Este es el sentimiento que me ha quedado después de ver la película, me duele ver a Stevens sosteniendo una copa para ofrecersela a un invitado y ser ignorado por un espacio de tiempo que parece una eternidad. También me duele ver como se le humilla para intentar demostrar que solo los ricos con pretensiones de intelectual tienen derecho a voto. En definitiva, Stevens desperdicia su vida entregandose a su trabajo y no atreviendose a iniciar una relación con Emma Thomson. Una Emma Thomson magistral , que puede llegar a ser cruel por despecho. La verdad es que el personaje interpretado por Anthony hopkins nunca pierde la dignidad, aun siendo víctima de diversas humillaciones.
Creo que estos comportamientos son muy británicos, guardan grandes distancias entre clases sociales, pero la comunicación con los sirvientes siempre se realiza con un lenguaje y unas formas refinadas.
La película es excelente, y me gustaría destacar también la actuación de Christopher Reeve, que representa a un personaje interesante, a un americano que tiene una visión distinta de las cosas.