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España España · Piedrabuena
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
24 de octubre de 2016
37 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Déjenme decirles que, en el anterior análisis, me equivocaba completamente. No, Black Mirror no está aquí para “hacernos pasar un mal rato”. Todo lo contrario. Black Mirror está aquí para emocionarnos, inquietarnos, sobresaltarnos…etc. está aquí para hacernos despertar. San Junipero ha llegado para quedarse con nosotros, como él mismo.
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¿Cómo? ¿Por qué esos cambios de época tan significativos en semanas? ¿Estamos hablando de androides? Todo a su debido tiempo. Inmersas en una peculiar historia de amor, se destapa el misterio que rodea a todo el asunto: ambas están ahí por un motivo, huyendo de algo o pretendiendo olvidarlo. Y es que San Junipero es mucho más que un mundo virtual.

Este lugar es una recreación cercana del cielo. Sí, aquel lugar descrito como el paraíso, donde la gente no envejece y sólo debe pasarlo bien las 24 horas del día. Un idílico lugar donde los vivos sólo pueden estar de visita. Porque claro, es el mundo de los muertos.

Tradicionalmente, nuestras visitas a la Iglesia nos han relatado la muerte como un hecho bello, no negativo. La última etapa de la vida, en la que un ser divino y majestuoso juzgará nuestros hechos y decidirá otorgarnos un descanso merecido, en función de la vida que hayamos llevado. En este caso, el ser divino no será más que el hombre creando un falso cielo, jugando una vez más a ser el Dios que tanto ha venerado.

¿Y qué supone la muerte? Un repaso a la vida, una oportunidad de valorarnos a nosotros mismos. Mientras que Yorkie lamenta su vida estando tetrapléjica -desencadenada por un accidente fruto de la reacción de unos padres conservadores-, Kelly hablará sobre su marido: la misma persona por la que ha luchado 49 años y que rechazó estar en San Junipero por no estar con ella. Una analogía de la vida y la vejez simbolizada con la transición, es decir, el paso de la vida a la muerte -o el paso de la cruel vida hacia el bello paraíso-.

Pero, ¿cómo es el paraíso? Básicamente, un repaso a nuestra memoria y recuerdos. Un lugar perfecto donde nosotros construimos nuestros sueños. Porque claro, como diría el maestro David Lynch: “Nuestro mundo no es el sueño más brillante”. Y de ahí que el hombre luche desesperádamente por encontrarlo.

Una oda a la vida y la muerte, a la transición. Charlie Brooker vuelve a demostrar su talento como guionista, y nos regala 1 hora de ensueño, en la que nos perderemos en el paraíso de San Junipero. Dejad que la música, los coches antiguos y las luces de neón se claven en vuestros ojos, y entonces estaréis también en él.

Un capítulo recomendable.
27 de octubre de 2017
42 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nadie le va a negar el carácter polifacético a Emma Stone en los últimos años, y es que si hace unos meses veíamos a la actriz embutida en todo un musical como La La Land: La Ciudad de las Estrellas, ahora la vemos encarnada bajo la piel de la mismísima tenista Billie Jean King en una de las reafirmaciones feministas más valientes, arriesgadas y loables que la historia de este movimiento (y del mundo en general) haya tenido el placer de vivir. En frente tendrá a un Steve Carrell, disfrazado de Bobby Riggs, tan bonachón y simpaticón como siempre en este drama con tintes de comedia inspirado en hechos reales.

Bajo esta premisa, la cinta arranca con una estética setentera que le da un aire de época a la película, además de las propias caracterizaciones de los personajes y los decorados. Desde el equipo de arte, maquillaje, escenografía y medios técnicos de FOX se ha realizado una loable tarea para transportar al espectador a aquellos maravillosos 70 donde la gente charlaba alegremente en peluquerías, se llevaban los anuncios de naturaleza vintage y algunos hombres se jactaban del resto a golpe de sonrisa y puro en mano. Hay quien dice que aquello fue una época maravillosa y hay quien afirma lo contrario, pero la recreación está ahí y, además, está muy conseguida. Dicho esto, el filme nos presenta al personaje de Emma Stone, la tenista Billie Jean King, y nos aclimata dentro de su seno para dar paso a su contraparte denominada Bobby Riggs e interpretada por Steve Carrell, un ex-campeón tenista de 55 años a quien el juego y los ambientes poco deseables lo habían denostado a una situación familiar delicada y una vida venida a menos. Este es el punto de partida y desde aquí se empieza a construir la trama, con unos personajes que irán realizando sus vidas mientras el eje de los acontecimientos, la propia desigualdad de género hacia la mujer, los lleve a tener que tomar las decisiones que toman. Es por esto que la película nos llevará por dos viajes que confluyen en uno y que se caracterizan por dos cosas: el ser y el quere ser. 

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Por una parte, el ser feminista de Billie Jean King y luchar por unos derechos de la mujer que, aún a día de hoy y muy desgraciadamente, están lejos de ser igualitarios frente al sexo masculino; y, por otra parte, el querer ser machista de Bobby Riggs para seguir jactándose de unos dólares envenenados por el poder del juego y una vida equilibrada por la fuerza de un hilo. Hasta aquí bien, todo claro, pero creo que ambos son personajes con los que, por muy buena interpretación que se haya realizado, no son fáciles de conectar, y esto viene dado por las propias acciones de los mismos. Billie Jean King fue una persona que fue infiel a su pareja sentimental, su marido Larry, y vivió una mentira durante un tiempo arrastrando a otra persona tras de sí, que por lo menos en el filme nos la pintan como la santísima caridad. Bobby Riggs fue un deportista venido a menos con el paso de los años que había sucumbido a una espiral sin aparente fondo y donde, poco a poco, estaba arrastrando a su familia mientras ella respiraba ahogada el peso de sus decisiones. Son más parecido a un anti héroe que a un héroe, pero así es la historia.

Además de su carácter histórico y pedagógico, el filme destaca por repartir bandazos a todo el que puede: de todos aquellos hombres que se jactan de la mujer para conseguir beneficios empresarios, de todo el movimiento machista (la película se postula claramente desde el feminismo) y, más que nada, de los bochornosos espectáculos tan comentados hoy en día y que tenemos oportunidad de ver una o dos veces al año: los súpercombates/partidos o etc. Todo un circo mediático donde se pone en juego a unas personalidades y los organizadores se llenan los bolsillos a cambio de ofrecer un espectáculo pirotécnico pero opaco, en el que ni hay ni se deja entrar.

En definitiva, La Batalla de los Sexos es un resultado de la Hollywood sentimentalista que quiere convertirnos en mejores personas año a año en base a hechos históricos o personajes que, inesperadamente, cambiaron el futuro de la historia de la humanidad; todo ello con uno de sus máximos responsables cometiendo atrocidades contra la mujer. Paradójico, ¿no? Mejor quedémonos con la película y dejemos el resto. Recomendable. 

Más críticas en https://cinefilosfrustrados.com
22 de mayo de 2017
46 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras un sinfín de promos, ríos de tinta en Internet y un hype que no hacía más que incrementar por cada día que transcurría, Twin Peaks regresa de la mano de Showtime y, en España, Movistar Series Xtra con dos episodios de 55 minutos de duración que se caracterizan por: 1.- Un guion completamente sólido 2.- El surrealismo de Lynch, a pesar de los años y el riesgo 3.- Una pérdida del encanto de la obra original en favor de una narrativa más profunda 4.- Un tempo dramático similar al visto en la ‘masterpiece’ Mulholland Drive (2001), una de las obras más renombradas del director. Pero pasemos a desgranar qué nos ha parecido esta nueva Twin Peaks concienzudamente.
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DAVID LYNCH NO MENTÍA
A pesar de haber sido avasallado por la prensa y fans sobre las claves del regreso de su icónica serie, David Lynch se ha mantenido -al igual que Showtime- impasible al revelar algo de la ficción, realizando incluso estrictos controles a los actores y equipo de producción durante la grabación -con el objetivo de no filtrarse nada-. Sin embargo, sí que reveló dos cosas que ha cumplido: la importancia de Twin Peaks: Fuego Camina Conmigo, la película-precuela que narraba los últimos 7 días de la vida de Laura Palmer, y los cambios en la estructura narrativa, siendo una película dividida en 18 partes. Y esto es absolutamente cierto. Twin Peaks presenta un tempo y/o narración diferentes al acostumbrado al género televisivo, sin tantos cliffhangers y con una lógica más similar a la de un largometraje. Más causalidad en pérdida de enganche al espectador -que no quiere decir que la serie no lo haga-. David Lynch sabe perfectamente el producto que tiene entre manos y ha apostado por creer en sus propios éxitos del pasado, como Mulholland Drive, ofreciendo algo estructural y ritmicamente similar a esta película en los dos episodios visionados.

En cuanto a Fuego Camina Conmigo, la gran incidencia viene de la mano del personaje Phillip Jeffries -interpretado por el fallecido David Bowie en la cinta-, que hace acto de presencia en el 3×02 y deja entrever que todavía sigue viajando en el tiempo, tal y como se mostraba. Además, el agente Dale Cooper, santo y seña de la ficción, continúa encerrado en la Habitación Roja.

KYLE MACLACHLAN, OMNIPRESENTE
Que Kyle MacLachlan se comería la pantalla en cada minuto que apareciese era algo que todo fan podría esperarse. Sin embargo, nadie esperaba una caracterización tan marcada entre su Agente Cooper y Doppelgänger -hermano gemelo malvado-, presentando un aspecto físico muy singular y, por qué no decirlo, gracioso. El ente poseído por Bob es pura maldad, y los dos capítulos visionados bastan para cerciorarse de que será, al menos aparentemente, el gran villano de estos 18 episodios.

Por otra parte, a pesar de que los años pasan para todos, MacLachlan sigue irradiando esa simpatía que derrochaba bajo la piel del agente Cooper. Es cierto que no dice ningún gag gracioso, y que puede que esa simpatía venga de la mano de su etapa pasada, pero es inevitable sentir cierta sensación reconfortante al verlo en pantalla.

LA HABITACIÓN ROJA Y EL SURREALISMO DE LYNCH, TAN MARAVILLOSOS COMO SIEMPRE
Otro de los aspectos que se antojaban interesantes para cualquier seguidor de la serie era la recreación de la nueva Habitación Roja, uno de los escenarios más trascendentes dentro del mundo de la televisión. Pues bien, a pesar de tener una cierta paleta de colores más suaves que la original, se muestra igual de misteriosa y onírica que siempre. David Lynch no se ha cortado ni un pelo al mostrar lo que ocurre en ella y, a pesar de que los fans y las Redes Sociales son mucho más crueles que allá por los 90′, ha desprendido toda su magia, con un árbol sicamor parlante incluido. También ha establecido puentes entre la conexión del mundo real con las Logias (Blanca y Negra), esa “brecha entre dos mundos”, y el guion hace especial incidencia en esto. Tanto él como Mark Frost son auténticos expertos en el desarrollo de una trama, y os aseguro que no habrá ni una sola laguna que se tercie.
Este punto nos lleva al último apartado: Bob, el espíritu del mal. Aunque en Twin Peaks pareciese que obrase únicamente en esa localidad y los alrededores, nuevamente La Historia Secreta de Twin Peaks adelantaba que era algo que se reproducía durante la historia y los lugares. Por ello, una de las tramas -aparentemente, porque todo puede cambiar en un visto y no visto- muestra un asesinato que reúne todos los requisitos para ser la nueva obra de Bob, presentando muchas similitudes con el asesinato de Laura Palmer y el cómo este ente actuaba por medio de Leland Palmer. Estad muy atentos.
12 de marzo de 2018
24 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aniquilación comienza con la primera y pieza central de su puzzle: las células, los organismos madre que dan pie a la vida además de la muerte. Es curioso cómo Alex Garland, al igual que Taylor Sheridan, tiene la increíble capacidad de hablar de una cosa mientras nos está contando otra muy diferente; en este caso las formas de reproducción y la propagación del ser, lo que deriva en nosotros mismos. Tema central de la filmografía de Garland. Aniquilación comienza con un meteorito impactando contra un faro y propagando un resplandor que, en apenas tres años, logra rodear un cenagal casi en su totalidad; lo que se denomina La Zona X, un lugar donde nadie ha vuelto y en el que se desconoce qué es lo que está pasando y por qué no surge vida orgánica, derivando en un ambiente postapocalíptico. Es entonces, cuando su marido ha desaparecido, el momento en el que la bióloga Lena (Natalie Portman) decide adentrarse en el seno del lugar y averiguar lo que está sucediendo.

La principal ventaja que atesora el guion de Aniquilación es que conoce perfectamente cuales son sus puntos fuertes y débiles, es decir, sabe que su principal atrayente es La Zona X y que, además, tiene a tres grandes obras de culto de las que tirar para retratarlo de la forma más efectiva posible: Picnic Extraterrestre, Stalker de Andrei Tarkovski y la saga de videojuegos S.T.A.L.K.E.R., de las que bebe -al menos, en apariencia- solemnemente para mostrar lo que se conoce como un área de exclusión que cada vez es más grande. Hay una gran serie de paralelismos entre estas cuatro obras -si contamos la referida- y todas casan perfectamente bajo un estilo que apuesta por retratar la forma y el ambiente, además de combinarlo con una narrativa que juega a ser un acertijo. ¿En qué deriva esto? En una película con una gran capacidad de inmersión que deja en bandeja a la estructura el tenernos embobados durante 115 minutos preguntándonos qué demonios es lo que sucede en La Zona X. ¿La clave? Ser seductora, atrevida y, por momentos, cruda; lo que en una resolución que parece nunca llegar consigue no despegarnos de la pantalla. Y esto está muy bien. Ahora, las debilidades: Aniquilación sabe que el eje central de su trama es más simple de lo que parece y, por ello, en pos de no tirar todo el enganche a la basura, lo envuelve de varias capas (tanto narrativas como visuales, siendo estas últimas una auténtica delicia) para mantenernos enganchados. Esto está muy bien si la resolución se antoja a la altura, pero en medio de un Tercer Acto tremendamente hipnótico y sugerente el final deja espacio a la pregunta y apuesta por que seamos nosotros -los espectadores- quienes completemos el relato y le demos sentido a esta historia que habla de la reproducción, la transmisión y la forma de expandirse enmarcada en un contexto de Ciencia Ficción rodado con brillantez. ¿Me gusta que sea así? Sí y no. Sí, porque da pie a un post-visonado realmente interesante y no, porque esperaba una resolución quizás más congruente. ¿Qué es orgánico y qué es vegetal? ¿Qué es realidad y qué es ficción? ¿Estamos expuestos ante unos organismos que no podemos controlar? ¿Es el ser lo que nos define o la forma de serlo? Todas estas preguntas -y muchas más- son las que circundan mi cabeza tras visionarla, pero -al menos en mi caso- tengo claro que la resolución tiene que ver con una explicación muy cercana a la teoría del superhombre de Nietzsche, solo que dado un giro de tuerca y adaptado al contexto donde nos ubica Aniquilación.

Por último, no puedo despedirme sin mencionar las destacadas actuaciones del elenco protagonista, capitaneado por mujeres -junto con Oscar Isaac- y que saben llevar el peso de la misión durante toda la trama. Esta son la clase de papeles que me agrada ver y por lo que espero que apuesten; dejando atrás personajes masculinos a los que han querido dar una adaptación femenina. Algo absurdo y a lo que nunca le he encontrado ni pies ni cabeza, salvo contentar a diferentes colectivos. Lo que necesitamos son personajes originales, fuertes y que sepan llevar el peso de una película, siendo Natalie Portman todo un referente.

Más críticas en: www.cinefilosfrustrados.com
24 de octubre de 2016
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si una cosa se han propuesto Charlie Brooker y su equipo en esta tercera temporada de Black Mirror es, claramente, hacernos pasar “un mal rato”. Cállate y baila nos sumerge en un futuro inmediato, por no decir presente, con una amenaza real que podría pasarnos a cualquiera.
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Kenny, interpretado por Alex Lawther, es un tímido joven de 19 años y dependiente de una cadena de restaurantes de comida rápida. Un día, se ve obligado a colaborar contra su voluntad -junto con otras personas- en un siniestro asunto, para preservar su intimidad.

Alejado del mundo fantasioso de Caída en picado o de la Realidad Virtual de Playtest, Cállate y baila nos sumerge en un potentísimo thriller que nos hará dar vueltas sobre el sofá durante sus 50 minutos de duración. Una visión real y terriblemente cercana de un futuro que ya llegó.

Con una dirección perfectamente imperfecta y repleta de medios planos, James Watkins -director de este episodio- provoca inestabilidad y nerviosismo constantes sobre el espectador, al igual que su protagonista: Kenny, el retrato perfecto de una víctima idónea. Trabajador de un restaurante de comida rápida, objeto de burlas de sus compañeros, emocionalmente inestable y viviendo con su madre divorciada y hermana, que poco o nada le importa los peligros de la Red. El cóctel molotov perfecto para un hacker aburrido durante una nublada tarde en Gran Bretaña.

Y menos de 10 minutos son los que hacen falta para hacerlo estallar. La llama de Internet, portada por una amenaza fantasma, será la encargada de darle mecha. Porque hoy en día no es necesario estar presente para quemar la dignidad de una persona, tan solo hace falta una cámara que apunte fijamente a los más profundo de la miseria de la persona cotidiana.

Y os preguntaréis: ¿A qué te refieres? Pornografía infantil, infidelidad con una prostituta o racismo son algunos ejemplos. Y no, no es necesario explorar en el colorido futuro de Caída en picado, basta con la Gran Bretaña del 2016. Los peligros de Internet están ahí, al cruzar la esquina, y la preservación de intimidad se ve cada día más comprometida.

Pero, volviendo al tema en ciernes, Kenny verá como el cerrojo que coloca en su puerta se ve fácilmente derrotado por algo que no está ahí, pero que lo puede ver. Rápidamente, su buzón de entrada se llenará de mensajes de algo que le puede hundir la vida. En conclusión: estás jodido Kenny.

Porque, llegado a este punto, poco o nada podemos hacer. Tan sólo seguir las indicaciones que nos dan, obedientemente, y depositar nuestra vida en sus manos. El futuro de nuestro pasado en manos de lo invisible. Un futuro que se verá resuelto a manos de Exit Music (for a film). Radiohead no se podía perder esta lluviosa tarde.

Un capítulo terroríficamente real y cercano. Una crítica directa a los peligros de la Red, la ignorancia, la intimidad y la miseria humana. Porque la mentira tiene muchas formas, y Black Mirror se las está dando. Y tú, ¿tienes algo que esconder?
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