Un cortometraje con apariencia de anuncio de cadena autonómica. Una moraleja tan sutil como la risa enlatada de Dos hombres y medio. Personajes y actuaciones tan currados como en la mejor de las "... Movie" que hayas visto. Joder, a veces no hace falta más que exponer los hechos y la crítica se escribe sola.

"San Valentín sangriento" posee varios elementos que la igualan a otras películas de las que bebe constantemente: jovenes con las hormonas revolucionadas, un pueblo sobre el que pesa una maldición de sangre y un psicópata con máscara incluida. Este intento canadiense de película de terror resulta aburrido, predecible y totalmente inverosímil; pero conserva aún hoy ese tufillo ochentero que ronda en todos esos asesinatos imposibles y persecuciones tópicas - con caida, por supuesto -; y que cualquier amante del slasher en general sabrá apreciar.

Para recordar con cariño.

Por un lado tenemos a un Robert Englund en su salsa; por otro, a ocho jóvenes con distintos perfiles (un homosexual, una zorrona, un salido, una japo... ). Mezclamos estos ingredientes y los aderezamos, por supuesto, con sus buenas dosis de sangre, tripas y masa encefálica desparramada por la alfombra. Si además, situamos todo esto en el sur profundo de los USA, entre música country y paletos desdentados; el souflé resultante podría habernos dejado totalmente saciados. Y sin embargo, no es así.

No es que "2001 maniacos" sea una mala película... es que se podría haber exprimido muchísimo más. Tiene también en su contra tremendas lagunas en el argumento que, desgraciadamente, la hacen insalvable.

En fin, otra cinta más al montón. Ideal para entretenimiento plano.

Una tontería tan pretenciosa que da vergüenza. Mala estructura, mala actriz protagonista... mala en general. De vez en cuando plantea argumentos interesantes pero no sabe desarrollarlos.

Se podrían decir muchísimas cosas de Psicosis… Una película capaz de asustar sin recurrir a la sangre desmedida, tan solo a unos magistrales golpes de orquesta. Es además, una película que mantiene en vilo al espectador durante toda su duración, haciendo que este espere ansioso el apoteósico final, que es capaz de dejarnos con la boca abierta.
No sé cuantas habré visto Psicosis, y tampoco sé cuantas veces más la veré a lo largo de mi vida. Sin embargo, puedo decir con toda confianza que la magia y el suspense que desprende esta película, la manera en que envuelve al espectador, no ha podido ser igualada por ninguna otra película de terror posterior.
Desde que la pobre Marion es acuchillada en la ducha se desata en mí un sinfín de dudas, un ¿quién es el asesino? que no puedo evitar, una admiración por la increíble actuación de Janet Leigh, un sentimiento de abstracción del mundo que se repite cada vez que la veo, a pesar de conocerla como a la palma de mi mano. Eso es Psicosis.