Cuando vi la primera, no sabía qué iba a ver, y tuve una muy grata sorpresa. Acción, ingenio y buen gusto.
En esta segunda parte parece que no sabían por dónde tirar.
Esos personajes extravagantes y ese punto de absurdo me ha sobrado.
No, si siguen por ahí ya no les doy ni un duro más.
La primera la he visto varias veces, y esta no pienso volver a verla.

Que era un petardo ya lo sabíamos, pero en esta tercera entrega se han cubierto de gloria. No hay introducción a cada tema, las cosas aparecen de la nada como pegotes. Los diálogos son absurdos, la acción muy mal gestionada. Es todo un corta y pega barato. No hay hilo conductor que vaya introduciendo cada tema.
Y otro punto que no se menciona y me sorprende, son las 3 únicas caras que tiene Jamie Dornan, actor pésimo con carita de alucinado y boca de bobo. Era mejor cuando era un tipo duro, el papel de perrito faldero que empezó a interpretar en la segunda entrega, lo lleva fatal.
¿Lo mejor? Las bandas sonoras de las 3 películas. Eso sí lo voy a echar de menos.
Y como siempre, y a pesar de ser poca cosa, me quedo con los libros.

Una versión de James Bond más divertida y sorprendente.
Siendo una fan de Colin Firth, tiene ese plus que ha hecho que la haya visto varias veces, sin cansarme.
Samuel L Jackson tiene un papel odioso, y lo borda.
El aprendiz de agente también trabaja muy bien.
Muy recomendable para pasar un buen rato..