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Críticas ordenadas por utilidad
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10
31 de enero de 2010
31 de enero de 2010
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La Princesa Nihce cruzó el arco y miró la Máquina. Era el ingenio que contenía los sueños de todos los seres del Universo. De todos los que existían, existieron o podrían existir. De los que apenas pueden ser imaginados por otros seres, incluso de los imaginados por seres que ni siquiera han sido imaginados pero podrían llegar a serlo.
Supo que la realización de ese sueño que alguna vez tuvo, ver la Máquina, estaba siendo imaginado en ese instante por miríadas de entes, y por miríadas de entes que a su vez sólo existían como sueños de otros entes. Y supo que por eso debía existir la Máquina.”
(Herbert Von Niemand, Proyecto de Biblia para Saturno)
Supo que la realización de ese sueño que alguna vez tuvo, ver la Máquina, estaba siendo imaginado en ese instante por miríadas de entes, y por miríadas de entes que a su vez sólo existían como sueños de otros entes. Y supo que por eso debía existir la Máquina.”
(Herbert Von Niemand, Proyecto de Biblia para Saturno)

7.1
8,084
10
29 de enero de 2010
29 de enero de 2010
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
“- Toda la existencia humana se puede explicar mediante cifras. Una secuencia que combina los diez dígitos para cada persona se cruza en el espacio con las otras secuencias y comparte su materia – dijo el almirante Nikdo.
- ¿Y por qué llevamos años buscando a Xemx sin encontrar su rastro? – preguntó Perawan.
- Porque uno de esos dígitos es el cero.”
(Yakov Gomisht, Los Hombres de Xemx)
- ¿Y por qué llevamos años buscando a Xemx sin encontrar su rastro? – preguntó Perawan.
- Porque uno de esos dígitos es el cero.”
(Yakov Gomisht, Los Hombres de Xemx)
5 de febrero de 2010
5 de febrero de 2010
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La noche antes de su duelo con el enmascarado Hitoshirezu, Marudashi la pasó en la explanada escogida para el combate.
La recorrió pulgada a pulgada, memorizando cada accidente por mínimo que fuese. Luego se echó al suelo y se arrastró por ella lentamente tocando los pequeños montículos, saboreando la hierba, oliendo la tierra. Iba encontrando diferentes sabores y olores por donde pasaba. Prestaba oído a la forma en que el viento sonaba cuando se movía. En la oscuridad de la noche, llegó un momento en que no había piedrecita que no situara, raíz que no adivinara, sonido que no sospechara. Cuando amaneció, no necesitaba abrir los ojos para anticipar el menor movimiento del rival en aquel campo.
Llegó Hitoshirezu y comenzó el combate. Al primer golpe, cayó Marudashi herido en el cuello. Mientras su sangre regaba el campo que había llegado a conocer tan bien, le preguntó al maestro Hitoshirezu:
- ¿En qué me equivoqué?
El maestro Hitoshirezu se quitó la máscara y mostró su herida en el cuello, igual a la de Marudashi.
- Tu cuerpo reconoció esta tierra como su morada y nada podemos hacer.
Ambos se desangraron por completo y abonaron el campo yermo. Con las lluvias, un torrente que bajó de las rocas lo atravesó y llegó hasta el río. Y ésa es la razón por la que el Río AKai Kawa tiene ese color.”
(Genjuro Soragoto, El Libro de los Siete Anillos)
La recorrió pulgada a pulgada, memorizando cada accidente por mínimo que fuese. Luego se echó al suelo y se arrastró por ella lentamente tocando los pequeños montículos, saboreando la hierba, oliendo la tierra. Iba encontrando diferentes sabores y olores por donde pasaba. Prestaba oído a la forma en que el viento sonaba cuando se movía. En la oscuridad de la noche, llegó un momento en que no había piedrecita que no situara, raíz que no adivinara, sonido que no sospechara. Cuando amaneció, no necesitaba abrir los ojos para anticipar el menor movimiento del rival en aquel campo.
Llegó Hitoshirezu y comenzó el combate. Al primer golpe, cayó Marudashi herido en el cuello. Mientras su sangre regaba el campo que había llegado a conocer tan bien, le preguntó al maestro Hitoshirezu:
- ¿En qué me equivoqué?
El maestro Hitoshirezu se quitó la máscara y mostró su herida en el cuello, igual a la de Marudashi.
- Tu cuerpo reconoció esta tierra como su morada y nada podemos hacer.
Ambos se desangraron por completo y abonaron el campo yermo. Con las lluvias, un torrente que bajó de las rocas lo atravesó y llegó hasta el río. Y ésa es la razón por la que el Río AKai Kawa tiene ese color.”
(Genjuro Soragoto, El Libro de los Siete Anillos)
29 de enero de 2010
29 de enero de 2010
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Antes de la batalla lavó el carro en el estanque de Samaria; lavó también sus armas; y la Reina lavó su cicatriz. Y el Rey de Israel entró en la batalla.
Y un hombre disparando su arco a la ventura, hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura; por lo que dijo él a su carretero: Toma la vuelta, y sácame del campo, que estoy herido.
Mas la batalla había arreciado aquel día, y el Rey estuvo en su carro delante de los Siros, y a la tarde murió: y la sangre de la herida corría por el seno del carro.
Y murió pues el Rey, y fue traído a Samaria; y sepultaron al Rey en Samaria. Y la sangre siguió corriendo por el seno del carro y no se lavó y los perros lamieron la sangre, pues así estaba escrito.”
(Reyes, 23, 34-38)
Y un hombre disparando su arco a la ventura, hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura; por lo que dijo él a su carretero: Toma la vuelta, y sácame del campo, que estoy herido.
Mas la batalla había arreciado aquel día, y el Rey estuvo en su carro delante de los Siros, y a la tarde murió: y la sangre de la herida corría por el seno del carro.
Y murió pues el Rey, y fue traído a Samaria; y sepultaron al Rey en Samaria. Y la sangre siguió corriendo por el seno del carro y no se lavó y los perros lamieron la sangre, pues así estaba escrito.”
(Reyes, 23, 34-38)

7.2
7,751
10
16 de febrero de 2010
16 de febrero de 2010
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Hackers del genoma irrumpieron en la base de Bog y proporcionaron a Nerazuman un millón de series distintas para poblar el país que le había prometido la Primera Constelación. Pero sólo pudo contratar a simples mercenarios, así que éstos no advirtieron que las secuencias robadas compartían un mismo defecto, una trampa preparada por Bog. Los seres creados a partir de esas series carecían de una pieza, microscópica pero esencial, que hacía que el complicadísimo aparato visual basado en un complejo mecanismo de cristales y espejos, no filtrase la luz.
Nerazuman dispuso entonces que sus criaturas tuvieran en los ojos espejos orientados hacia dentro y que así tendrían que vivir en aquel país. Sólo hizo una excepción, con una criatura hembra, a la cual dotó de espejos orientados hacia fuera.”
(Milana Ogledalo, Crónicas de la Primera Constelación (I): El País de Nerazuman)
Nerazuman dispuso entonces que sus criaturas tuvieran en los ojos espejos orientados hacia dentro y que así tendrían que vivir en aquel país. Sólo hizo una excepción, con una criatura hembra, a la cual dotó de espejos orientados hacia fuera.”
(Milana Ogledalo, Crónicas de la Primera Constelación (I): El País de Nerazuman)
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