Pues he de decir que a mí me ha gustado, o mejor dicho, no me ha disgustado. No es un peliculón, y tiene innumerables elementos que me recuerdan a "La última casa de la izquierda" de mi entrañable Wes Craven (salvando las grandes distancias); por ejemplo, los arquetipos masculinos, el personaje del "tonto" que también se repite, la estética de los setenta, no solo visual sino cinematográfica, el lago en medio del bosque...

Me ha gustado el ritmo narrativo, entretiene, y me han gustado la actitud y la determinación final de la protagonista.
Puede que la película no sea de premio pero tampoco es para salir corriendo.

Vi esta película con el mayor interés, no por morbo ni ganas de ver violencia descarnada, sino porque trabajando en un festival de cine de terror, me hablaron de un nuevo género que al parecer estaba causando furor en Francia y dentro del cual el Martyrs era una de las películas destacadas: el gorno.

Gorno no es ni más ni menos que una mezcla entre "gore" y "porno"; no quiere decir que en las películas encasilladas dentro de este género haya pornografía, sino que la violencia es total y explícita, no se esconde nada (como sucede en el porno con el sexo).

Pues bien, yo no tenía ni idea de todo esto, así que, ni corta ni perezosa me dispuse a descubrir este nuevo género viendo Martyrs...

Solo os diré que después de verla pasé una semana entera con angustia y retortijones de estómago continuos. En mi vida he visto película más desagradable (y sí,he visto Hostel, Irreversible, Braindead, etc). No se trata de una película gore, cuyos excesos y apuntes ridículos suscitan la risa en medio del asco que te pueda dar. Martyrs es una película violenta sin parangón, muestra de una tortura física inimaginable, y lo que es peor, sin argumento alguno.

Me pareció muy interesante el giro que da hacia la mitad de la cinta, y que hace que ésta se convierta en dos películas dentro de una. Pero el motivo final y el desenlace son patéticos, no se sostiene todo lo que hemos visto, con lo que la película es una muestra de violencia pura por el mero placer de mostrarla, sin más.

Hay que tener estómago para verla; es sin duda una película para sádicos, o masoquistas...

Me ha encantado.

He leído algunas críticas y, si bien es cierto que todo el recorrido inicial por el pasado del protagonista puede hacerse "pesado" en algunos momentos por el hecho de que ralentiza el ritmo de la narrativa, está tratado de manera soberbia al intercalarse con esas pequeñas anécdotas entre los invitados, en las que ya vamos viendo que hay algo siniestro en el ambiente.

El director lo juega muy bien; confunde al espectador y no sabemos si ese elemento siniestro está solo en la mente del protagonista que se ha vuelto majara, o realmente hay un plan oculto en esa extraña reunión de viejos amigos, lo cual hace que del final algo impredecible.

En especial, el último plano es impactante. Muy buena.