Una película realmente dramátca, dura, violenta, con alto contenido sexual que desgrana a una familia en el centro de una sociedad desalmada. Una persona paga su frustración con otra y ésa a su vez con otra, que a su vez la paga con otra...y así hasta el infinito, originando una espiral de personas deshumanizadas que asisten serenamente a un espectáculo cruel porque, de tanto soportar crueldades, ya no les afecta.

Eso sí, la película, hacia algo más de la mitad, muta convirtiéndose en algo bizarro. Es como si a un ser normal de repente le creciera un brazo en la frente y no sabes si asustarte o reirte.

Esa es la sensación que se te queda, la de una gran desilusión de una película que podría haber dado más de sí y ser mejor de lo que es pero que se ha quedado en nada.

Sabe dios que me encanta el cine de terror oriental y que albergaba grandes expectativas con esta película. Pero me he llevado un gran chasco. Interesante por momentos pero bastante mala en general. Escenas perfectas para introducir elementos de terror pero que finalmente se quedan vacías. Una pena, y siento tener que opinar así