Síndrome de Estocolmo es el que debemos de sufrir los espectadores. Si no, no se entiende que hayamos aguantado nueve capítulos. Además de no entender la mitad de los diálogos, la trama, con el discurrir de la historia, cada vez se hace más incomprensible. Así pues, aquí la dejo. Infumable.

Me parece magistral la de Hitchcock (la habré visto quince veces, mínimo), pero me parece que no desmerece absolutamente nada la de Andrew Davis (que he visto tres o cuatro veces). Es, en mi opinión, un remake perfecto, absolutamente adaptado al momento que se realizó. De hecho yo las veo como dos películas distintas, con el mismo argumento, pero disfruto de ambas.

The Wire es una película de ciento y pico horas (no las he calculado, pero serán esas como mínimo) que no da tregua en el interés que suscita. Cada capítulo te incita a ver el siguiente, -ya que, como he comentado, no es una serie al uso, sino una película de muchas horas- y cada temporada a ver la siguiente. Es un reflejo tan fiel de esa realidad que todos suponemos pero que no podemos demostrar de los estamentos que nos gobiernan..., de los bajos fondos..., de los suburbios...,de la clase adinerada..., de la clase media..., de los malvados..., de los bienintencionados..., de los mediocres..., en fin, de la sociedad en la que vivimos. Es un reflejo de la condición humana hecho película.