Película cargada de buenas intenciones, que comienza prometiendo mucho, se va volviendo más y más enrevesado a medida que transcurren los minutos y termina de forma torpe y previsible.
La escandalosa inconsistencia del guión pretende ser paliada con retazos lacrimógenos, pero no nos engañemos, al final todo queda en "otra peli de aventuras y efectos especiales".
Y no esperen mucho más de este aburrido y falso engendro que no es sino una concatenación de tópicos mal entretejidos.

A lo largo de mi vida he visto muchas adaptaciones de la magistral obra de Lewis Carrol. Sólo hay una que está a la altura del libro: la del viejo Disney. Bueno, también merece la pena la versión teatral de la Linterna Mágica de Praga, si van a la capital checa no se la pierdan.
Sobre la execrable canallada que perpetra Burton sólo diré la famosa frase de la Reina de Corazones: ¡QUE LE CORTEN LA CABEZA!
No merece la pena perder más tiempo con este infumable bodrio.

Película que promete mucho, con un elenco de actores excepcional, para quedarse sólo en eso: un desfile de buenos actores. El guión absurdo, deslavazado, inconexo, que pretende ser trasunto de "The Big Sleep" (como guiño repite la maravillosa Lauren Bacall) pero sólo compararlas es ya un insulto. Nada tiene pies ni cabeza en esta parodia de telefilme de los años sesenta.
Mejor que vean el "Sueño Eterno" y se olviden de esta gansada.

Polanski, a estas alturas, sólo faltaría que no supiera hacer películas. The Ghost Writer, técnicamente está muy lograda, crea tensión, los ambientes perfectos, los actores correctos (Brosnan hace de Brosnan), y la intriga va in crescendo para acabar... en una tontería. Y te vas del cine con cara de tonto. Porque nada tiene ni pies ni cabeza, y todo queda en nada.
Pero todo el mundo babea ante el viejo pederasta que pretende hacerse perdonar con esta película de mensaje progre.
Mucho humo por la traca, pero poco más. Humo que ha cegado los ojitos de la crítica progre y concienciada.