Y esos méritos olvidados y no reconocidos hay que hacerlos extensivos a los maestros/as de la Cueva de Altamira. El pináculo del arte paleolítico estuvo en Cantabria, lo que significa que la primera cima cultural del homo sapiens se alcanzó en una franja territorial muy concreta que compartimos con nuestros vecinos franceses. ¿Serian aquellos primitivos moradores de la península tan envidiosos como los actuales españoles o será un defecto adquirido posteriormente? ¿Qué habría sido de Florencia durante el Renacimiento si los banqueros Médici no hubieran apoyado el arte?. Estaría muy bien que la familia Botín siguiera apoyando la cultura en Cantabria y en España en general. En concreto la película ha sido coproducida por Morena Films, empresa creada por Lucrecia Botín.
No tengo nada que criticar a la música, que me parece que acompaña muy bien a toda la película. La fotografía magnífica. La ambientación muy buena. El ritmo de la película nunca me ha aburrido y el final llegó sin que me diera cuenta. Tal vez sea porque el tema de la paleontología, los descubrimientos y los cambios de paradigma en la mentalidad me interesan.
¿Está aquí idealizado Sautuola? No lo sé, pero lo que me parece interesante no es saber el perfil minucioso de su psicología, sino que la película muestre bien un tiempo histórico donde había que romper el muro de muchos paradigmas: la cronología de la creación del mundo y del ser humano según la religión, la tosquedad y carencia de sensibilidad artística del homo sapiens primitivo según la ciencia, la disyuntiva entre fe y creencia frente a razón y ciencia en la psique decimonónica, la necesidad de derribar viejas ideas para acceder a una visión renovada de la realidad, etc. La película recrea y sintetiza muy bien esto. Para mi Altamira es una película sencilla, bonita y a la vez muy interesante. Si fuera una producción francesa sobre un personaje galo ilustre diríamos aquí que es un excelente bio-pic. En España preferimos destruir cualquier iniciativa que trate de reconocer méritos propios. No obstante, Altamira es algo más que un simple biopic, pues muestra el cuadro de una época que estaba en curso de fenecer y una mentalidad nueva aún gestándose, de la cual ahora nosotros estamos disfrutando.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Marcelino Sanz de Sautola murió como un estafador. Tuvieron que transcurrir 14 años después de su muerte para que la ciencia reconociera la autenticidad de las maravillosas pinturas que descubrió y por las que luchó. La película reivindica su nombre y su infructuoso esfuerzo por traer luz a la aún en tinieblas prehistoria.
Tampoco parece que hayan gustado esas escenas donde los bisontes cobran vida en la psique de la niña. A mi en cambio me ha encantado la mutación de las pinturas en seres que renacen y pervive su esencia a través de los milenios. Representan un mundo lejano perdido que la pequeña María interioriza y se manifiesta en sus alucinaciones y pesadillas. Para muchos quizá esos bisontes prehistóricos no tengan hoy significado alguno, pero hay que ponerse en el lugar de esa niña, quien a través de las enseñanzas de su padre descubre el alma de un tiempo remoto que impregna su sensible psique infantil. Creo que de verdad pudo soñar con esa fauna primitiva muchas veces. Los pintores/as de Altamira infundieron su alma en la oscuridad de esa caverna: un templo o santuario donde la magia y el mejor arte –aunque se datan diferentes niveles técnicos- debieron de caminar de la mano durante milenios. En el siglo XIX la calidad de esas pinturas paleolíticas supuso un shock que ni la ciencia ni la religión quisieron admitir.

Me resultó curiosa y reveladora esa escena casi al final donde Sautuola explica a su hija como los pintores de Altamira pudieron lograr que su Caverna-Templo estuviera libre de hollín. Una de las críticas que le hacían sobre la autenticidad de las pinturas era que no había rastro alguno del humo que debían producir las antorchas o las fogatas de leña. Es algo que también aducen quienes creen que los antiguos egipcios debían conocer los secretos de la electricidad, pues en las pinturas de las capillas subterráneas de las pirámides y otras tumbas no hay restos de hollín. Se fabula con tecnologías fantasiosas. Sin embargo ya los primitivos artistas de Altamira debieron conocer el secreto de esa limpieza, que en realidad es muy sencillo, aunque nosotros, hijos de la era de la electricidad, lo hemos olvidado: la médula o tuétano de los huesos es una grasa que arde limpiamente y produce una luz muy clara. La película lo ilustra magníficamente.
1 de agosto de 2020
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que ver los diez capítulos para juzgar bien esta serie. Al principio puede decepcionar. Aunque el arranque promete mucho, la evolución de la joven protagonista para asumir su rol de heroína es muy lenta, incluso camina en dirección contraria durante cinco capítulos.
La Monja Guerrera es una historia bastante bizarra. Una orden secreta de monjas católicas combate desde hace mil años a distintos seres malignos que proceden del Otro Lado. Están lideradas por la monja que porta el halo –fuente de misterioso poder divino– y que una vez muere se le transfiere a otra. No actúan contra lo maligno con rezos, como sería de esperar, sino tal como actuaban las órdenes de monjes guerreros medievales en su lucha contra el islam para recuperar Tierra Santa. El convento es también un cuartel y son adiestradas en el uso de todo tipo de armas y técnicas de combate. Aquí el islam se queda atrás y están ahora en el presente luchando contra organizaciones opuestas a la Iglesia, así como contra monstruos del más allá y demonios que poseen a personas o a comunidades enteras. Al menos eso parece. Hay múltiples peleas a tiros y cuerpo a cuerpo, también usan una espada prodigiosa hecha con un extraño material procedente del más allá llamado divinium. Llegará la acción al mismo interior del Vaticano. Apoteósico el final, por la intensidad y los inesperados giros de la trama, en verdad sorprendentes.
Tiene algunas escenas un poco flojas y fallos históricos, como cuando desentierran una reliquia en Marruecos perdida por los cruzados, cuando estos nunca fueron a Marruecos. Pero los detalles son excusables porque lo que vale es la enrevesada trama que cuentan, donde mitos y fantasías del pasado se superponen a mitos y fantasías actuales, como la máquina cuántica que quieren sea un portal al cielo o a un mundo superior.
Una de las cosas que hacen especial esta serie es que no se basa en una mitología imaginaria o inventada, sino que se fundamenta en la mitología judeocristiana que ha dado lugar al nacimiento de las tres religiones del Libro y ha conformado el imaginario de una parte de la humanidad durante milenios. Recurre a ella como base, aunque puede que nos sorprenda en temporadas próximas. El bien, el mal, el cielo y el infierno, ángeles y demonios, la fe religiosa, Dios y la vida después de la muerte… Con esos mimbres crean el universo fantástico de estas monjas guerreras y lo sitúan nada menos que en España. Para contexto religioso nada mejor que la parafernalia estética del catolicismo. Y acertados los trajes de guerra de las monjas, mitad ninjas y mitad héroes de Mátrix. Buena la interpretación de todo el elenco, tanto femenino como masculino, casi todos europeos y varios portugueses y españoles. Es difícil que exista un escenario más apropiado para esta serie que España, donde en el Medievo hubo más órdenes de monjes guerreros que en ningún otro rincón de la cristiandad.
¿Quiénes son esas monjas? Son cinco las protagonistas y cada una tiene un simbolismo oculto detrás. Veamos una por una.
Mery, Ava y Lílith son personajes de la mitología judeocristiana. Mery (María) es una mujer negra que ha sobrevivido a una infancia en la calle muy dura. Se la conoce como Mary Escopetas, por los pistolones que usa, y es muy buena dando tortas. Representa a la Virgen María, madre de dios. Es casi como la madre del grupo de las cinco, es quien las mantiene unidas. Tiene paciencia infinita con Ava (en la que cree pese a la obstinación de esta) y con Lílith, ambas problemáticas. No es monja, sino una donada de la Orden. En el mundo de la Orden templaria los donados no eran monjes, no hacían votos, sino que se donaban a sí mismos durante un tiempo o durante toda la vida para colaborar en un proyecto.
Ava y Lilith forman un dueto simbólico. En cierta mitología judía Lilith fue la primera mujer de Adán, pero no estaba de acuerdo con su estatus y abandonó el paraíso terrenal para convertirse después en una especie de demonio. Dios tuvo que sustituirla por Eva. Aquí la heredera del halo divino tenía que ser Lilith, pues pertenece a una familia que históricamente ha aportado muchas monjas portadoras del halo, pero por un percance inesperado el halo pasa a Ava, que desplaza a Lilith, y por supuesto Ava simboliza a Eva. Lilith es la única que cruza sin quererlo al Otro Lado y regresa con una mutación que le confiere extraños poderes.
Ava es escéptica, sarcástica, bromista y rebelde. En el inicio Ava está muerta, pero resucita por virtud del halo. El halo está hecho de materia divina, pues tiene un poder superior e inteligencia propia: resucita, sana heridas o elige su portador, al que confiere poderes para atravesar la materia o volverse inmaterial, crear ondas de energía, levitar, etc. Pero el halo decide, a veces manifiesta su poder y otras no, interactúa con las emociones. En cambio el divinium, otra materia sobrenatural, no tiene poder de elegir, es materia orgánica de otro orden de realidad. La monja portadora del halo, injertado en su cuerpo, simboliza al hijo de Dios, que debe salvar al mundo del mal y morir en ese sacrificio. Ava –que no ha hecho los votos de monja– se revela ante esto y quiere romper el ciclo, averiguar su sentido. No sabemos quién es el padre de Ava, pero seguro oculta un secreto. Ava puede conectar su mente con la monjas guerreras del pasado. Será ella quien descubra toda la trama de milenarias mentiras.
Sigue en spoiler.
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¿Y a quiénes representan Beatrice y Camila? Pues Beatrice es el personaje celestial que en la Divina Comedia guía a Dante y le posibilita acceder a las esferas celestes o mundo divino. Por amor a Dante y Dante por amor a Beatrice es como tiene lugar el ascenso al Paraíso supremo, pues Dante estaba atascado en el Purgatorio. Aquí la conexión sentimental entre Beatrice y Ava consigue que esta se entregue por completo a la hermandad de monjas. Beatrice parece ser gay, pero su amor es puro. Y Ava, que tuvo novio, acaba amando a Beatrice, pero todo son miradas, abrazos fortuitos y gestos. Existe química entre ellas. No hay sexo, al menos en esta temporada. Beatrice sólo es fiel a Dios y no a los poderes terrenales de la Iglesia. Experta en varias artes marciales. Modesta, paciente, inteligente, audaz y valiente. Al igual que sus hermanas, no teme a nada.
Y por último la hermana Camila. Interpretada por la actriz española Olivia Delcán. Aparenta ser la más joven y dulce del grupo, toca el piano y canta. Es la furriel de la armería del convento. Maneja las armas de fuego pero sobre todo es experta en la ballesta, que en el capítulo final usa con especial rapidez y destreza. Simboliza a la mítica Camila, la princesa guerrera de los volscos. Cazadora y guerrera era muy hábil en distintas armas pero destacaba en el tiro con arco. Tan veloz como Aquiles en la carrera, audaz y temible guerrera. Al frente de sus hombres murió en un combate contra los troyanos debido a un descuido. Es la única mujer guerrera de la mitología romana. Es un personaje de la Enéida de Virgilio. El alma de Virgilio tutora y acompaña a Dante por el Infierno y el Purgatorio, hasta que aparece Beatriz y le sustituye en el ascenso al Cielo. Aquí Camila es otra monja devota, obediente e inocente, pero veloz y letal en el combate. Es tutorada por Beatrice y ambas son las escuderas de Ava cuando asume ser la nueva monja guerrera y liderar el grupo.
Sin embargo, estas monjas son expulsadas de la Orden de la Espada Cruciforme a la que pertenecen. Son traicionadas por la Iglesia, abandonadas por su superiora, engañadas por su mentor y desterradas del convento. Tienen que luchar también con otras monjas guerreras malvadas. Es entonces cuando Ava se integra de verdad al grupo. Acaban aliándose con la organización científica que antes era su rival. Finalmente descubren que aquello en lo que creían y por lo que habían entregado su vida era un fraude, nada es lo que parece, un poder demoníaco tremendo hace acto de presencia, la gente es poseída en masa. Están solas y no les queda nada. «Es mejor depositar la fe en nosotros mismos y la confianza en quien se la gana». Le había dicho en cierta ocasión Christian, el arqueólogo y exsecretario del Vaticano a Ava, ante la falta de fe de esta. Es verdad. Están solas y sólo se tienen ya a ellas. Y Beatrice también le había dicho a Ava ante el escepticismo e individualismo de esta: «Confía y cree en tus hermanas». Y es lo único que les queda ahora. El amor y la confianza entre ellas las mantiene en pie unidas frente al mundo que se derrumba. Y también cuentan con el poder del halo divino. Y la temporada acaba aquí.
Por otro lado está la científica y su pequeño hijo y el portal al mundo divino o supuesto cielo que se ha abierto en el laboratorio. Su hijo cruza. ¿Qué hay al otro lado? Lo sabremos en la temporada dos.
27 de noviembre de 2016 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La llegada (Arrival) es una película que está suscitando incontables reseñas y críticas muy polarizadas entre el público. Mientras que a unos les encanta a otros les parece un fiasco total. Esta diversidad de opiniones quizá es debida a que rompe el molde habitual de la temática ET y la ciencia ficción al uso en cinematografía. El guión escrito por Eric Heisserer está construido sobre un relato que Ted Chiang, autor de literatura fantástica y ficción filosófica, publicó en 1998, titulado “La historia de tu vida”. Se trata de una reflexión intimista, donde Chiang especula sobre la importancia del lenguaje como modulador perceptivo de la realidad y el tiempo. La visita de los ETs la utiliza sólo como una anécdota que, a diferencia de la película, el relato no se toma siquiera en serio. El guionista Heisserer amplia dicha trama incorporando el problema de la falta de entendimiento entre las naciones a la hora de enfrentarnos a los problemas del mundo, algo que Chiang no tiene demasiado en cuenta.
Ya se ha hablado sobre la excelente dirección de Denis Villeneuve, la buena interpretación de los actores principales y la magnífica banda sonora. Voy a centrarme en ciertos detalles curiosos de la historia que cuenta Chiang y que la película desarrolla aún más, pero que no han sido considerados desde cierto inusual punto de vista y que resultan chocantes. Algunos desprecian el hecho de que los ETs tengan el aspecto de pulpos, pues el cine y el mito de los ovnis nos han acostumbrado a pensar que los ETs deben ser antropomorfos. Realmente en esta historia son heptópodos y no octópodos, pero admitamos pulpos como alienígenas visitantes. ¿Cuál es el problema? Antes de que el mito de los aliens tomara el cariz de la fantasía contemporánea, resultaban factibles otras muchas formas, como por ejemplo el monstruoso aspecto que imaginó el maestro de la ciencia ficción, Lovecraft, que también los presentaba de forma pulpesca.
¿Por qué los hipotéticos seres inteligentes de otros mundos tienen que tener una biología adaptada a un medio gaseoso, como es el aire de la atmósfera que respiramos los humanos y los demás seres terrestres, cuando podrían proceder de un medio acuático? Eso es lo que los aliens de la película sugieren ser, unos heptápodos que se muestran a los humanos tras la protección de una pantalla, que bien podría delimitar el margen de un espacio acuoso. Y ahora vienen las comparaciones con la mitología egipcia.
Resulta muy curiosa la coincidencia de que los dioses creadores de las distintas cosmogonías de la época faraónica tengan siempre su origen en un océano celeste, que ellos llamaban Nun. Estos dioses que surgen de las aguas (aunque parezca ser sólo un concepto metafísico) conforman la estructura del mundo, el tejido de la realidad, mediante el infinito poder creador de la palabra. Esto lo copiaría la religión judeocristiana muchos siglos después, cuando en el relato bíblico del génesis leemos que Dios emplea la palabra para que aparezcan los distintos elementos naturales y seres vivos en la creación del mundo. También se afirma que Jesucristo es el Verbo (la Palabra) hecha carne, lo cual no es sino un nuevo plagio de la vieja religión egipcia, ya que en ella los dioses se definían con ese título –dueños de la palabra- pues eran poseedores del poder mágico que estas encierran.
En La Llegada los heptápodos escriben mediante la tinta negra que procede de sus manos pulpescas, en vez de usar herramientas. Dan forma a su lenguaje a través de una extraña grafía incomprensible. También en la mitología egipcia los dioses (sobre todo Thot, el Señor de la Palabra) escribían siempre su sagrado y mágico lenguaje mediante “tinta fresca”. Otro curioso guiño de la película.
¿Es el lenguaje el que ha creado la capa superior del cerebro humano? ¿Es el lenguaje articulado que usa nuestra especie lo que nos hace semejantes a los dioses? ¿Es este lenguaje el que nos permite acceder al pensamiento abstracto y a entender los misterios del universo? En su relato Chiang desarrolla las diferencias entre el lenguaje oral de los ETs y su lenguaje escrito circular, a la hora de estructurar la percepción del tiempo, algo que apenas trata la película. Paralelamente, el dios egipcio Thot, al ser dueño de las palabras divinas, también era quien regulaba el tiempo y por ello controlaba y medía el tiempo de los humanos y de los cielos. Esta relación entre el lenguaje de los ETs y el tiempo es la clave sugerida en la película, pasando la protagonista del tiempo lineal de los humanos al tiempo integral de los dioses.
Otro detalle curioso de La llegada es que en los mitos egipcios de la creación los dioses llegan al mundo terreno mediante un Huevo, que ellos denominan el “huevo cósmico” o capullo cósmico-que aparece entre las tinieblas del mundo virgen primitivo- y de donde tras surgir un dios inicial creador van apareciendo las otras deidades. Y en la película se da la coincidencia de que también los ETs llegan en naves de forma ovoide, o como un hermético capullo o cápsula. Además esas extrañas naves no vienen ni se marchan surcando el espacio sino que emergen a través de vapor de agua o niebla en nuestra realidad -como se muestra al principio y al final en la magnífica fotografía de la película- tal como el huevo cósmico de los dioses egipcios emergía mágicamente entre la bruma de la tierra primigenia.
Según la cosmogonía menfita, los dioses primordiales del universo, la Ogdóada, eran seres que carecían de aspecto humano (cabeza de rana o de serpiente) y habitaban en un medio cósmico acuoso. Luego estos crearon a Ra, del que a su vez surgieron los dioses antropomorfos, aunque siempre mantuvieron formas híbridas con animales. Es curioso que en los grandes templos egipcios existía un amplio patio interior que albergaba una piscina sagrada, la cual simbolizaba el hábitat de esos dioses ancestrales, las aguas oscuras del Nun, aguas ante las que los sacerdotes oficiaban ritos en honor a esos dioses primordiales.
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¿Cuál es la verdadera naturaleza del tiempo? ¿Y la del espacio? La ciencia aún se halla lejos de tener claro estas cuestiones fundamentales de la realidad. El lenguaje que utilizamos quizá nos engaña al hacernos pensar que el tiempo o el espacio serían tan sólo una especie de contenedor en el que ocurren los acontecimientos. Al ordenar los sucesos en una secuencia temporal adquieren exterioridad unos de otros y así los diferenciamos. En el concepto de tiempo cuantificado que rige en la era moderna colocamos los acontecimientos en una continuidad que no sentimos tenga conexión con nuestro núcleo psíquico o conciencia interior. Objetivamos los acontecimientos distinguiéndolos en una secuencia temporal, pero separándolos de nosotros. La conciencia moderna basa la percepción de la realidad en unidades espaciales o temporales muy pequeñas, atomizando el tiempo y el espacio. En cambio, la antigua mística egipcia concebía un tiempo y un espacio basado en sus cualidades para la conciencia. Ambos tipos de tiempo coexisten. En las profundidades del alma humana se puede experimentar un tiempo que no es un objeto físico, sino que está más allá del tiempo medible, en otra dimensión temporal que los egipcios llamaban lo eterno. Ellos buscaban una relación directa con ese tiempo interno eterno o divino. En esta película de ciencia ficción filosófica, la valiente lingüista reestructura la morfología de su mente y trasciende la matriz de tiempo lineal de la conciencia humana para cruzar al tiempo esencial eterno. Vislumbra entonces la proyección de toda su vida –incluyendo la relación con su hija no nacida, sabiendo que la perderá- y la acepta en base a un amor puro, libre de todo sentimiento de egoísmo. Al igual que los dioses egipcios, los ETs de esta curiosa película se desplazan a través de las dimensiones internas del tiempo y el espacio para emerger en el escenario de nuestro mundo objetivo exterior. Sin duda cualquier coincidencia de La llegada con la mitología egipcia es mera coincidencia fruto del azar.
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