Qué mal estábamos entonces para perder casi dos horas por la promesa de llegar a entrever/imaginar en una pantalla unos pechos -eso sí, hermosísimos- de mujer !
Y qué mal debían estar de pasta actores de la talla de Marceau y Tognazzi para meterse en un fregado así!
Pero bueno, después han seguido haciéndose películas, algunas bastante peores -¡BOLERO!- con el mismo único aliciente, aunque disfrazado de arte.

Deslumbra en ciertos momentos, cautiva al final ... pero al cabo de un rato, tomándote la copa post-película pertinente, despiertas del encanto, se desvanece la bruma y decides que no había para tanto.
Excelente Norton, ingenioso -y tramposo!- el guión, seductora la fotografía - en fin, un entretenimiento digno, sin más.