Sobria en su planteamiento visual y sonoro, con unas interpretaciones fantásticas y un guión original y muy trabajado. Rompe con los esquemas típicos del género, con algunas secuencias realmente brillantes. Una reflexión acerca de la religión en el seno de una familia que poco a poco va deshaciéndose a medida que sus creencias van pudiendo con ellos. Muy interesante, y llevada con un pulso certero. Me ha encantado.

Ford me parece un virtuoso del diseño visual, pero creo que la esctructura que ha elegido para relatar esta historia no termina de funcionar. Dos espacios y tiempos distintos, en ocasiones anclados en el cliché, que se intercalan a veces de forma un tanto efectista, dando más importancia al gesto estético que a la fluidez narrativa y al mantenimiento y desarrolla de la tensión que pretende crear. En mi opinión esa alternancia constante le resta solidez. Cuando consigue generar un clima que te arrastra, de repente lo rompe.

Es cierto que las interpretaciones son buenas y que contiene varias escenas muy bien llevadas, pero en su conjunto la película arrastra una carga demasiado pesada debido a esa estructura un tanto enrevesada.