Así es damas y caballeros, si todos los monstruos cinematográficos tuviesen pesadillas, sin duda serían con Godzilla. Atrás queda aquella burda caricatura dirigida por Emmerich en el 98; tanto si les gustó (cosa que dudo, pero en fin, para gustos colores) como si les defraudó, admiraran este filme. Y lo harán por lo siguiente:

Porque el señor Edwards han conseguido recuperar la esencia del monstruo mas carismático de las historia de la gran pantalla, y no solo eso, sino que lo ha hecho siendo fiel a los orígenes de la criatura, cosa que es de agradecer. Olvidado queda aquel "dinosaurio" de finales de los 90 que no era capaz de derribar un edificio. Porque disfrutaras como un enano, contemplando a este ser, gigantesco, y siempre cabreado, que lo destruye todo a su paso. Pero sobre todo porque en las dos horas que dura la película no hallarás ni un ápice de aburrimiento, además de disfrutar de unos grandiosos y excelentemente logrados efectos visuales.

Si van a ir al cine este fin de semana y no saben que película ver, vean Godzilla. Y observen el surgimiento de una nueva era del cine, etapa que ya inició magistralmente Guillermo del Toro con su Pacific Rim.
Los Monstruos están de moda, y Dios quiera que sigan estando durante mucho, pero que muchísimo tiempo. Alabado sea Godzilla. Y hurra por el cine de entretenimiento en su más puro estilo.

A ver, este filme me ha demostrado que no es bueno fiarse de la critica antes de ir a ver una película al cine. Si tienes ganas de ir a ver una peli porque a priori te parece atractiva, no lo dudes, ve al cine a verla, y luego después lees las críticas, pero primero saca tus propias conclusiones. Con esto digo que la critica casi nunca ha valorado las películas de temática oriental, por razones A o por razones B, siempre sacan motivos para hacer comentarios horribles. Y para mí esta película no se las merece.
La peli cuenta una historia de honor y venganza realmente exquisita, que ya de por si sola, serviría para hacer una producción de las que hacen historia, pero si encima le añadimos lo mejor de la mitología japonesa, lo que se consigue son dos horas de brutal entretenimiento.
Esta bien construida, con los personajes bastante logrados (a excepción de Keanu Reeves, la peor actuación del largometraje) y la historia además fluye como tiene fluir, con tranquilidad, pero sin perder el ritmo de la película e intentando no dejarse nada en el tintero, como debe ser. Lo que logra que el espectador se convierta en un Ronin más en busca de la venganza de su señor.
Lo dicho, el filme es una oda al entretenimiento puro y duro, ni más ni menos, pero que es el cine si no es eso, entretenimiento. Uno entra a una sala a pasar un buen rato y a divertirse, y 47 Ronin lo logra con creces. La crítica ayuda a decidir si ver una peli o no, pero ni mucho menos es la voz de la razón; y sinceramente a estos samurais les han maltratados en exceso.