La única forma en la cual puedo encontrar un desahogo tras ver esta película, es imaginándome qué otra trama podría haberme dejado más satisfecho; y esta es una versión alternativa en la que el predicador no solo consigue acabar con la pánfila de la madre, como gratamente sí vemos en la versión original, si no que además logra acabar con la vida de esos dos mastuerzos incómodos, estúpidos y repulsivos. De igual manera, puede tirar sus cadáveres al río. Dudo que nadie en ese pueblucho los eche en falta mucho tiempo.

Solamente podría pisparse de algo el pescador borracho, único personaje con el que empatizo.