La intenciones de uno de los protagonistas son tan oscuras que el espectador, yo al menos, no las he descubierto hasta los Díez últimos minutos. Y he estado tan despistada casi toda la película que no se si esto es un mérito o un demérito. A los actores no se les puede pedir más.

Tiene varios aspectos que la hacen recomendable, el primero de ellos la interpretación de Colin Firth. La versatilidad de su expresión en los múltiples primeros planos es impresionante y juega a transmitir desconcierto en el espectador. Los demás actores no se quedan atrás en sus papeles dotando de matices variados a la historia. La narración, jugando con el desarrollo simultaneo en diversos periodos de tiempo, añade interés a la narración, pues el espectador es invitado a sacar sus propias conclusiones. En fin, es serie inquietante y bien hecha.

No puedo negar que es de una belleza evidente. Los encuadres, los colores, los movimientos de la cámara. Pero todas las reflexiones que se van planteando no necesitan unos planos tan prolongados que hacen que las tres horas te parezcan un día entero. Medir mal la duración de las escenas, todas prolongadas innecesariamente, hacen de una buena película un tostón y le quitan mérito.

Tiene todos los ingredientes de una novela policiaca llevada al cine. El autor de la novela es de sobra conocido y apreciado. No puedo hablar de los nombres propios que la han adaptado a la pantalla. Pero lo han hecho bien. El cambio de escena de una a otra de las escenas que se entrecruzan esta muy equilibrado, lo que mantiene la atención de espectador. Y los actores son, en todo momento, convincentes. Para disfrutar los que gusten del género.

Desde nuestro mundo, nuestro nivel de civilización, es difícil entender noticias de otros países con otras culturas, tradiciones y niveles de desarrollo. El caso contado fue famoso en los noticieros de todo el mundo. Lo que a mí me ha parecido que hay que resaltar, además de la historia propiamente dicha, son los escasos medios con los que cuenta la policía en un país tan superpoblado. Casi con solo su propia inteligencia y dedicación.