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6 de abril de 2018
6 de abril de 2018
87 de 122 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy muy dado a hacer críticas escritas, y debo reconocer que siempre me embarga una terrible pesadez a la hora de plasmar mis pensamientos en letras, pero amigos de filmaffinity, esto se lo debo a ustedes. Si mis palabras sirviesen para prevenir a un solo espectador incauto de invertir su tiempo en el documental me sentiría yo ya dichoso y triunfante. Es el hervir de mi sangre lo que mueve mis dedos sobre el teclado. Allá va.
La soledad siempre estuvo en mi vida y siempre me resultó un tema afín. Al fin y al cabo es con uno mismo con quien comparte uno toda una existencia. Cuando hablaba yo de mi coyuntura con un amigo y me habló sobre el documental, del que sólo había oído hablar, pensé que quizás encontrara en él un reflejo de mí, aspiraciones o ansias o reflexiones o que, al menos, se dejaría disfrutar.
Poco podíamos augurar sobre la película más allá de las críticas de la prensa, brillantes y esperanzadoras (mentando uno incluso a Kurosawa, válgame dios), y la nota numérica, esa referencia inamovible que es el voto popular, la verdadera y sincera reacción de las masas, con apenas unas decenas de visionados, no era una sólida promesa sobre lo que nos íbamos a encontrar; debíamos ser mi amigo y yo unos pioneros.
Error.
Imagínense pagar por ver a un sucedáneo de Jesús Calleja sin ningún carisma, cargante hasta la médula desde que la primera palabra sale de su boca en el minuto uno, estropeando cada escena en la que aparece con reflexiones simplonas y vulgares que no serían serigrafiadas ni en una taza de mister wonderful, haciendo el payaso por el bosque, obcecado en mostrar lo que menos interés podría tener para el espectador interesado en una situación como esta, en una especie de plano-selfie de gopro constante con su cara resoplando al caminar, como si de verdad alguien se hubiese encomendado la suprema tarea de seleccionar horas y horas de material con un gusto perversamente malo, conscientemente pobre, recreándose en los peores y más forzados momentos que hubiesen podido suceder en cien días de soledad en los montes asturianos, ningún hilo conductor, ninguna estructura ni reflexión estructurada, ninguna intención de fondo, ningún tipo de pequeño pensamiento sobre el hacer cinematográfico, solo metraje insulso y vacío.
Tiene el valor de citar Walden como referente e inspirador de la aventura en las primeras líneas del documental. Ay José, flaco favor. Si Thoreau levantara su cabeza y viese tamaña oportunidad, tan bello lugar, tal disponibilidad de medios. Thoreau, que se esfuerza en desgranar su experiencia, una apología al hacer simple, una comunión con la naturaleza, un canto a la vida. Thoreau, que explica y desgrana cada una de sus inquietudes y experiencias y que tiene la esperanza que otros le sigan, que eleven sus propias existencias, que habla del dónde, del por qué, del para qué, de lo que necesitaba, de cómo y qué planta, y sobre todo, de cómo experimenta esa vida en los bosques desde su soledad. Y José, José no. José se limita a decir banalidades, reflexiones de marca Paulo Coelho sobre el ajetreo de nuestras vidas, a grabarse echando la siesta en riscos y a mostrar momentos anecdóticos de programa de tarde de Telemadrid.
¿Por qué un 3 y no un 1? Debo, después de todo este veneno, a justificarme. Lo cierto es que José utiliza el teleobjetivo y el dron para captar algunos planos bonitos, cuyo mérito es 99% de la propia región y no del propio José, claro, y que incluso así está cerca de estropear también: Con el dichoso dron emplea la mitad del tiempo en grabarse a sí mismo posando sobre la montaña y mirando el mando como si se tratase de un videoclip o de un reel para parecer molón y aventurero, y cuando no, amante de la naturaleza, se dedica a acechar a escasa distancia a manadas de animales salvajes que sólo intentan huir despavoridos entre la maleza ante el inminente ataque de la zumbante rapaz mecánica.
En resumen: si les gusta el monte, si les interesa la autosuficiencia, si les atrae la idea de la soledad, el enfrentamiento del hombre desnaturalizado contra la naturaleza, la reclusión espiritual, el ser humano vuelto contra sí mismo, esta NO ES SU PELÍCULA. Si quieren ver un documental tipo canal Discovery, TAMPOCO VAYAN, en el propio canal encontrarán más y mejor material; en alguno incluso van desnudos, y oigan, gratis. José: tu experiencia ha sido válida, sin duda desafiante e inspiradora para ti mismo, pero amigo mío, no hacía falta hacer una película de ello, o mejor dicho, no hacía falta hacer ESTA película.
Quién financió esta empresa con toda la cantidad de buenas promesas que hay en el panorama y la empujó hasta las salas de cine, por qué, qué llevó a los críticos de la prensa a escribir semejantes reseñas: esas son las cuestiones sobre las que cabría reflexionar en 100 días de soledad recluido en una cabaña de los montes asturianos.
(dudo que nadie alcanzase la respuesta).
Algunas cosas las prefiero conservar en el spoiler, por si algún aventurado quisiera descubrirlas por sí mismo yendo al cine a arruinarse una bella tarde primaveral. He intentado ser lo más fiel posible a las frases originales, pero entiendo que mi cerebro ha podido distorsionar mis recuerdos por lo traumático del visionado.
La soledad siempre estuvo en mi vida y siempre me resultó un tema afín. Al fin y al cabo es con uno mismo con quien comparte uno toda una existencia. Cuando hablaba yo de mi coyuntura con un amigo y me habló sobre el documental, del que sólo había oído hablar, pensé que quizás encontrara en él un reflejo de mí, aspiraciones o ansias o reflexiones o que, al menos, se dejaría disfrutar.
Poco podíamos augurar sobre la película más allá de las críticas de la prensa, brillantes y esperanzadoras (mentando uno incluso a Kurosawa, válgame dios), y la nota numérica, esa referencia inamovible que es el voto popular, la verdadera y sincera reacción de las masas, con apenas unas decenas de visionados, no era una sólida promesa sobre lo que nos íbamos a encontrar; debíamos ser mi amigo y yo unos pioneros.
Error.
Imagínense pagar por ver a un sucedáneo de Jesús Calleja sin ningún carisma, cargante hasta la médula desde que la primera palabra sale de su boca en el minuto uno, estropeando cada escena en la que aparece con reflexiones simplonas y vulgares que no serían serigrafiadas ni en una taza de mister wonderful, haciendo el payaso por el bosque, obcecado en mostrar lo que menos interés podría tener para el espectador interesado en una situación como esta, en una especie de plano-selfie de gopro constante con su cara resoplando al caminar, como si de verdad alguien se hubiese encomendado la suprema tarea de seleccionar horas y horas de material con un gusto perversamente malo, conscientemente pobre, recreándose en los peores y más forzados momentos que hubiesen podido suceder en cien días de soledad en los montes asturianos, ningún hilo conductor, ninguna estructura ni reflexión estructurada, ninguna intención de fondo, ningún tipo de pequeño pensamiento sobre el hacer cinematográfico, solo metraje insulso y vacío.
Tiene el valor de citar Walden como referente e inspirador de la aventura en las primeras líneas del documental. Ay José, flaco favor. Si Thoreau levantara su cabeza y viese tamaña oportunidad, tan bello lugar, tal disponibilidad de medios. Thoreau, que se esfuerza en desgranar su experiencia, una apología al hacer simple, una comunión con la naturaleza, un canto a la vida. Thoreau, que explica y desgrana cada una de sus inquietudes y experiencias y que tiene la esperanza que otros le sigan, que eleven sus propias existencias, que habla del dónde, del por qué, del para qué, de lo que necesitaba, de cómo y qué planta, y sobre todo, de cómo experimenta esa vida en los bosques desde su soledad. Y José, José no. José se limita a decir banalidades, reflexiones de marca Paulo Coelho sobre el ajetreo de nuestras vidas, a grabarse echando la siesta en riscos y a mostrar momentos anecdóticos de programa de tarde de Telemadrid.
¿Por qué un 3 y no un 1? Debo, después de todo este veneno, a justificarme. Lo cierto es que José utiliza el teleobjetivo y el dron para captar algunos planos bonitos, cuyo mérito es 99% de la propia región y no del propio José, claro, y que incluso así está cerca de estropear también: Con el dichoso dron emplea la mitad del tiempo en grabarse a sí mismo posando sobre la montaña y mirando el mando como si se tratase de un videoclip o de un reel para parecer molón y aventurero, y cuando no, amante de la naturaleza, se dedica a acechar a escasa distancia a manadas de animales salvajes que sólo intentan huir despavoridos entre la maleza ante el inminente ataque de la zumbante rapaz mecánica.
En resumen: si les gusta el monte, si les interesa la autosuficiencia, si les atrae la idea de la soledad, el enfrentamiento del hombre desnaturalizado contra la naturaleza, la reclusión espiritual, el ser humano vuelto contra sí mismo, esta NO ES SU PELÍCULA. Si quieren ver un documental tipo canal Discovery, TAMPOCO VAYAN, en el propio canal encontrarán más y mejor material; en alguno incluso van desnudos, y oigan, gratis. José: tu experiencia ha sido válida, sin duda desafiante e inspiradora para ti mismo, pero amigo mío, no hacía falta hacer una película de ello, o mejor dicho, no hacía falta hacer ESTA película.
Quién financió esta empresa con toda la cantidad de buenas promesas que hay en el panorama y la empujó hasta las salas de cine, por qué, qué llevó a los críticos de la prensa a escribir semejantes reseñas: esas son las cuestiones sobre las que cabría reflexionar en 100 días de soledad recluido en una cabaña de los montes asturianos.
(dudo que nadie alcanzase la respuesta).
Algunas cosas las prefiero conservar en el spoiler, por si algún aventurado quisiera descubrirlas por sí mismo yendo al cine a arruinarse una bella tarde primaveral. He intentado ser lo más fiel posible a las frases originales, pero entiendo que mi cerebro ha podido distorsionar mis recuerdos por lo traumático del visionado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
'A veces pienso si lo estoy haciendo bien en la vida, si soy buena persona, y la respuesta me llega cuando veo que todo me va bien y que tengo un trabajo y salud y una familia con salud'. Gracias, José. Será que toda la gente que sufre en el mundo es mala persona y por eso están en esa situación. Y pensar que te lleva unos dos meses a solas contigo mismo llegar a esta reflexión. Una joya para la posteridad.
'Para apreciar las cosas que tienes hay que alejarse de ellas'. Muy innovador, jamás escuché tanta sabiduría. ¿seguro que sólo estuviste 100 días? suenas como un anacoreta que ha estado años vagando en solitario.
(deja la cámara en el trípode grabando en un prado y un caballo que pasta la tira al suelo) (voz en off) 'la naturaleza siempre en guardia, lucha contra la tecnología que amenaza su existencia'. La frase ni si quiera era así, era del estilo, pero mucho peor enunciada. Imagínense el panorama. ¿era necesario sacar esto en el metraje y poner la guinda a la escena diciendo tamaña tontería?
El motivo del exilio es, de alguna forma, reencontrarse con un paisaje familiar y acercarse a la figura de su hermano, fallecido, con el que pasó tanto tiempo en esos mismos parajes. Lo que podría ser un buen punto de partida y una preciosa oportunidad para realmente reencontrarse y restablecer esa pérdida de alguna forma se convierte en todo lo contrario. No da ningún dato de su hermano, ni lo que hacían allí, no habla de ningún tipo de recuerdo o experiencia pasada que le dé una profundidad emocional al paisaje y al metraje y que haría el documental mucho más rico e interesante. Se limita a decir estupideces 'a veces me pregunto si mi hermano me mira desde arriba sin que yo lo sepa como yo miro a mi hijo desde el dron' (lamentablemente, José, tu hijo, si no es sordo, se dio cuenta al escuchar el zumbido del dron sobre su cabeza enturbiando el silencio y la solemnidad del momento). 'a veces siento que mi hermano me responde en el susurro del viento entre las hojas'. ¿a qué te responde? Eso tampoco, no. Verdadero poeta
'Para apreciar las cosas que tienes hay que alejarse de ellas'. Muy innovador, jamás escuché tanta sabiduría. ¿seguro que sólo estuviste 100 días? suenas como un anacoreta que ha estado años vagando en solitario.
(deja la cámara en el trípode grabando en un prado y un caballo que pasta la tira al suelo) (voz en off) 'la naturaleza siempre en guardia, lucha contra la tecnología que amenaza su existencia'. La frase ni si quiera era así, era del estilo, pero mucho peor enunciada. Imagínense el panorama. ¿era necesario sacar esto en el metraje y poner la guinda a la escena diciendo tamaña tontería?
El motivo del exilio es, de alguna forma, reencontrarse con un paisaje familiar y acercarse a la figura de su hermano, fallecido, con el que pasó tanto tiempo en esos mismos parajes. Lo que podría ser un buen punto de partida y una preciosa oportunidad para realmente reencontrarse y restablecer esa pérdida de alguna forma se convierte en todo lo contrario. No da ningún dato de su hermano, ni lo que hacían allí, no habla de ningún tipo de recuerdo o experiencia pasada que le dé una profundidad emocional al paisaje y al metraje y que haría el documental mucho más rico e interesante. Se limita a decir estupideces 'a veces me pregunto si mi hermano me mira desde arriba sin que yo lo sepa como yo miro a mi hijo desde el dron' (lamentablemente, José, tu hijo, si no es sordo, se dio cuenta al escuchar el zumbido del dron sobre su cabeza enturbiando el silencio y la solemnidad del momento). 'a veces siento que mi hermano me responde en el susurro del viento entre las hojas'. ¿a qué te responde? Eso tampoco, no. Verdadero poeta
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